La alfombra roja de los Globos de Oro 2024: Rojo, blanco y negro

El parón al que obligó la huelga de actores en 2023 pareció detener el tiempo, como si no hubiera habido una transición -cuyo paso intermedio son las alfombras rojas de los festivales internacionales- entre las galas de premios del año pasado y las de este, que comenzaron la noche del domingo al lunes con el desfile de los Globos de Oro. Pero ahí estaban agazapadas las grandes marcas de moda y sus cómplices las estilistas, para echar sus garras sobre actrices y actores, con contratos de representación que esclavizan los looks de gala, imponiendo su hegemonía y convirtiendo estos actos en un paso más -uno muy importante- en la industria de la moda.

Si el cine realmente independiente tiene escasa representación en estos premios, la vanguardia y la ruptura en otros aspectos como el de la moda tampoco lo van a tener. Sólo algunas estrellas pueden imponer su estilo propio, o su voluntad de romper, o simplemente meter algún detalle en su atuendo con el que se sientan más identificadas, para imprimir un poco de personalidad, gusto, gracia o extravagancia en la uniformidad. Dicho esto, también hay que entender que en estas situaciones solo se sienten cómodas las profesionales de la moda y las “influencers”, y que el resto estarán felices de “dejarse hacer”, como si pasaran por el departamento de vestuario de una película que solo se va a ver una vez, cuyas fotos inundarán webs y prensa diaria o semanal y… NEXT!

Rojo