El #MeToo fallido del cine español: "El año pasado estuvo a punto de salir. Me dijeron la lista de nombres, pero no pasó nada"

El fenómeno #MeToo y todas sus consecuencias, pasadas y presentes, ha sido uno de los temas estrella en las mesas redondas que Kinótico ha dedicado en este 2024 al estado actual del audiovisual. En ninguna de las mesas que hemos publicado con anterioridad se ha hablado tan en profundidad y con tanta honestidad de la cuestión como en la protagonizada por las actrices de cine, representadas a través de las figuras de Emma Vilarasau (‘Casa en llamas’), Carolina Yuste ('La infiltrada'), Itsaso Arana ('Volveréis'), Aixa Villagrán ('La virgen roja'), Alba Planas (‘La virgen roja’), Mireia Oriol ('Soy Nevenka') y Laura Weissmahr (‘Salve María’).

“Mira, yo me voy a mojar. El año pasado estuvo a punto de salir el #MeToo y no salió. A mí me llamaron y me dijeron: ‘Va a salir pa, pa, pa… y no salió nada”. Una aparentemente simple intervención de Villagrán dio paso a una conversación reveladora y fascinante en la que tres generaciones de actrices conversan sobre las aristas más frustrantes de un movimiento que nunca ha llegado a sacudir la industria audiovisual española a pesar de todo lo que se está intentando hacer para cambiar las cosas.

“Las mujeres estamos cada vez más juntas y hablamos entre nosotras y nos protegemos entre nosotras, pero conozco casos de gente que ha sido agredida y en su empresa decían que las iban a proteger. Han denunciado y al final no ha sucedido nada”, lamenta Yuste, la ganadora del Goya por 'Carmen y Lola'. “De cara hacia afuera parece que todo está cambiando mucho, pero hay dinámicas que siguen estando tal cual”. Laura Weissmahr, una actriz que viene del teatro y que acaba de debutar frente a la cámara con 'Salve María' cree que es importante ser precisas y decir las cosas: “No para invalidar el camino que se ha hecho hasta ahora, pero para no olvidar que hay mucho camino por andar aún. Son conversaciones que tienen que seguir vivas. Tenemos miedo porque sigue habiendo fuerzas que pueden joderte”. Para Arana, la protagonista y coguionista de 'Volveréis', uno de de los grandes obstáculos hacia los avances reales sigue siendo la precariedad. “Vivimos con la sensación de que el mes que viene no vamos a tener curro. Eso hace muy complicado tener pleno derecho para hablar”.

Alba Planas confiesa que conoce muy de cerca denuncias que no han ido a ninguna parte. “Hay personas que se han atrevido a informar de la agresión sexual sufrida a manos de un compañero o de haberse enterado de que determinada persona va a estar en el elenco y la productora se desentiende completamente”, denuncia, mientras hace un gesto simbólico de lavarse las manos. “Si ya cuesta hablar y encima tienes el ejemplo de una compañera que le ha echado valor y no ha servido para absolutamente nada… Este tipo de cosas pasan. Y está genial que haya coordinadores de intimidad. Gracias a Dios por ellas, pero es que las coordinadoras de intimidad no dejan de ser mujeres que están concienciadas, como estamos todas concienciadas, y que están en set para protegerte en set. Pero no pueden hacer un trabajo fuera de ahí. El problema son las altas esferas que no saben decir: ‘Este señor ha hecho esto y le echamos del proyecto, nos cueste lo que nos cueste’. No les da la gana”.

Mireia Oriol, protagonista este año de una historia que gira alrededor del acoso sexual, subraya la necesidad de ir más allá. “No es solo echar. Es echar y denunciar. Yo he estado en rodajes en los que se ha echado a personas, pero no ha pasado nada más y esta persona sigue trabajando”. Sus palabras provocan un nuevo debate, con Carolina Yuste recordando que las mujeres deben tener el derecho a no denunciar si no quieren, sean cuáles sean sus motivos. “A lo mejor no te apetece exponerte a la violencia que vas a recibir o a sentirte que eres la problemática. La vía penal no tiene por qué ser siempre la única opción. A veces has sufrido una agresión y por los motivos que sea no quieres denunciar, pero no quieres tener a esa persona en el set de rodaje”.

A sus 65 años, Vilarasau es la más veterana del grupo, aunque la mayor parte de su carrera se haya desarrollado sobre las tablas. “La verdad es que nunca he tenido problemas de este tipo. He hecho solo cuatro películas en mi vida y nunca he tenido escenas de sexo. No he tenido esos problemas, pero en Barcelona ahora están saliendo cosas muy fuertes que nos han dejado a todas bastante atónitas. Por ejemplo, una persona que nadie esperaba que fuera lo que ha salido que es”, dice en referencia a Eduard Cortés, el autor de ‘La vida de nadie’ denunciado en redes sociales el pasado mes por más de una veintena de mujeres que le acusaban de un presunto acoso.

La joven protagonista de ‘La virgen roja’ reconoce, desgraciadamente, que cada vez se siente menos atónita ante este tipo de casos. “Hay muchas personas, como Juan Codina o Iñigo Errejón, que son como secretos a voces. No sé si es así, pero ahora mismo me siento en una posición muy complicada. Todas conocemos nombres de personas que trabajan, siguen trabajando y están en lugares muy poderosos. Es muy complicado. Primero porque no somos las víctimas directas y, segundo, porque no estamos amparadas en la industria de ninguna forma. Cuando sale algo dices: ‘Menos mal, porque ya lo sabía, pero no podía hacer nada’. Jode no poder hacer algo antes, pero... ¿qué hago?”.

Weissmahr cuenta que, recientemente, le ofrecieron hacer un casting con una persona vinculada con un posible caso de acoso sexual. “Dije que no. Me sentí muy orgullosa, pero al mismo tiempo requiere hacer un acto de fe. Si no hubiera estrenado una película como esta, no estaría en la misma situación. Hace un año no estaba trabajando. No sé si entonces hubiera tenido el valor de decir que no sin esta seguridad de que pueden venir otras cosas igualmente”. La protagonista de ‘Salve María’ no es la única que ha vivido una situación similar. “Hace poco me ofrecieron un proyecto con una persona que sé que ha agredido a una compañera. Le pedí a mi representante que lo rechazara y que les dijera por qué, para que lo sepan. ¿Por qué tengo que irme yo de ese espacio y que la otra persona siga ahí?”, pregunta Carolina Yuste. “Hay que posicionarse, pero es que siempre somos nosotras las que nos vamos. Por protegernos, por dignidad o por lo que sea, desocupamos los espacios que siguen ocupando son ellos. A ellos nadie les echa”.

La ganadora del Goya por ‘Carmen y Lola’ tiene una petición: “Espero que cuando estén aquí nuestros compañeros también les preguntéis a ellos por esto. En esta lucha estamos todes. Son ellos también los que en esta cosa de compadreo que tienen de vez en cuando deberían coger a su compañero de reparto, a su director o lo que sea, y decirle que esto no está bien. Porque al final no nos escuchan, colega, y nosotras entre nosotras hablamos. Es importante que se sepa”.