Demi Moore y el largo camino hasta los Oscar del ‘comeback’ más sorprendente de 2024

Demi Moore nunca había estado en Cannes con una de sus películas. La carrera de la protagonista de ‘Algunos hombres buenos’ siempre se había situado en las antípodas del festival de cine más prestigioso del planeta. Incluso cuando era una de las actrices más populares de los 90, los únicos premios que se acordaban de ella con regularidad eran los Razzie. Solo entre 1992 y 2004 acumuló hasta cuatro galardones de los premios que reconocían lo peor del cine estadounidense gracias a películas como ‘La teniente O’Neil’, ‘Striptease’ y ‘Los Ángeles de Charlie: Al límite’. Su papel como villana en aquel blockbuster fue su última gran aparición en una película de Hollywood. 20 años después, la que llegó a ser la actriz mejor pagada de la industria ha recibido las mejores críticas de su carrera con ‘The substance’, una historia feminista en clave de ‘body horror’ que dialoga directamente con su carrera y con la tiranía de la belleza y la juventud que aplica Hollywood a sus actrices.

Coralie Fargeat contó durante la rueda de prensa en la Croisette que se dio cuenta de que Moore era la mejor opción posible para protagonizar su segunda película después de leer las reflexiones de la actriz sobre su carrera y su propia vida en sus memorias. La gran sorpresa de lo que llevamos de la 77 edición del Festival de Cannes gira alrededor de la figura de Elizabeth Sparkle, una actriz ganadora del Oscar que, superados los 50, sigue trabajando como presentadora de un popular programa de fitness. Tras ser despedida por ser demasiado mayor para el trabajo, la vieja gloria de Hollywood se somete a un tratamiento revolucionario que permite crear un alter ego más joven, más hermoso y más perfecto (Margaret Qualley). Para que el tratamiento funcione, las dos mujeres se tienen que intercambiar cada siete días. Sin excepción.

La elección de una vieja gloria de Hollywood como Demi Moore para interpretar a Elizabeth Sparkle es una elección de casting brillante que la actriz exprime hasta la última gota (en este caso, de forma literal). “El compromiso, la rabia y la desesperación de la que hace gala solo está al alcance de las artistas que han derrotado al miedo y no tienen nada que perder”, destacaba la crítica de Kinótico, poniendo como ejemplo una escena en la que el personaje se derrumba frente a un espejo minutos antes de salir a tomar algo con un viejo compañero del colegio al que en otro momento de su vida no hubiera dado ni la hora. Es una escena que captura a la perfección la mezcla de dudas, dolor e inseguridades del personaje, un momento de verdad y fragilidad absoluta que recuerda a una escena icónica de Margot Robbie de 'Yo, Tonya'. En un universo en el que Demi Moore es nominada por primera vez a los premios de la Academia, esa sería la elección perfecta para su Oscar clip.