Justine Triet: "No me siento revolucionaria escribiendo mujeres complejas, es lo que soy"

Justine Triet no estaba en su mejor momento cuando visitó el Festival de San Sebastián el pasado mes de septiembre para presentar ‘Anatomía de una caída’, su cuarta película como directora y flamante ganadora de la Palma de Oro en la última edición del Festival de Cannes. El comité de selección que elige anualmente la candidata francesa a los Oscar había apostado días antes por ‘A fuego lento’ (Triet no dudó en mostrar en sus redes sociales su descontento y confusión por el “desprecio” a su película, una reacción reivindicada meses después con la sucesión de premios que está recibiendo el drama judicial fuera de su país) y no tenía demasiadas ganas de reabrir su polémica con el mismísimo gobierno de Emmanuel Macron.

Durante su discurso de agradecimiento por uno de los mayores reconocimientos que existen en el cine, la directora de ‘El reflejo de Sybil’ lamentó la reforma de pensiones de su país y denunció que “la mercantilización de la cultura que defiende el gobierno neoliberal está en proceso de romper la excepción cultural francesa. Esta misma excepción cultural sin la cual no estaría hoy aquí ante ustedes”. No es una forma de hablar. Hace diez años Triet debutó como directora con una película, ‘La batalla de Solferino’, que solo fue vista en cines por 50.000 espectadores. “Gracias a esa excepción cultural pudo fracasar en un momento dado y recuperarse hasta alcanzar un gran éxito”, contextualizaba para Kinótico la productora Marie-Ange Luciani.

Polémicas al margen, Triet se ha consagrado con una historia que, en las manos equivocadas, podría haber sido el plato principal de un telefilme de fin de semana. La protagonista de ‘Anatomía de una caída’ es Sandra, una escritora alemana que vive con su marido Samuel, un escritor frustrado, y su hijo ciego, Daniel, en un chalé en medio de los Alpes franceses. Cuando Samuel fallece en misteriosas circunstancias, la investigación no puede determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio. Sandra es arrestada y juzgada por asesinato, y el proceso pone su tumultuosa relación y su ambigua personalidad en el punto de mira.