Toni Servillo mira a la carrera al Oscar por primera vez con la Copa Volpi por 'La grazia'

Toni Servillo, leyenda viva entre los actores italianos y actor fetiche de Paolo Sorrentino, jamás ha cruzado el charco. Ni siquiera ocurrió con 'La gran belleza' (2013), con la que el director napolitano hizo las Américas y ganó el Oscar a la Mejor Película internacional. Tampoco tuvo suerte con 'Fue la mano de Dios' (2021), nominada en la misma categoría tras recibir el Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia. Con la Copa Volpi al Mejor Actor por 'La grazia', el natural de Campania suma el Festival de Venecia a su palmarés de conquistas particulares, algo que podría abrirle las puertas por primera vez a la carrera por el Oscar de 2026.

Mubi, distribuidora en Estados Unidos de la película, deberá decidir en las próximas semanas si apuesta por las posibilidades en la temporada de un reverenciado actor que puede convertirse en el gran candidato del viejo continente en la 98 edición de los Oscar. La conversación en la categoría de Mejor Actor estará poblada por varios nombres que han estrenado sus nuevas películas en la Biennale, incluyendo Dwayne Johnson ('The Smashing Machine') y George Clooney ('Jay Kelly'), además de Timothée Chalamet ('Marty Supreme') y Wagner Moura ('El agente secreto'), ganador del premio de interpretación en Cannes.

La decisión de Neon y los productores de 'Sentimental value' de promocionar como actor de reparto a Stellan Skarsgard, otro tótem del cine europeo celebrado que ha recibido algunas de las mejores críticas de su carrera en este año, permitiría que el voto europeo no se divida entre dos veteranos muy populares en la industria. Servillo ya ganó en los Premios del Cine Europeo por su trabajo en 'Il Divo' y 'La gran belleza', siempre a las órdenes de su inseparable Sorrentino.

Toni Servillo interpreta en 'La grazia' a Mariano De Santis, el Presidente (ficticio) de la República italiana, un veterano político demócrata, humanista y cristiano que de repente comienza a dudar sobre varias importantes decisiones que debe tomar, en especial sobre si aprueba o no una ley de eutanasia, planteándose un gran dilema moral. “No hemos hecho referencia a un personaje solo. Recordaba hace poco que son muchos los presidentes de la República democristianos, varios los viudos, varios hombres de leyes, varios con una sola hija, varios napolitanos... Así que tenemos un espectro de personajes a los que hacer referencia y no solo a uno. Después, si este tipo de presidente que cuenta Sorrentino nos recuerda a alguno que queremos, es cosa de cada uno”, explicó el actor durante la rueda de prensa de la película inaugural de la 82 edición de la Biennale.