Informe contra la gordofobia

La representación de personajes gordos en el cine y las series españolas aumenta hasta el 6,6%

Pese al incremento de la representación, esta sigue siendo susceptible de muchas mejoras en cuanto al tratamiento de los personajes y está muy lejos de la realidad

Madrid·Actualizado: 11.12.2024 - 05:25
La actriz Esperanza Guardado, el periodista Enrique Aparicio, la activista María Bennouna Rubia y Elena Crimental, directora de comunicación de ODA
La actriz Esperanza Guardado, el periodista Enrique Aparicio, la activista María Bennouna Rubia y Elena Crimental, directora de comunicación de ODA · Fotografía: ODA

El Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA), en colaboración con el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Netflix y Filmin, presentó la mañana de este martes, en el cine Doré, su segundo Informe contra la gordofobia. La primera y principal conclusión que se obtiene del mismo es el aumento de la representación de personajes percibidos como gordos tanto en el cine como en las series españolas llegando al 6,6% de un total de 1.756 personajes analizados en 101 películas y 70 series en 2023. El año anterior el porcentaje fue de 5,4%.

Según el desglose por formatos, en 2023 el aumento de corporalidades disidentes en las ficción audiovisual nacional supone un 8,83% en cine y un 8,2% en las series, frente al 5,4% y el 4,7% del año anterior. Aunque su presencia aumenta en pantalla, esta sigue siendo residual y está supeditada en muchos casos a una representación estereotipada y, en ocasiones, asociada a la violencia y/o burla contra estos personajes. Y, como señalan los responsables del informe, no deja de ser testimonial si se toma como referencia que, según una investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), en España el 55,6% de la población adulta estarían fuera de lo considerado normopeso. En el caso de los menores, uno de cada tres.

Sobre los estereotipos que van asociados a la aparición de personas gordas en la ficción, se señala desde ODA que muchas veces esta “está muy condicionada por estereotipos como señalar la pasión por comer como un rasgo de las personas gordas o los comentarios jocosos sobre su aspecto. No es casual, de hecho, que se acuda con frecuencia al humor como vehículo para interpretar la gordura, mostrada habitualmente como una otredad ridícula”.

Entre las novedades de esta segunda edición del Informe contra la gordofobia destaca el uso de una nueva herramienta, denominada Test Divine –nombrado así en honor de la popular artista drag–. Se trata de un cuestionario que se aplica a cada uno de los personajes analizados y por el cual se obtienen datos sobre su relevancia dentro de la película o serie en la que aparecen. Así, el restallado del Test Divine ha arrojado estos resultados en su primer año de aplicación: el 24,29% de los personajes con corporalidades disidentes en películas y el 19,75% en series tienen tramas importantes que no giran solo y exclusivamente alrededor de su apariencia. Por otro lado, la mitad de los personajes gordos no cuenta con trama propia.

En cuanto al género, no hay un patrón concreto que se pueda aplicar como lectura, ya que en cine aparecen más hombres gordos, mientras que en las series hay más mujeres gordas. Lo que sí arroja el estudio es que los espectadores tienen una mayor tendencia a llamar gordas a las mujeres que a los hombres y que si ellos reciben más burlas a la hora de realizar actividades físicas, a ellas se les somete con más frecuencia a una hipervigilancia sobre su aspecto a través de comentarios relacionados con la dieta o la estética.

Otra de las novedades introducidas en esta segunda edición del informe es la relación entre peso por encima de la norma e ingresos económicos. El dato es que en torno al 84% de los personajes con peso no normativo se enmarcan dentro de las clases medias o bajas. Respecto a la violencia que sufren en pantalla estos personajes, los menores siguen siendo el mayor blanco. En lo referente a la intersección entre diversidad corporal y otras identidades, esta representación sigue siendo baja; y la discapacidad sigue estando asociada muchas veces directamente con corporalidades no normativas, especialmente si son discapacidades visibles. En el caso de los personajes LGBTIQA+, destaca el informe ODA que “se han diversificado en series, teniendo representación casi todas las siglas excepto las grandes olvidadas (asexualidad e intersex), pero en cine solo hay un único personaje que sea gordo y queer”.

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