El "salto de fe" en la distribución de cine chino en España: "Es más amor que expectativa comercial"

China es una potencia mundial en todos los ámbitos. Una cuestión obvia que se ha vuelto cada vez más evidente con su apabullante dominio económico, desde su mercado interno a los movimientos estratégicos llevados a cabo en diferentes puntos de África. Un dominio que, con cada año que pasa, aumenta también notablemente en el mercado de la exhibición en cines. Su mercado interior, aupado por una población que en 2025 se mantiene por encima de los 1.400 millones de personas, ha demostrado ser una verdadera fuerza a tener en cuenta. El éxito de la animada ‘Ne Zha 2’ -primera película en superar los 2.000M$ en un solo mercado y primera película animada en superar esa misma cifra en todo el mundo- y los acercamientos de la industria de Hollywood en los últimos años a la superpotencia, desde el reparto de algunas superproducciones o la asunción de recortes y cambios en las películas para poder estrenarlas en ese mercado -con todos los mecanismos de censura y coerción chinos- han llevado a que los intereses económicos de este mercado hayan doblegado en muchas ocasiones a la libertad creativa. La gran batalla del siglo XXI será económica pero también cultural. Al igual que Corea o Japón han lanzado sus redes a Occidente a través del K-Pop o el anime, es el turno de que China decida si quiere extender su dominio más allá de los lazos puramente económicos. En Kinótico analizamos una de esas ramas, en concreto la distribución de películas chinas en nuestro mercado para ver las oportunidades y problemáticas de este tipo de producciones y su evolución en los primeros 25 años del siglo.

La oportunidad de los independientes

Son escasos los estrenos de cine chino en España. En el primer semestre de 2025, de hecho, apenas llegarán dos títulos a nuestras salas. Es el caso de ‘Boonie Bears: Código Guardián’, distribuida por Maravillas Films, que llega este mismo 14 de marzo a las salas españolas y que pertenece a una de las sagas de animación más taquilleras en el mercado chino, y de ‘A la deriva’, de Jia Zhangke, que compitió por la Palma de Oro en la última edición del Festival de Cannes y que Atalante Cinema traerá a las salas españolas en junio. Ramiro Ledo, fundador y director de esta última casa de distribución, reconoce que no tienen “gran experiencia con ese mercado en concreto, aunque de manera circunstancial el catálogo de Atalante tiene mucha presencia asiática”. Producciones de Corea del Sur, Japón o India -incluido el reciente éxito de ‘La luz que imaginamos’- pueblan su remesa de títulos. De China cuentan también con ‘Suzhou river’, de Lou Ye (2000), que tuvo un estreno cuanto menos azaroso: “Es una restauración de una película del año 2000 y que para estrenarla en España necesitábamos el certificado de origen para poder calificar por edades, y era muy difícil conseguirlo. La película no se pudo terminar en China por la censura, el cineasta huyó y fue una obra que se acabó montando de tapadillo en Alemania. De hecho, en el ICAA finalmente está calificada sin nacionalidad. Esto puede ser un caso excepcional pero señala un punto de partida extraño”, relata Ledo.

El próximo estreno de Atalante, ‘A la deriva’, ya es un caso mucho más contemporáneo. “Es una película del autor de cine chino independiente más reconocido en occidente, una vez Zhang Yimou está metido en las grandes producciones”, reflexiona Ledo. “Jia Zhangke es un cineasta que he seguido siempre, desde ‘Pickpocket’ (1997), y siempre me ha fascinado”. Por eso cuando tuvo la oportunidad de pujar por su película en el pasado Festival de Cannes no lo dudó. “Es una película muy diferente a las anteriores, que reúne tomas descartadas y ensayos de sus anteriores producciones. Me fascinó y me hacía ilusión tenerla”, describe Ledo, “la adquirimos a través de MK2, que tiene los derechos para todo el mundo. Me costó hacerme con ella pero supongo que el agente de ventas eligió al perfil que le parecía más interesante. Además no la adquirimos hasta que terminó el festival”. El papel de intermediarios como MK2, como veremos, ha resultado tener un papel fundamental en la adquisición de las producciones de origen chino y ha facilitado en gran medida la llegada de estas obras.