Rachel Weisz se luce en una ‘Inseparables’ irregular, pero perturbadora

Hay en ‘Inseparables’, la serie con Rachel Weisz que ha estrenado Prime Video, varias historias peleando por ser la que lleve la voz cantante. Está el thriller psicológico entre las hermanas gemelas Beverly y Elliot Mantle, prestigiosas ginecólogas de Nueva York cuyas vidas están tan entrelazadas que cuando una de ellas intenta deshacer esos nudos convoca un cataclismo; está también la trama sobre investigaciones en fertilidad que se saltan todas las barreras solo porque ellas tienen la capacidad técnica de llevarlas a cabo; y está el comentario sobre la privilegiada manera con la que algunas mujeres (en concreto, blancas, adineradas y de cierta edad) ven el embarazo.

El reto de la serie, que adapta no solo la película original de David Cronenberg, sino el libro de Bari Wood y Jack Geasland en el que esta se basaba (y que, a su vez, dramatiza los hechos reales ocurridos con Stewart y Cyril Marcus, también prestigiosos ginecólogos neoyorquinos, en los 70), es integrar todas esas partes y conseguir que el resultado final no sea un extraño Frankenstein. No siempre tiene éxito. Lo que más destaca de ‘Inseparables’ es la irregularidad de su tono, a veces inquietante, a veces grotesco y, a veces, abiertamente satírico cada vez que echa una mirada al entorno social en el que se mueven las Mantle (hay un personaje que, claramente, conocería a Logan Roy si ‘Succession’ transcurriera en el mismo universo).

A las dos las interpreta una Rachel Weisz que tiene siempre un pie en cada cambio de tono gracias a las diferentes personalidades de cada una de las gemelas. Elliot es extrovertida, segura de sí misma y, básicamente, una lianta, y Weisz se divierte con ese lado de entusiasmo infantil con el que afronta el sexo o los retos éticos, y técnicos, de sus investigaciones. Beverly, por su parte, es reservada y tímida, mucho más consciente de esos límites y reticente a venderse al mejor postor para hacer realidad su sueño de abrir un centro de maternidad que mejore la experiencia de las mujeres con el parto. A Elliot solo le interesa el centro porque tendrá un laboratorio que nadie más que ella controlará.