Carlota Pereda: "El folclore en Euskadi es muy rico y no se ve reflejado en la ficción"

Todos los años, la ermita de un pequeño pueblo de Euskadi se abre durante tres días a sus visitantes y vecinos. La tradición dicta que se debe entrar allí solo para presentar tus respetos a los muertos, pero también dejar un regalo para Usoa, una niña fallecida durante la peste negra cuyo fantasma quedó atrapado en las paredes de aquella capilla. Los niños del lugar acuden con sus peluches, y se despiden de ellos en ofrenda a Usoa para que no se sienta tan sola en su santuario.

Es lo que pretende hacer la pequeña Emma –interpretada por la debutante Maia Zaitegi–, solo que ella tiene sus propios planes: quiere ser médium y cree que Usoa le podría ayudar a aprender a comunicarse con los muertos. Así arranca 'La ermita', la nueva película de Carlota Pereda que se ha estrenado en el Festival de Sitges, fuera de competición, con un pase especial con todo el equipo del filme y de la productora Filmax, que sigue celebrando los fastos de su setenta aniversario en el certamen catalán.

Tras su rotundo debut con 'Cerdita', Goya a Mejor actriz revelación para Laura Galán y seis veces nominada a los Premios Feroz 2022, Pereda vuelve a ambientar su historia en un escenario cada vez más común en la ficción española: un pequeño pueblo como el de 'Un amor' de Isabel Coixet. Solo que este es en el País Vasco. "Me gustan ese tipo de escenarios porque lo hacen todo muy real", explica la realizadora en una entrevista concedida a Kinótico durante el festival.