Objetivo Goya. 'Pietra' y 'Carmela', el stop-motion comprometido y social de Pangur Animation

La animación en España crece cada año, se expande, encuentra nuevos caminos y coloca a la industria audiovisual de nuestro país entre los polos más potentes para la creación y desarrollo de nuevos proyectos. En este contexto complejo pero vibrante para la animación realiza su trabajo Pangur Animation, un estudio de animación stop-motion que celebra la artesanía del cine desde Valencia. Hoy hablamos con Leticia Montalvá Sánchez, productora ejecutiva, y Vicente Mallols, socio fundador, director y animador, sobre su amor por un arte tan complejo como satisfactorio y sobre los dos cortometrajes en los que han participado y que optan a la nominación en los Goya 2026, ‘Pietra’ y ‘Carmela’, tras haber entrado en la 'shorlist' de la Academia de Cine.

Pangur Animation nace a finales de 2015, cuando un grupo de cuatro animadores apasionados por el stop-motion se reúnen tras una experiencia laboral en común. La serie ‘Clay Kids’ funciona en cierta manera como cantera de nuevos talentos del stop-motion. Pablo Muñoz, Ana Esteve, Iván Madolell y Vicente Mallols encienden la chispa de lo que hoy es un estudio que no ha cesado en producir, coproducir y soñar con nuevas historias. ‘Feardom’ fue el primer trabajo como estudio de animación y, desde ese primer proyecto, no han dejado de crecer. Pangur funciona como una “cooperativa”, con una estructura completamente “horizontal”. Los trabajos para otros mercados, la publicidad, un capítulo especial para ‘Scooby Doo – Mistery cases’ o ‘Barrio Sésamo’; son experiencias que les han ayudado a construir un interesante porfolio de proyectos.

En 2020, se incorpora Leticia Montalvá, la cual ya conocía al equipo original por la experiencia conjunta en ‘Clay Kids’. “Tenían la intención de hacer una serie, ‘The inner life’ y necesitaban alguien que empezara a moverlo”, recuerda Montalvá. “Mi impresión es que era muy difícil levantar una serie y conseguir el dinero, sobre todo con dinero público en este caso. Así que mi recomendación fue empezar por un piloto, algún corto y construyendo ese cuerpo de trabajo necesario. Así surgió ‘The inner life’, el cortometraje. También hicimos ‘Becarias’, que fue el gran boom que no esperábamos”, señala. Este último corto, dirigido y guionizado por Marina Cortón, Marina Donderis y Nuria Poveda, se hizo con el Premio Lola Gaos al Mejor Cortometraje de animación en 2023 y la nominación al Goya al Mejor Cortometraje de animación en el mismo año. Unos años en los que el estudio ha compaginado las producciones propias, con la prestación de servicios y la publicidad para seguir creciendo y creando, como ‘Only rats’, su nuevo cortometraje ganador de la tercera edición de MIANIMA.

El estudio respira creatividad y cada socio tiene su papel dentro de Pangur. Desde los socios fundadores a las últimas incorporaciones como Lucía Martínez, con perfil de taller centrada en los 'puppets'. “Lo que nos diferencia es que solo hacemos stop-motion y que todo se hace en Valencia. Cada socio tiene su papel. Dependiendo de la necesidad, tenemos más o menos gente. Siempre estamos abiertos a que haya más socios”, cuenta Montalvá, “En Valencia somos como una familia los del stop-motion. Somos unos raritos que hacemos cosas que nos hacen felices”.

