Manu Vega: "Me he pasado muchos años persiguiendo poder hacer algo de lo que sentirme orgulloso, como 'Fragmentos'"

A sus 32 años, Manu Vega ha llegado al momento que tanto esperaba desde que se dio cuenta de que quería ser actor. El culpable tiene nombre propio: ‘Fragmentos’, un drama que desarrolló durante años como productor y que protagonizó junto a Emma Suárez, José Luis García-Pérez y Asia Ortega. La película de Horacio Alcalá (‘Finlandia’) llega a los cines este viernes 12 de diciembre después de pasar por Made in Spain en el festival español más importante. “Que de repente llegara a San Sebastián me llena de orgullo, y lo vivo desde un lugar diferente. No es algo que haya experimentado solo desde mi lado como actor. Ha sido una experiencia total, creo que eso es lo que me hace verdaderamente feliz”. Después de años encadenando personajes sin demasiada importancia en proyectos que no tuvieron demasiado éxito, 2025 es el año que debería marcar un antes y un después en su carrera. En cuestión de meses se estrenarán tres películas con Vega como protagonista, incluyendo ‘Reversión’, un thriller con Jaime Lorente que llegó a los cines en noviembre, e ‘Islas’, una película de Marina Seresesky en la que comparte escena con una grande como Ana Belén y que verá la luz en febrero tras su premiere en el Festival de Sevilla.

“No soy un gran escritor y no me veo como director, pero sí creo que tengo ciertas aptitudes para intentar unir personas o elementos para llevar a cabo proyectos por los que siento pasión. Producir es una manera de estar involucrado desde otro lado y obviamente también de, si surge de manera orgánica, tener acceso a personajes interesantes”. Además de su faceta como actor, ha encontrado un nuevo camino como productor en AF Films, una compañía que comparte con Frank Ariza y con la que estrenará próximamente en España películas con Antonio Banderas, Margaret Qualley, Kirsten Dunst o Idris Elba como protagonistas. Entre los proyectos más inmediatos de la compañía y el propio destacan ‘El mal hijo’, la ópera prima como director de su compañero y ya amigo Jaime Lorente, y el documental sobre la necrópolis vaticana que están rodando actualmente una extraña pareja, Chris Pratt y Paula Ortiz, anunciado la semana pasada. “Ahora disfruto con cosas que salen adelante y no esperaba. Han sido muchos años de trabajo pero conseguir que esté Chris te hincha de orgullo”, valora.

El ojito derecho de Vega, sin embargo, está claro. ‘Fragmentos’, una historia que siente muy propia tras dejar atrás una relación tóxica como las que retrata la película, le permite explorar el personaje más complejo de su carrera hasta el momento: Diego, un hombre que decide poner rumbo con su mujer Alba a la paradisíaca Lanzarote para dar una oportunidad, otra más, a su matrimonio. Allí encontrarán a una pareja mayor que ellos, una mujer y un hombre que están prometidos y cuya felicidad pende de un hilo con la llegada de sus invitados. “Me gusta la película, me gusta el proyecto, me gusta enseñárselo a la gente a la que quiero porque es algo que me representa como persona y que me representa como artista. De alguna forma cierra el círculo”, celebra un actor que reconoce que, mientras pudo, rechazó los proyectos en los que no creía y que no le motivaban. “Durante diez años he vivido así. No me mueve el dinero”. Ahora, aunque insiste en que aún está en el principio de su carrera, se siente más dueño de su propio destino.

‘Fragmentos’, una película en la que has trabajado durante años como productor y actor, llega por fin a los cines. ¿Qué se siente?

Estoy muy contento. Cuesta un poco creérselo, porque me he pasado muchos años de mi vida persiguiendo poder hacer algo de lo que sentirme orgulloso. Pensaba que ‘Fragmentos’ era una película a la que en principio nadie le iba a hacer caso. Sobre el papel era una película muy pequeña, muy humilde, no hecha para hacer dinero… En ese sentido he estado muy solo, si no hubiera sido por Frank Ariza, que es la única persona que ha dicho: "Haz lo que quieras, porque te voy a apoyar”. De hecho él hizo la adaptación. Ha sido un camino muy complejo y hubo muchos momentos en los que pensé que esta película no se iba a hacer. Que de repente llegara a San Sebastián me llena de orgullo, y lo vivo desde un lugar diferente. No es algo que haya experimentado solo desde mi lado como actor. Ha sido una experiencia total, creo que eso es lo que me hace verdaderamente feliz. Me gusta la película, me gusta el proyecto, me gusta enseñárselo a la gente a la que quiero porque es algo que me representa como persona y que me representa como artista. De alguna forma cierra el círculo. Ojalá lo vea la máxima gente posible, pero lo que más me importaba era que la parte artística, los temas, estuvieran. Y está. Ha sido un pequeño sueño que ‘Fragmentos’ se haya hecho realidad así.

¿Por qué era importante para ti contar esta historia?

En lo personal estoy extremadamente conectado con la historia de Diego y lo que le pasa. Yo no he tenido una vida tan dura ni un ‘background’ tan 'heavy', pero sí tuve una relación de pareja complicada. Hay momentos en la vida donde te pierdes y las personas borran lo que eres, y tú borras la persona que tienes delante. Me parecía muy interesante contar como en la sociedad actual se ha perdido esa idea del compromiso, porque se ha perdido la idea completamente del compromiso. Vivimos en la era del “yo soy así”. Somos individualistas y egoístas. Me resultaba interesante hablar de cómo es plantear una relación que sigue estando mal aunque ellos tengan ese compromiso de no dejarse. Nos preguntábamos cuál era el camino a seguir. Creo que hay que desarrollar una inteligencia emocional y unos miedos personales a los que enfrentarse. Son cosas que yo he vivido y que me han alejado de la felicidad, no solo en lo personal, sino también en lo profesional. Es algo que le pasa a mucha gente. Creo que ‘Fragmentos’ puede generar muchísimo debate porque todos, en mayor o menor medida, tienen razones para actuar como actúan, porque son juguetes rotos producto de unas circunstancias. Quería mostrar este mundo extremadamente individualista que genera personas con muchas taras y que se juntan por miedo a seguir estando solos, pero no arreglan ninguno de esos problemas.

