'Yakarta', un descenso al infierno del trauma y sus daños que crece a fuerza de ir quitándose capas

Primero fue aquel político de nombre Juan Carrasco. Después vino la justiciera de los impuestos Sara Santano. Y ahora, Diego San José le ha regalado a los ‘seriéfilos’, y a Javier Cámara, otro de esos personajes que perdurarán en la memoria. Mucho más complejo que cualquier calificativo que se le pueda atribuir, José Ramón Garrido, Joserra para amigos y enemigos, es, sin duda, el Personaje –así con mayúscula– de la temporada en lo que a drama se refiere. Y con ‘Yakarta’, si es que se puede leer así, San José completa el giro hacia el drama que venía dando en los últimos tiempos como creador. ‘Vota Juan’ y sus siguientes entregas eran comedia. ‘Celeste’ era una dramedia que tenía más de drama que de comedia. Y, definitivamente, ‘Yakarta’, estrenada la pasada semana en Movistar Plus+, es un drama incuestionable y tremendamente complejo que plantea un descenso a los infiernos del trauma y los daños colaterales del mismo que remueve, destroza emocionalmente y conmueve a partes iguales.

“Nadie juega al bádminton si es feliz”, reza la frase que acompaña al cartel promocional de ‘Yakarta’. Leído así, sin saber más, hasta resulta gracioso. Pero nada más lejos de la realidad que refleja esta serie: la de un perdedor, la de un hombre roto por dentro y por fuera al que se presenta de una manera en los dos primeros episodios para descubrir realmente en el tercero. Es la gran apuesta (ganadora) de Diego San José en su nueva creación. Primero coloca al espectador en un lugar desde el que tiene que enfrentarse a un personaje difícil de comprender. Un tipo -profesor, divorciado, entrenador de bádminton y tremendamente amargado- al que es fácil prejuzgar como alguien dañino para quienes tiene cerca y para sí mismo. Hasta que, de pronto, en un tercer capítulo tan revelador como sobresaliente a todos los niveles, se descubre el porqué de su comportamiento. No se le justifica. No. Solo se le explica. Y ya es bastante. Porque justo en su ecuador –la serie está compuesta de seis episodios– este original de Movistar Plus+ producido por 100 Balas (The Mediapro Studio) y Buendía Estudios Canarias se abre en toda su enormidad, complejidad y humanidad.