Juana Macías: “No es fácil tener continuidad en el cine, esta es una industria muy voluble”

Inma Cuesta, Diego Martín, Sara Sálamo, Alfonso Bassave, Pere Ponce, Gonzalo de Castro, Isabel Ordaz y Luisa Gavasa protagonizan ‘El favor’ -ahí es nada–, una comedia de enredos y secretos de familia escrita por Cristóbal Garrido y Adolfo Valor que llega este viernes a las salas bajo la dirección de Juana Macías. Con la directora hemos hablado en Kinótico sobre el juego que da la familia como temática –en este caso en clave de comedia–, las escenas de acción disparatada de la película –que las hay–, su carrera como directora y guionista y cómo ha cambiado el panorama desde aquel Goya ganado en el año 2000 por su corto ‘Siete cafés por semana’.

“La familia”, arranca la entrevista con Macías, “es inagotable. Es un tema que, como es central en todos, da para mucho”, ya sea en drama o en comedia. ‘El favor’ se decanta por el humor y por una estirpe de abogados con mucho dinero y un poco de “clasismo” a cuestas en la que los tres hijos ya adultos (Diego Martín, Inma Cuesta y Sara Sálamo) lidian en su día a día con los roles asumidos o impuestos y con las expectativas que recaen sobre ellos. “Digamos que el punto de partida es esta familia detestable”, aclara la directora sobre de qué va ‘El favor’, “y luego hay un viaje propiciado por Amparito [Luisa Gavasa] y su petición, que es una especie de catarsis, pero también es una especie de oportunidad para que salgan a la luz todas esas cosas que no se han dicho o que se han ocultado y una oportunidad para librarse de la mochila familiar”.

La petición de Amparito, la mujer que les crío y cuidó de niños, es que le hagan un favor: ser enterrada en el panteón familiar, el de los Gallardo. Y, previsora ella, como sabe que eso no va a ocurrir, le deja una carta a cada uno de los hermanos que desatarán una serie de situaciones disparatadas y sacarán a la luz secretos enterrados durante años como quién mató a Bruno, el perro que tenían de niños. El lío está servido. También la risas, los dados envenenados y la acción. Sobre este último punto y esas peleas de los hermanos Gallardo que son pura acción, cuenta Macías que fue una parte “muy divertida de rodar’ y que también sirve, de alguna manera, para “redimir a los personajes, porque para darles una segunda oportunidad había que llevarles un poco al límite”.