El vigor de la animación hecha desde España: 'SuperKlaus' y la apuesta por el público familiar

La industria española sigue apostando por la animación y, cada vez, con mayor vigor. Este 2024 ha sido un claro ejemplo de ello. Desde las apuestas comerciales de 'Dragonkeeper: Guardiana de dragones' o 'Buffalo kids', pasando por el tono más adulto de 'Mariposas negras', la valiente apuesta de María Trénor en 'Rock Bottom' y llegando hasta la nominación en los EFA para 'El sueño de la sultana'. Este próximo 5 de diciembre llega a las salas españolas 'Superklaus', uno de los últimos títulos animados del año que llega para darle una vuelta de tuerca en tono superheroico a la Navidad y las historias sobre Santa Claus. En Kinótico hablamos de animación, de oportunidades, de representación y talento español con Andrea Sebastiá, codirectora de la cinta junto a Steve Majaury, y con Miguel Miranda, director de animación de esta producción hispano-canadiense.

Primeras veces

"Tras un fuerte golpe en la cabeza, Santa Klaus se despierta creyendo que es SuperKlaus, el superhéroe de una popular saga de películas. Esto desata el caos en el Polo Norte y Fafnir, un avaricioso fabricante de juguetes, aprovecha la situación para tomar el control del taller de Santa. Solo Billie, una niña astuta y valiente, su robot C.A.R.L. y el elfo Leo podrán desbaratar sus malvados planes y salvar la Navidad antes de que sea demasiado tarde". A Andrea Sebastiá lo que le llamó la atención del proyecto fue el guion, "una película navideña con superhéroes y en un tomo muy humorístico", y la oportunidad de codirigirla le llegó de la mano de Darío Sánchez, CEO de 3Doubles Producciones -empresa productora de la película junto a Capitán Araña, Smartrek Films A.I.E. y PVP Media-. "Al inicio me lo pensé un poco, es una gran tarea codirigir", relata Andrea, "pero acepté el rol y no me arrepiento de nada. Apliqué todos mis conocimientos desde la parte técnica, mis estudios en comunicación audiovisual pero, lo más importante, fue compartir este proyecto con el equipo con el que normalmente trabajo desde hace más de 5 años".

El primer largometraje de Sebastiá, “un trabajo muy buen alineado con Majaury” en el que se ocupó sobre todo de algunos de los últimos y laboriosos procesos como los efectos, la iluminación y la composición, también ha sido una importante primera vez para Miguel Miranda, director de animación de la producción y que ha dado el salto del 2D al 3D, tras trabajar en proyectos como la celebrada 'Cleo'. “Tuve que aprender cómo son los procesos porque son bastante diferentes y eso para mi fue un reto”, confiesa Miranda, “lo que más me costó fue aceptar que hay cosas que no se pueden dibujar directamente. Si necesito algo de una manera determinada tengo que dar pasos atrás y saltar varios departamentos para que se diseñe el nuevo modelo. En ese sentido puede ser más tedioso, es menos inmediato, pero cuando se trata de darle vida y animarlo es todo igual”. Su papel como director de animación es “gestionar, supervisar y definir el estilo de animación junto a los directores”. Tras los testeos iniciales y la aprobación del estilo de animación se encarga de “gestionar los equipos y el día a día asignando los planos en los que deberán trabajar” y, finalmente, de realizar el feedback correspondiente para que la visión del director y la del equipo lleguen a buen puerto.

Los retos y la representación

Una de las primeras tareas es, obviamente, el diseño de personajes. “No solo físicamente”, aclara Miranda, “también psicológicamente. Cómo se expresan, cómo se mueven”. Un trabajo fundamental para después juntar todas las piezas que componen cada plano y llegar al resultado final. Técnicamente es una producción compleja que ha tenido escenas especialmente laboriosas, como “las escenas en el centro comercial o la gran batalla final”, pero finalmente todo se reduce a una trama central en la que los pequeños momentos marcan la diferencia: “Al principio de la película hay una escena que es clave, en la que nuestra protagonista le pide a Leo, el elfo, pasar más tiempo con sus padres a cambio de ayudarle”, señala Miranda. Un acercamiento en el que coincide Sebastiá: “En la cinta es fundamental el valor de la familia. Al inicio hay un plano que llama la atención en el que Billie habla con sus padres y en el que no te das cuenta que son un holograma hasta que cambia la cámara”. Esa “soledad” es parte fundamental del desarrollo del personaje, la soledad de una infancia “rodeada de tecnología” y con unos padres “absortos por su trabajo”.

