Alberto Ruiz Rojo: “Las cadenas públicas tienen que apostar por historias de contenido social o que signifiquen un compromiso”

Hace 17 años, en 2006, la tripulación del Francisco y Catalina se convirtió en noticia tras rescatar a más de medio centenar de migrantes de una patera en medio del mar después de que Malta, país al que acudieron para poner a salvo a esas personas, les negase el desembarco. Entonces se inició una odisea de negativas, órdenes contradictorias y burocracia que hace algunos años se convirtió en documental y ahora llega a la pequeña pantalla en forma de serie. ‘La ley del mar’ se estrenó el pasado lunes en À Punt y este domingo lo hará, a las 22:00 horas, en La 1 y RTVE Play. En Kinótico hemos hablado con Alberto Ruiz Rojo, director de esta miniserie de tres episodios con Luis Tosar y Blanca Portillo al frente del reparto, sobre las dificultades del rodaje y sobre cómo ve él, que lleva más de dos décadas en la industria, el panorama del sector.

El guion de la ‘Ley del mar’ lo firman Tatiana Rodríguez y Víctor Pedreira y, como nos explica Alberto Ruiz Rojo, fueron ellos quienes tuvieron una relación más directa con los protagonistas de la historia real, aunque él también los haya conocido y recibido su ‘feedback’ positivo sobre la serie. El proyecto le llegó de manos de la productora Studio 60, con la que ya había trabajado antes en ‘Caronte’, y le caló desde el principio. “Viendo la sinopsis hubo momentos en los que me emocioné, se me saltaban las lágrimas, y eso no me había pasado nunca, que con una sinopsis te emociones. Enseguida me di cuenta de que era un material poderosísimo”, recuerda sobre su primer contacto con una historia real que, reconoce, no recordaba.

Rodar una serie como esta, con una buena parte de las escenas en un barco (algunas incluso de noche) no es tarea sencilla. Empezando porque había que meter a mucha gente en un espacio reducido. “Estuvimos viendo varias fórmulas, en un tanque de agua, con croma, en un plató virtual… y al final optamos por la más atrevida, pero también la que me parecía que iba a resultar mejor: rodar directamente saliendo a navegar con el barco. Creo que fue un acierto”, resume sobre el que considera el mayor reto del rodaje. Aunque hubo alguno más, como esos imprevistos que siempre aparecen. En este caso, aviones que despegan y aterrizan continuamente en Alicante en verano a partir de las 12 o esa discoteca con la música a todo trapo que se colaba en la grabación. Para eliminar esos ruidos no deseados, al igual que el del motor del barco, usaron filtros de IA que les salvaron varias escenas en ese sentido.