El alcalde de Sevilla asegura la continuidad del Festival de Cine Europeo, un "pilar fundamental de la actividad cultural"

Un gran suspiro de alivio -quizá metafórico, aunque mucho menos de lo que pudiera parecer- recorrió anoche los patios de la Real Fábrica de Artillería de Sevilla. Se celebraba la gala de inauguración de la edición número 20 del Festival de Cine Europeo de la ciudad, y a juzgar por algunos discursos -y conociendo, por supuesto, los antecedentes-, el mero hecho de poder brindar por el arranque de la muestra no estaba ni mucho menos asegurado hacía unas semanas. El festival, envuelto en una serie de decisiones administrativas adversas y en un cambio en la dirección artística [coincidente con otro cambio, el político, surgido de las urnas en mayo] a punto ha estado de no poder cortar la cinta roja. Pero el apoyo del sector del cine andaluz empujó a las autoridades en verano y las convenció de que no celebrar el SEFF en 2023 no era una opción.

"El Festival de cine de Sevilla va a seguir siendo un pilar fundamental de la actividad cultural de esta ciudad", aseguró el alcalde José Luis Sanz durante el discurso que cerró la velada, comprometiendo así la continuidad de la cita cinéfila. Y lo hizo después de dar las gracias al sector que citábamos, a la delegada de Cultura Minerva Salas, a los trabajadores y trabajadoras del ICAS y a Manuel Cristóbal, "sin cuyo empeño nada de esto sería posible", que asumió la coordinación general del festival tras la marcha de José Luis Cienfuegos a Valladolid y la baja médica de Tito Rodríguez. El primer edil pidió a todos que, desde el día en que termine esta edición [se va a extender entre el 23 y el 29 de noviembre] se empiece a trabajar ya en la próxima "para ver qué quiere ser este festival en el futuro".

El productor Antonio Saura, exvicepresidente de la Academia del Cine Europeo y miembro de la junta directiva como representante de España, subió también a la tarima para trasladar al festival el apoyo de la institución. Hasta hace dos ediciones, la EFA elegía siempre Sevilla para celebrar el acto de lectura de nominaciones de los Premios del Cine Europeo, que ahora se difunden solo por redes sociales. "Por eso estoy aquí", decía, "para mostrar el firme apoyo de la Academia a este festival, para transmitir un mensaje de apoyo y de felicitación a la gente que ha levantado este festival a pesar de todo lo que ha surgido". Después deseaba que ese apoyo institucional continuase en el futuro.

Y fue también una noche de homenajes. La madre de Juan Antonio Bermúdez, programador del festival recientemente fallecido, recogió un Giraldillo de Honor en su nombre de manos del propio alcalde. Minutos antes fue la cineasta francesa Catherine Breillat la que recibió su estatuilla, que le entregó la delegada de Cultura sevillana Minerva Salas. "Estoy muy feliz de estar aqui, rodeada de gente que ama el cine y ama las ideas", decía la directora con la ayuda en la traducción de Concha Ortiz. "Soy una cineasta de las emociones. Es importante un cine de la distraccion, del entretenimiento, pero lo mas importante es la importancia de la ficción en la construccion del mundo tal y como lo conocemos. Para que este tipo de cine exista, los festivales son no importantes, sino imprescindibles".

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