Sebastiá reconoce que ha sido un reto importante en el que han “innovado para diferentes fases de la producción desarrollando nuevas herramientas”, en una producción que también lleva por bandera la diversidad. “La madre es negra, el padre latino y Billie es mulata. Y estaban contados así desde el guion. Incluso los elfos son claramente diferentes entre ellos”, resalta Sebastiá, “Tiene que haber diversidad, es natural, porque en el día a día también existe”. El trabajo de Sebastiá como codirectora de una película de animación puede pasar, en ocasiones, inadvertido, como demuestra que en cualquier temporada de premios las cintas de animación se ven relegadas exclusivamente a la categoría animada correspondiente (ya sea largometraje o cortometraje). “Realmente tomas las mismas decisiones que en cualquier otra película”, explica Sebastiá, “No tienes actores (salvo que uses motion capture), pero tienes que guiar a un equipo, coordinar al supervisor de layout, el storyboard, todo el proceso de animación… los procesos son parecidos, cambia lo que ves delante”.

Una industria pujante

Que la animación ha ganado fuerza en España con el paso de los años no es algo ajeno ni a Sebastiá ni a Miranda. “Estoy notando realmente un gran crecimiento en la animación, hace 10 años no había tantos títulos como ahora”, reconoce la codirectora, “En 3Doubles Producciones estamos coproduciendo películas en las que antes la empresa solo hubiera hecho 'services' trabajando para otros. Ahora somos coproductores, abrimos fronteras y la calidad de los proyectos se puede igualar a los proyectos que se hacen fuera, teniendo en cuenta claro que aquí no manejamos los mismos presupuestos que en el exterior”. Además, se “han multiplicado las empresas de animación y VFX” que traen nuevas oportunidades para el talento nacional que “al terminar sus estudios se tuvo que ir fuera”. Una de esos focos de atracción de talento son las Islas Canarias, donde 3Doubles tiene su casa y en donde Andrea Sebastiá acompañó al equipo mano a mano durante todo el proceso.

Miguel Miranda lleva desde 2007 en el sector y se formó en el primer estudio de animación que hubo en Canarias, ‘La casa animada’, tras realizar un Máster de animación. “Todavía estaba pagando mi Máster y ya estaba dando clases. Fue un poco loco todo, pero poco a poco fuimos formando a nuevas generaciones y convenciendo a las instituciones para que se implicaran e ir construyendo una industria alternativa a la que tenemos aquí basada en el turismo”, admite Miranda. Con los años las Islas Canarias se han convertido en un punto crucial para la industria española, en la que los incentivos fiscales se ha convertido en reclamo fundamental: “Las políticas adoptadas generaron una avalancha enorme de estudios. Las primeras generaciones de animadores que formamos, entre 20 y 25 por promoción, acababan trabajando fuera porque aquí la situación aún era inestable. Trabajábamos seis meses y después podías estar otros tres en el paro. He tenido alumnos desde Hong Jong a Estados Unidos. Pero lo bonito ha sido ver cómo han ido volviendo”. Un talento del que en última instancia ‘Superklaus’ bebe directamente y un proceso del que Miranda se siente “especialmente orgulloso” de haber formado parte.

A ‘SuperKlaus’ ya solo le queda por delante el veredicto del público. El estreno el 5 de diciembre, aprovechando el largo puente, y con las Navidades por delante, la gran apuesta de animación española de final de año buscará ganarse el favor de las familias que acuden en masa a las salas de cine en esas fechas. “El superhéroe de las Navidades” llega con fuerza para agradar al público infantil pero también a sus acompañantes: “Cuando hemos podido enseñarla los niños se reían de una manera escandalosa”, responde ilusionada Andrea Sebastiá, ”Dependiendo de la edad a veces no aguantan tanto en el cine, pero ver que la están recibiendo de esa manera y que están recibiendo el mensaje tan bonito de esta película es ilusionante”.