'Capitán América: Brave new world': ni todo el carisma de Anthony Mackie es suficiente

Un atentado contra el Presidente de Estados Unidos activa una trama geopolítica que amenaza con poner en riesgo el orden y la paz mundial. Este, a su vez, gobierna acuciado por las deudas con sujetos no electos que están tomando las decisiones más importantes del país en la sombra. A 'Capitán América: Brave new world' se le pueden encontrar muchos fallos, pero en ningún caso el de no saber leer nuestro tiempo y qué significa para la Democracia. De hecho, y como curiosidad, el equipo liderado por el director Julius Onah -debutante en los grandes presupuestos- no solo tuvo que lidiar con un cambio de nombre (se perdió el subtítulo original 'New world order' por sentir el término alienado por la extrema derecha yanqui), sino que también se ha visto obligado a modificar toda su estrategia de promoción, por verse demasiado cercana a una realidad que Disney parece haberse abonado a evitar.

Sea como sea, y tras un año de conato de barbecho en el que la Casa del Ratón solo nos entregó en mallas la exitosa 'Deadpool y Lobezno', Marvel vuelve a la carga tirando de un clásico: Anthony Mackie, quien heredó los galones del Capitán América en 'Vengadores: Endgame' y los lució con orgullo en la serie 'Falcon y el Soldado de Invierno', se pone al frente de un trasatlántico de más de 180M€ para intentar salvar a los superhéroes del hundimiento en la taquilla. La reválida, como no podía ser de otra forma para el estudio más grande del mundo, pasa por una revisión del propio concepto del personaje y su legado -aquí con el rostro de Danny Ramirez-, la presencia asegurada de un valor seguro para la cartelera como Harrison Ford y el retorno de rostros conocidos para intentar levantar el vuelo.

Días de un futuro pasado