Estudiaste en la RESAD, te has seguido formando fuera y dentro de España y llevas muchos años con pequeños personajes. ¿Qué supone ‘Fragmentos’ en tu carrera?

A nivel profesional, hostia, es la primera vez que hago un personaje que tiene tantos matices y tantas caras. De los 32 años que tengo, me he pasado 10 o 12 años buscando un proyecto y un personaje donde puedas sacar mucho más de ti. Considero que esta es la primera vez que lo consigo. Siento que, de alguna forma, he tenido que tirar la puerta abajo, porque yo no he tenido, y lo digo claramente, muchas oportunidades de trabajar ni con grandes directores ni en grandes producciones ni nada así. Siempre he tenido una visión un poco utópica de lo que quería hacer, pero la realidad es que uno trabaja donde puede y como puede, hasta que llega un punto en que sus circunstancias cambian y puede empezar a elegir. Yo, de manera extremadamente irresponsable, muchas veces he esperado al punto en el que ya no tenía pasta y necesitaba trabajar para comer. Pero si no es así, prefiero no trabajar si el proyecto y el personaje no me atraen. Si no mueve algo de mí, no me interesa hacerlo. Durante diez años he vivido con esa idea. No me mueve el dinero y tampoco se gana tanto cuando haces películas, a no ser que seas un actor muy famoso. Si no me alimenta el espíritu, ¿cuál es el sentido de todo? Eso es lo que he arrastrado durante todos estos años.

En España han sido muchos los actores que se han abierto un nuevo camino para encontrar los personajes que no le estaban llegando de otra forma. Tú acabas de empezar a producir películas como ‘Fragmentos’, ‘Reversión’ o ‘Islas’. ¿Qué te ha aportado esta incursión en la producción?

Tengo un gran defecto y es que yo no puedo estar parado, necesito estar haciendo cosas constantemente. Mi vida social y mis hobbies son extremadamente reducidos. Si estoy en mi casa viendo películas todo el día, después quiero hacer algo con todo lo que he visto. No soy un gran escritor y no me veo como director, pero sí creo que tengo ciertas aptitudes para intentar unir personas o elementos para llevar a cabo ciertos proyectos por los que siento pasión. Es una manera de estar involucrado desde otro lado, de entender el ejercicio de hacer cine desde otra perspectiva y obviamente también es una manera de, si surge de manera orgánica, tener acceso a personajes interesantes. No quiero ser y nunca voy a querer ser la típica persona que solo produce los proyectos en los que aparece. No es el objetivo. Quiero contar historias con personas con las que empatizo, como es el caso del debut en la dirección de Jaime Lorente, ‘El mal hijo’. Me gustó mucho trabajar con él en ‘Reversión’ y me interesaba mucho su idea. Me gusta trabajar con Frank y ayudar a Jaime a intentar unir esos universos y sacar esta película adelante, ya sea conectando con los actores, revisando guiones, consiguiendo la financiación… Me gusta estar ahí, independientemente de si estoy o no como actor. Cuando era un niño mi vocación era actuar, y sigue siéndolo. De pequeño nunca te planteas trabajar en la producción, porque no sabes ni lo que es, pero la realidad es que esto es una industria. Hay una parte artística, pero es un negocio. Se puede participar de muchísimas maneras en algo que te gusta. Ahora disfruto con cosas que salen adelante y no esperaba, como el documental con Paula Ortiz y Chris Pratt. Han sido muchos años de trabajo pero conseguir que esté Chris te hincha de orgullo.

En febrero estrena ‘Islas’, con Ana Belén. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

Ana Belén es maravillosa. Rodar con ella ha sido un sueño. Me siento muy afortunado porque he rodado ‘Fragmentos’ con Emma Suárez, ‘Reversión’ con Belén Rueda e ‘Islas’ con Ana Belén. Después de tenerla tan idealizada, es muy bonito descubrir una persona tan humilde, tan normal y tan profesional, que tiene claro que lo importante es la película y no ella. Yo lo vi al rodar en un hotel infernal en Tenerife. No te haces una idea. Yo me preguntaba: “Ana, ¿por qué aguantas y sigues aquí? ¿No quieres irte a otro lado, tú qué puedes?”. Y ella decía que no, porque por encima de todo está la película. Básicamente toda la película son escenas de los dos. Ver cómo el mito se convierte en algo real ha sido muy bonito.

¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?

Hay una película que todavía no se ha anunciado y que se rodará a principios del año que viene. Está muy, muy bien. Es en inglés, un thriller con un guion muy potente y es una historia que me apasiona, un personaje muy interesante y una estética muy llamativa. Es diferente a cualquier cosa que haya hecho y eso me motiva mucho. Hay dos películas más en desarrollo y que están avanzando, pero no sabemos cuándo se empezarán a rodar. A partir de ahora me gustaría continuar el camino que se ha empezado en 2025, poder seguir trabajando con grandes artistas, tener más oportunidades, aunque no sean necesariamente en mis propios proyectos. Sobre todo quiero continuar trabajando, porque en el fondo acabo de empezar. Te pasas muchos años intentándolo, vas haciendo papelitos aquí y allá y de repente encuentras eso que estabas buscando. Y claro, es imposible no decir: “Coño, pues que no pare ahora, ¿no?".