Mesa redonda de producción [2] de Kinótico 2024: "Tienes que conseguir hablar en el mismo idioma que quien dirige"

Llegados a este punto, ya las conoces. Coincidiendo con el fragor de la temporada de premios, en Kinótico nos hemos lanzado a la realización de varias mesas redondas para ponerle cara y ojos a lo más brillante del cine español este año. Primero pasaron por nuestras cámaras los actores, actrices y showrunners de series. Y, desde la semana pasada, estamos publicando -en formato audio- otra serie de mesas con equipos técnicos. Por los micrófonos de Kinótico ya han desfilado montadores, responsables de sonido, directores de fotografía, directoras y directores de vestuario y maestros de maquillaje y peluquería, que hoy vuelven a ceder el testigo a los productores. En el primer encuentro, los responsables del dinero, las finanzas, los acuerdos y la planificación se quejaban de que no se les entiende demasiado como artistas, como creadores, y eso a veces choca frontalmente con las pretensiones de los festivales, entre otros entes. ¿Será ese el caso de otros compañeros aún más independientes?

Gracias a lo amplio del abanico de posibilidades en la temporada de premios de este año -y a nuestro compromiso con dar voz también a aquellos con menos músculo publicitario, todo sea dicho-, los productores vuelven a las mesas redondas de Kinótico para hablar del oficio de los oficios, de Excel y de guion, de gestión de camiones, egos y presupuestos y, por supuesto, de las ganas que tiene todo el sector de ver sus trabajos reconocidos por sus pares. Así, Ander Sagardoy ('Marco', 'Nina', 'Los últimos románticos'), Simón de Santiago ('La estrella azul'), Marta Velasco ('Rita', 'Segundo premio'), Fernando Bovaira ('Los destellos') y Javier Méndez ('El 47') conversan con David Martos sobre un 2024 que todos definen como tan intenso como satisfactorio.

La lengua de las mariposas y los milagros

"Frenética y gratificante", como la definen los propios protagonistas, la profesión de productor es acaso la vía más rápida -por tortuosa que resulte- para cerrar una ceremonia de los Goya, ya que es a ellos a quien corresponde en realidad el galardón a Mejor Película. Antes, eso sí, vienen muchas discusiones y decisiones que afectan desde el director hasta al último figurante. "El trabajo de preparación es absolutamente fundamental. Y en esa preparación uno se puede relacionar desde la complicidad o desde la tensión. A veces, la complicidad excesiva no es absolutamente necesaria para hacer una buena película y de la tensión surgen cosas muy positivas. Evidentemente, el talento quiere lo mejor y a veces lo mejor está lejos de la realidad de lo que se puede conseguir", apunta Fernando Bovaira, que en 'Los destellos' dispuso los medios para que Pilar Palomero firme su película más redonda hasta la fecha. En la misma línea se expresa Marta Velasco, productora de 'Rita' y parte indispensable de 'Segundo premio', acaso la única de la lista que merecería un biopic sobre cómo se terminó rodando: "Hay que tener mucha relación con la parte creativa, pero también saber usar recursos y limitaciones para proteger la producción. Hay veces que hay que buscar otros caminos o abandonarlos para hacer la película que queremos hacer", apunta.

"Aunque nuestro objetivo sea el mismo, hay una fase muy importante de conocer a cada director o directora y conseguir hablar un idioma concreto con cada uno de ellos. No es lo mismo 'Marco', con los Moriarty, con quienes llevamos toda la vida, [que en otro proyecto]. Y en ese marco de confianza les dejas hacer todo. O casi todo. Obviamente hay una supervisión, pero ese conocimiento mutuo es una base muy sólida. Luego, con David Pérez Sañudo en 'Los últimos románticos' éramos amigos personales, pero entraban también los amigos de La claqueta, y la relación ha ido fluctuando. Cuando hablamos de coproducciones, el director necesita muchas veces una referencia, una unificación", completa Sagardoy, uno de los más prolíficos de este año y, a buen seguro, uno de los que debería tener ya cerrado su billete a Granada. "Vas aprendiendo a conocer al director, llegando a compromisos. A veces con un tira y afloja constante respecto a lo que él quiere y lo que se puede hacer. Es una negociación continua y cada director es un mundo", completa Simón de Santiago, que en 'La estrella azul' le dio la oportunidad de firmar su ópera prima -con bastante acierto- a Javier Macipe.

Expertos todos en la lengua de las mariposas, o más prosaico, en hacer posible el milagro de llevar una película a los cines, los productores también charlaron con Kinótico sobre lo difícil que resulta dar con una fecha de estreno: "Si supiera el secreto, te juro que pondría una oficina para dar consejos. En el caso de 'El 47', una de las razones del éxito de la película fue precisamente la fecha. Siendo una película catalana, tuvimos la suerte y la fortuna de beneficiarnos de un par de festivos en Cataluña. Es una fecha que, tradicionalmente, siempre le ha sentado bien al cine español. Nada garantiza nada, pero adelantarnos al avispero de San Sebastián nos ha dado aire", confiesa Méndez, al que será difícil arrebatarle el título de productor más taquillero de la historia del cine en catalán.

Ante nuestros micrófonos, los productores también hablaron sobre las etiquetas de lo autoral respecto a la taquilla, la prisa que le entra a todo el mundo cuando la película parece funcionar bien en los festivales o la ristra de mitos acerca de la financiación, las subvenciones y todos los bulos que circulan alrededor del mundo del audiovisual. Todo ello para acabar respondiendo en formato de audio a la gran pregunta que ronda a todos aquellos que hacen cine en nuestro país: ¿se estrenan demasiadas películas en España?