AMC, la mayor cadena de cines de Estados Unidos, abandona su experimento de cambiar el coste de la entrada según el asiento

Lo que mal empieza, mal acaba. La cadena de cines AMC abandona el programa Sightline, un controvertido plan que establecía tres precios para las entradas: el actual en la mayoría de butacas, una tarifa más cara para las mejor posicionadas y una más barata para las primeras filas. Desde su anuncio en febrero, la medida fue recibida con polémica y rechazo.

La mayor cadena de cines de Estados Unidos confirmaba que renunciaba a sus planes después de probar el modelo en tres de sus salas. El experimento apenas registró cambios significantes para su modelo de negocio. “Para garantizar que los precios de las entradas de AMC sigan siendo competitivos, el programa piloto Sightline at AMC finalizará durante las próximas semanas en las salas donde se estaba testando y la iniciativa no se implementará en todo el país”, confirmaron desde AMC.

El exhibidor ahora se centrará en probar un "tipo diferente de asientos espaciosos en la primera fila, que permitan una amplia reclinación de los asientos". El nuevo experimento se hará en algunas de sus salas a partir de finales de 2023.

Un proyecto fallido