Linklater y Glen Powell llevan a ‘Hit Man’ a ser la comedia más divertida y original del año

Hay numerosos motivos para relegar a un gran director fuera de la competición de un festival de clase A como Venecia. Los más habituales son que el título en particular no tiene la suficiente entidad artística (como ‘The Palace’, de Roman Polanski), que el director no quiere concursar (es el caso de maestros como Woody Allen y Martin Scorsese) o que el proyecto solo quiere pasar por un gran festival para iniciar su campaña de marketing internacional (como la última entrega de Indiana Jones en Cannes). La fantástica ‘Hit Man’ encaja en otro supuesto: el eterno desprecio de festivales y academias de cine al género de la comedia.

En un mundo justo, la hilarante cuarta colaboración entre el director Richard Linklater y el actor Glen Powell sería un más que seria aspirante a ganar la Copa Volpi a la mejor interpretación masculina o el premio al mejor guion, escrito a cuatro manos por un generoso cineasta que siempre está abierto a compartir crédito con sus actores más entregados (como Julie Delpy y Ethan Hawke en la saga ‘Antes…’), en este caso un joven intérprete (visto en películas como ‘Figuras ocultas’, ‘Top Gun: Maverick’ y ‘Todos queremos algo’, la más destacada de sus colaboraciones con el director hasta 'Hit Man') que por fin ha encontrado el personaje que debería marcar un antes y un después en su carrera.

El fascinante sujeto protagonista de ‘Hit Man’ es Gary Johnson, un introvertido y particular profesor de psicología y filosofía que colabora a tiempo parcial como experto en gádgets tecnológicos de la policía de Nueva Orleans. Su vida cambiará para siempre el día que, en plena misión, se ve obligado a hacerse pasar por un asesino a sueldo para intentar conseguir una confesión justo a tiempo de impedir un crimen. Gary descubre que tiene un talento natural para transformarse en otras personas y moldear su personalidad, creando nuevas identidades a medida de los potenciales criminales que han buscado sus servicios en internet. Las cosas se complican el día que, mientras se comporta como su alter ego Ron, decide romper el protocolo para ayudar a Madison, una mujer desesperada que intenta huir de un marido maltratador.