El ego y la lujuria, los pecados capitales que empujan al borde del precipicio a ‘The Idol’

‘The Idol’ se despedirá de Cannes con las peores críticas de toda la 76ª edición. “Parece diseñada para hacer creer al público que están viendo cómo funciona Hollywood, cuando la mayoría de la serie son clichés de mal gusto sacados de las novelas de Sidney Sheldon y el softporn. ‘Showgirls’ era un remake ligeramente disimulado de ‘Eva al desnudo’, pero esto no es más que una sórdida fantasía masculina”. Son palabras de Peter Debruge para Variety, pero la mayoría de la prensa estadounidense no han sido mucho más generosa. Tampoco es una sorpresa, precisamente. Era la crónica de una muerte anunciada desde la publicación de un explosivo reportaje de Rolling Stone que desvelaba las claves de la controvertida producción de la serie creada por el rapero The Weeknd y el director y guionista Sam Levinson, uno de los protegidos de HBO gracias a ‘Euphoria’.

En resumidas cuentas: con el 80% de la primera temporada de la serie ya rodada, el showrunner de esta sátira de la industria musical acudió a Warner Bros. Discovery con una petición prácticamente inédita en la industria del entretenimiento: despedir a la directora Amy Seimetz y empezar de cero con Levinson, ya liberado de sus compromisos con la segunda temporada de la serie protagonizada por Zendaya, al frente de sus capítulos. El motivo es tan descorazonador como transparente después de ver los dos primeros episodios de una ficción que HBO Max traerá a España el 5 de junio y que cuenta la historia de una cantante de pop que se involucra sentimentalmente con el dueño de un club de Los Ángeles que resulta ser el líder de una misteriosa secta. A su estrella y principal impulsor del proyecto, el músico también conocido como Abel Tesfaye, le parecía que la serie estaba quedando “demasiado feminista” y como un vehículo al servicio de una carismática Lily-Rose Depp cuando el que había paralizado su exitosa carrera musical para encabezar su primer proyecto como actor era él.