Una Helena Bonham Carter en estado de gracia hace brillar ‘Nolly’, el homenaje a una pionera

‘Nolly’, serie creada por Russell T. Davies, nació con un doble fin: hacer justicia a la figura de Noele Gordon y regalar a Helena Bonham Carter un papel con el que lucirse. Los dos objetivos se consiguen de manera sobresaliente en solo tres episodios gracias al talento para la narración de Davies, el amplio registro interpretativo de la ganadora de un BAFTA –y nominada en seis ocasiones más– y un material de partida –la biografía de Gordon– realmente jugoso.

Estrenada en Filmin hace una semana, ‘Nolly’ es una de esas series que desprende estilo british por los cuatro costados. Empezando por ese formato tan de allí de una temporada de tres episodios que basta a sus responsables para contar, con tiro certero, todo lo que quieren y necesitan sobre una mujer que fue durante toda su vida una institución en la televisión británica. Tal fue su importancia y su impronta que, aún sin saber que Noele Gordon fue una pionera en muchos sentidos, es imposible no captar su esencia y no enamorarse de la interpretación que de ella hace una Bonham Carter capaz de transmitir, en una misma escena, fortaleza, mala baba y fragilidad.

Ahí, en la labor ante la cámara de la protagonista de ‘El club de la lucha’ –ahora que David Fincher está de nuevo en boga por el estreno de 'El asesino' en Netflix– reside la fuerza de esta historia: la de una pionera en un mundo de hombres a la que pusieron palos en las ruedas incapaces de superar su talento y arrojo. La Nolly que se ve en pantalla es una estrella con destellos de diva que durante 18 años ha puesto nombre y rostro a una serie, 'Crossroads', con una sólida base de fans al otro lado del televisor. Por eso nadie se explica su despido. Ni siquiera ella misma, aunque hacia la mitad de la serie goza de un monólogo esclarecedor. La raíz de todo está en que es mujer y con un hombre no se habrían atrevido, viene a decir... y lo dice.