Halle Bailey brilla en 'La sirenita', un remake solvente pero insulso

¿Son necesarias las revisiones de los clásicos que está llevando a cabo Disney? No. Y probablemente a la compañía de los sueños le mueva más una motivación económica -el éxito de los remakes ha sido apabullante en un gran número de casos-. No son necesarios, pero pueden llegar a ser importantes. Las nuevas generaciones, como muy bien indicaba Javier Bardem, que da vida al Rey Tritón, piden mirar el mundo con otros ojos y la temática de 'La sirenita', el lograr aceptar al diferente, está más vigente que nunca.

'La sirenita' nacía rodeada, más que ningún otro, de la polémica generada por los ataques furibundos de un grupo de racistas que era incapaz de aceptar el color de piel su protagonista: una Halle Bailey que nació para interpretar 'Parte de él'. En ella reside el corazón de la película. 'La Sirenita' se puede considerar, desde ya, un éxito al haber lanzado al estrellato a una cantante, y ahora actriz, como Halle. Su carisma impregna cada escena en la que está presente y su mirada construye muchos de los puentes que el guion, demasiado temeroso de arriesgar, no puede. El momento más emotivo e impresionante de la película, así como uno de los números mejor dirigidos (una copia casi plano por plano del original), es el grito de libertad que supone 'Parte de él'. Halle Bailey construye la psicología de su personaje a través de la angustia vital de quién no quiere heredar los miedos y prejuicios de generaciones anteriores.