El compromiso de 'Pietra' y 'Carmela'

El stop-motion es una técnica tan compleja como longeva, cuya historia se rastrea hasta casi los orígenes del propio cine. Es costosa, laboriosa y necesita, sobre todo, mucho tiempo. Un enorme esfuerzo para el que la coproducción es una herramienta fundamental. Los dos cortometrajes que optan a la nominación al Goya de Pangur Animation, ‘Pietra’ y ‘Carmela’ lo son. ‘Pietra’ es una coproducción con Polonia y Portugal; mientras ‘Carmela’ es una coproducción con Francia, pero también con Mansalva Films (Madrid). “Es cierto que en los últimos años se ha ganado mucho en los fondos para la animación, que se están dando cuenta de que se necesita más dinero. Son meses y meses de sueldos. Somos una pata muy importante de la industria. Trabaja mucha gente en estos proyectos. En ‘Carmela’ tuvimos hasta 50 personas en diferentes fases”, reclama Montalvá. La nominación al Goya por ‘Becarias’ facilitó el poder acceder a ciertas ayudas y encontrar socios de viaje: “Pasamos de ser unos desconocidos a que la gente se fijara en nosotros. Ahora tenemos una serie en proyecto, otro corto… realmente esa la importancia de los Goya, que nos de visibilidad a quienes trabajamos en animación”.

‘Carmela’ llevaba años en la cabeza de Vicente Mallols, su director, y solo necesitaba el momento adecuado para materializarlo. Desde los inicios del estudio llegaron a la conclusión de que harían “el esfuerzo de producir cortos tanto salidos de manera interna como produciendo a otras personas”, recuerda Mallols. “Lo importante es que nos motivara o implicara una temática social que hiciera plantearse cosas al espectador. No producir por producir”, señala el productor y director como seña de identidad del estudio de animación. Si ‘Carmela’ sale del propio estudio, la participación en ‘Pietra’ se origina en los mercados y con una relación previa con el productor Nuno Beato (‘Los demonios de barro’). “El trabajo que hizo Cynthia Levitan de modelado, de diseño… era un caramelito para nosotros. Se nos juntaron los dos cortos en el mismo año, pero no podíamos decir que no”, rememora Moltalvá.

‘Pietra’ se acerca a la realidad de las personas trans y de la vejez desde la empatía, buscando los hilos que nos unen como sociedad. ‘Carmela’ reclama la voz perdida de las mujeres milicianas que lucharon por una España democrática frente al fascismo. Dos historias de contenido político y social arropadas por un impactante apartado técnico. “En el caso de ‘Pietra’ el énfasis lo pusimos, además de en la propia animación, en la iluminación y la dirección de fotografía”, señala Mallols, “Hay un trabajo muy chulo de Celia Benavent en ese apartado para que los decorados, las texturas y los propios personajes dieran todo el juego posible”. Un cortometraje que ha supuesto un paso adelante para el estudio al plantearse un enfoque y una aproximación “sabiendo que eran más complejas y que iban a llevar más tiempo”, como señala Montalvà, “Son pasos que técnicamente nos están haciendo crecer para mejorar en la calidad visual”. Pietra, entre otros logros, se encuentra en la longlist de los Oscar, estuvo nominada a los premios Sofia de la Academia de Cinematografía Portuguesa y lleva 24 premios ganados, con más de 150 selecciones en festivales nacionales e internacionales.

El caso de ‘Carmela’ es muy diferente. “Había tanto que contar que lo difícil era integrar toda la contextualización sin que sobrepasara. El discurso de Clara Campoamor es una parte fundamental. ¿Cómo no íbamos a hacer hablar a Clara Campoamor? Era una parte clave dar vida a esas imágenes que realmente no tenemos de ella hablando. Ahora la podemos ver”, recuerda Montalvá. A Mallols, como director, le hubiera encantado “que no tuviera diálogos” pero el tema era demasiado complejo, finalmente fue la guionista Elena Sánchez la que propuso la idea de realizar la narración de forma epistolar a través de las cartas que envía la protagonista. El cortometraje ganó el Premio del Público en el pasado Festival de Málaga, ha ganado en los premios Lola Gaos y sigue su periplo por festivales. “Está siendo muy emocionante. La gente viene y te cuenta su historia, a lo mejor no relacionada directamente con las milicianas, pero sí con la Guerra Civil. Y está conectando mucho con la gente joven, que era la idea también”, reconoce con emoción Mallols. 'Carmela' suma entre sus logros el premio al Mejor corto de animación en el Skyline, en el festival de Lanzarote, en Torrelavega y en Soria; asimismo, en Xianmen, por la asociación China de animación, se llevo el mejor corto de animación global y lleva 42 premios ganados hasta el momento, con más de 100 selecciones en festivales nacionales e internacionales.

