El Festival de Cannes se rinde ante la obra de Studio Ghibli en un homenaje histórico

Últimamente se cuestiona la autenticidad de los aplausos en el Festival de Cannes, sobre todo los que se producen en las proyecciones en el Grand Théàtre Lumière. La duda de si se está aplaudiendo efusivamente con tanta vehemencia y tan prolongadamente a la obra o a la trayectoria de un cineasta constituye uno de los tantos apasionantes debates durante el festival. Sin embargo, la tarde del lunes, cuando estaba programada la entrega de la Palma de Oro Honorífica para el Studio Ghibli, las ovaciones fueron repetidas, largas y sobre todo absolutamente honestas. Pocas veces se sienten verdaderos los aplausos y el entusiasmo genuino, y Ghibli en definitiva es un nombre que tan solo escucharlo nos saca una sonrisa, recuerdos de sus películas, y de lo inmensamente feliz que nos ha hecho.

El Festival de Cannes tomó una decisión histórica al concederle la Palma de Oro Honorífica a Studio Ghibli por su trabajo cinematográfico, por el Ghibli Museum de Mitaka y el Ghibli Park de Aichi. El estudio de animación fundado en Tokio en 1985 por Hayao Miyazaki, Toshio Suzuki e Isao Takahata (fallecido en 2018) ha producido las emblemáticas ‘Mi vecino Totoro’, ‘El castillo ambulante’, ‘Porco Rosso’, ‘El viaje de Chihiro’, ‘El viento se levanta’, entre muchas otras.

En la alfombra roja del Grand Théàtre Lumière se escuchó el tema de ‘Totoro’ mientras que el realizador Gorō Miyazaki, junto a una comitiva del estudio, caminaba deteniéndose de vez en cuando para posar para los fotógrafos. Desde la sala se podía ver y escuchar en la gigantesca pantalla lo que ocurría afuera, así que apenas entraron en el lobby del teatro, las casi 3000 personas que asistieron a la entrega del premio saltaron de sus butacas para recibirles con una ovación. Gorō, hijo de Hayao Miyazaki, no podía ocultar su sorpresa.