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Entrevista

Christophe Honoré: "Quería hacerle una estatua al mito de Mastroianni, no al hombre"

El director francés estrena 'Marcello mio', con la que compitió en el Festival de Cannes y en la que conduce a Chiara Mastroianni por la leyenda de su padre

Madrid·Actualizado: 19.09.2024 - 04:05
El director de Christophe Honoré en el photocell de la presentación ante la presa de 'Marcello mio' en la edición 77 de Cannes
El director de Christophe Honoré en el photocell de la presentación ante la presa de 'Marcello mio' en la edición 77 de Cannes · Fotografía: Gtres

Desde hace algo más de 20 años, el director francés Christophe Honoré se ha labrado un nombre en la cinematografía contemporánea gracias a su tacto, a su habilidad casi tierna para recrear la intimidad en la gran pantalla. Puede ser la de una depresión adolescente, como en la brillante ‘Dialogando con la vida’, con la que compitió hace un par de años en el Festival de San Sebastián, o puede ceñirse a un contexto ultra-realista, como cuando se acercó al romance ‘queer’ en la aplaudida ‘Vivir deprisa, amar despacio’ (2018). Uno podría argumentar, de hecho, que Honoré es un cineasta naturalista, un pintor de retablos que sangran de pura cotidianidad. Por eso, cuando se anunció que competiría una vez más en el Festival de Cannes y que además lo haría con una película en la que Chiara Mastroianni se acaba transfigurando en su propio padre, no fueron pocos los sorprendidos con el volantazo felliniano del responsable de ‘Habitación 212’ o la icónica ‘La belle personne’.

Tras dividir como pocos filmes consiguen en nuestro tiempo a la crítica citada en el paseo de la Croisette, Honoré estrena el 20 de septiembre en nuestro país ‘Marcello mio’, una filigrana impostada y grandilocuente que, sin embargo, está llena de corazón. “La película parte de una necesidad, de un deseo de hacer una película sobre el propio cine. Sobre cómo se hace y sobre qué lugar ocupa el cine en la construcción de nuestros recuerdos”, explica el director galo a Kinótico, antes de recordar el origen orgánico del filme. “Por supuesto, a la hora de revisar todo lo que se ha hecho antes, y como muchos cineastas, caí rendido en ‘8 y ½’, de Fellini, que es una película totémica sobre esta materia, una especie de biblia. La volví a ver y me di cuenta de que quería hacer una película sobre cine pero evitando la perspectiva del cineasta, de quien plantea la puesta en escena. Al final, quien plantea la escena entra en un estado febril, nada que ver con los actores o las actrices, que deben mantener al menos un cable a tierra. Así decidí que el punto de partida sería la propia interpretación y hablé con Chiara [Mastroianni] para plantearle la idea y explorar la posibilidad de hacer una película alrededor de la figura de su padre”, añade.

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