'Custodia repartida', una serie sobre muchas "pequeñas grandes cosas" que retrata lo "difícil que está la vida" bajo la lupa de Fesser

‘Custodia repartida’ llega este viernes a Disney+ -tras el estreno en abierto de sus dos primeros episodios el pasado miércoles en La Sexta– con la muletilla de la primera serie de Javier Fesser a la espalda y con la comedia (con tintes de drama, unos cuantos) como reclamo de atención. Dicho esto, que ya es más que suficiente para darle una oportunidad, la creada por Juanjo Moscardó y María Mínguez es mucho más que eso. Este nuevo original de Disney+, producido en colaboración con The Immigrant, se presenta como un retrato tan real como empático de lo que es un choque generacional en toda regla (padres/madres vs. abuelos/abuelas) y de una realidad social (la de la conciliación, la del precio de la vivienda o la inestabilidad laboral) que golpea el día a día del ciudadano de a pie. De esto, de rodar con niños y de cómo hacen frente a los nervios de los días previos al estreno (si los hubiera o hubiese), hemos hablado en Kinótico con los protagonistas adultos de ‘Custodia repartida’. Es decir, con Adriana Ozores, Francesc Orella, Lorena López, Ricard Farré, Aten Soria y Fernando Sansegundo.

Pero, antes de entrar en harina. O, lo que es lo mismo, en lo que contaron quienes dan vida a unos personajes construidos desde la ternura y la conexión con la realidad, un poco de contexto/presentación. Cris y Diego, a los que interpretan Lorena López y Ricard Farré, son un matrimonio mal avenido con una hija en común que decide separarse. Él, community manager y autónomo, no puede permitirse pagar un alquiler por su cuenta. Ella, con un buen puesto y una oferta de ascenso sobre la mesa, no puede permitirse vivir sola porque su ritmo de trabajo (y su adicción al mismo) no le permite conciliar. Así que ambos toman la decisión de volver a vivir con sus respectivos padres, a los que interpretan Adriana Ozores y Francesc Orella (abuelos por vía paterna) y Aten Soria y Fernando Sansegundo (abuelos por vía materna). Cada uno de ellos tiene su particularidad, ninguno es un santo ni lo hace todo bien, pero, como explica Farré, “ves bondad en los personajes, nunca hay maldad, están aprendiendo de sus torpezas emocionales” y eso hace que sean cercanos, entrañables a su manera y que, pese a sus errores, se empatice con ellos.

El guion de ‘Custodia repartida’, que Adriana Ozores define como “inteligente”, alberga una historia de personajes usándolos como “espejo”, como apunta Aten Soria, y a la serie en sí misma como reflejo de la sociedad actual. Esa en la que el precio de la vivienda está disparado, ser autónomo cierra puertas (económicas y burocráticas), la conciliación se convierte en una carrera de obstáculos, tener hijos penaliza en lo laboral y los abuelos se convierten en la única y sobreexplotada tabla de salvación de unos padres y madres desbordados. Amén, claro, de lo complicada que es una separación con niños de por medio. “Es que trata muchos temas”, valora Lorena López, quien enfatiza ese choque generacional tan bien retratado en el arranque de la serie a la hora de comunicar la decisión de separarse: “Es esta generación que se ha casado con la cosa de ‘hasta que la muerte nos separe’, que es un lastre que hay que ir quitando porque si las cosas no van, pues, oye, igual vas a estar mucho mejor aunque cueste, porque todo duele. Luego está la cosa de irte a casa de tus padres y volver a revivir eso de ‘mamá, ya soy adulta’”.