“Uno de los grandes retos de ‘Carmela’ fue contar tanto en tan poco tiempo. Teníamos que contextualizar y condensar hitos históricos. Era complicado a nivel narrativo y a nivel de guion, pero creíamos que era necesario contextualizar y que se entendiera. Y, sobre todo, la idea original de Carmela era al contar por qué en un momento determinado de la historia, y prácticamente por primera vez, las mujeres deciden ir de manera voluntaria al frente y coger un fusil. Entonces, para eso era necesario contextualizar de dónde venían. Venían de esa Segunda República, de conseguir esos derechos que luego se esfumaron”, reafirma Mallols. Para acompañar a la historia decidieron dar un “salto al vacío” en cuanto a la puesta en escena. “La dirección de arte se planteó de una manera muy teatral, tratando de desnudar los escenarios, de desnudarlo todo un poco. Todos los que hacemos animación stop-motion tenemos una cosa y es que disfrutamos tanto construyendo cada elemento, queremos que se vea todo el decorado. A diferencia, por ejemplo, de Pietra, que tiene mucho detalle en los decorados, aquí la idea era desnudarlo todo y conectar con la historia”, describe Mallols.

El futuro

Pangur Animation trabaja en el presente, pero con la vista también puesta en el futuro. “Leticia siempre me lo dice, en algún momento habrá que dar el salto al largometraje. Queremos estar ahí. Pero lo que aprendimos desde el principio es que teníamos que ir paso a paso”, admite Mallols, “Parece que estamos en el camino correcto. Probablemente en los próximos cinco años estemos moviéndonos por mercados para un proyecto de largometraje”. Leticia Montalvá, con los pies en la tierra, aboga por entrar primero como minoritarios. La situación de la animación es muy diferente a los cortometrajes de ficción, cuyo paso por el cortometraje para hacer el largo suele ser más inmediato. “Hay mucha gente que está haciendo ficción diciendo: ‘No, pero vamos a hacer el largo de este corto’. En mi caso sería más: ‘Ponte tú a hacer el largo de ‘Carmela’. Danos siete años y ya hablamos’”, bromea.

Tanto Moltalvà como Mallols tienen la sensación de que la industria “ha cambiado mucho” en los 10 años de vida del estudio de animación. El número de proyectos ha aumentado, la visibilidad de la animación española se ha internacionalizado cada vez más y los reconocimientos siguen llegando. “Ha cambiado mucho la relevancia o lo que se está haciendo, cómo de arriesgados son los proyectos que hacen animación, cómo de interesantes y también diversos. Hay muchísimas directoras mujeres que están haciendo cosas muy guais e interesantes en animación”, celebra Montalvá. Y aunque la animación no siempre recibe el respeto y reconocimiento que merece, casos como los de ‘Robot dreams’, de Pablo Berger, el trabajo de Alberto Vázquez (‘Decorado’, ‘Unicorn Wars’) o la reciente ‘Olivia y el terremoto invisible’, de Irene Iborra, demuestran el buen estado del sector. “Si en diez años hemos llegado hasta aquí, en otros diez años estaremos mejor. Se nota en todas partes, aunque no siempre los premios lo reflejen”, admiten. ‘Carmela’, nos trasladan, ha funcionado especialmente bien en festivales no específicos de animación, lo cual incide en la idea de que “lo importante no es la técnica, sino la historia que cuentas”.

*** Este artículo es posible gracias al estudio de animación Pangur Animation, coproductores de los cortometrajes de animación 'Pietra', dirigido por Cynthia Levitan, y 'Carmela', dirigido por Vicente Mallols