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Series

‘The Crown’ no encuentra el camino para cerrar la historia de Diana en su sexta temporada

La serie de Netflix arranca su última tanda de episodios mostrando que su obsesión por la guerra mediática entre Carlos y Diana tras su divorcio distrae de lo que siempre había sido el foco de la serie: Isabel II, secundaria de lujo en su propia serie

Madrid·Actualizado: 17.11.2023 - 05:00
Elizabeth Debicki como Diana de Gales en la sexta temporada de 'The Crown'
Elizabeth Debicki como Diana de Gales en la sexta temporada de 'The Crown' · Fotografía: Keith Bernstein/Netflix

La sexta y última temporada de ‘The Crown’ tiene un gran problema: se llama ‘The Queen’ y es la película que Peter Morgan, creador de la serie, escribió en 2006 sobre cómo Isabel II era incapaz de gestionar una respuesta acorde a los nuevos tiempos sobre la muerte de Diana de Gales en 1997. La oleada de pena pública de sus súbditos la pilló completamente por sorpresa a ella, mujer perteneciente a una generación educada en la resistencia impávida y estoica ante las dificultades de la Segunda Guerra Mundial (el famoso “stiff upper lip”), que no comprendía aquellas muestras de duelo que creía inapropiadas. La tristeza por la muerte de alguien querido, incluso aunque fuera de la manera que el pueblo británico quería a Diana, debía de sobrellevarse en privado y ella, máxima institución del Reino Unido, no podía dar muestras de flaqueza en público. Si la reina se tambalea, todo el país lo hace.

La dicotomía entre la persona y la institución es uno de los pilares fundacionales de ‘The Crown’ y lo que le confirió el interés a sus primeras temporadas. Pero ahora, con la primera parte de la última ya disponible en Netflix (la segunda se estrena el 14 de diciembre), ese pilar se ve ensombrecido por lo que parece más un interés morboso en una de las grandes crisis de los Windsor, como fue el divorcio entre Carlos y Diana. Ya en la quinta entrega se notaba una excesiva obsesión por la figura de Diana a expensas de quien había ocupado el foco hasta entonces (la reina) y, sobre todo, una excesiva atención por los aspectos menos interesantes de la historia. Menos interesantes y más manidos.

Diana, una historia ya conocida

La gran mayoría de los espectadores de la serie tiene edad suficiente para haber vivido en primera persona todo aquello a través de la cobertura de las revistas del corazón, por lo que los episodios no descubrían nada nuevo. Sí que servían para pintar un retrato de la relación entre Carlos y Camilla que permitía equilibrar un poco el relato, pero lo que veíamos en ellos ya se había tocado, de una manera u otra, en infinidad de documentales, reportajes y hasta películas de ficción. Solo un año antes, Kristen Stewart había interpretado a Diana durante unas navidades muy poco antes de separarse de Carlos en ‘Spencer’.

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