María Almudéver, presidenta de la AAPV: "Si tienen tanto interés por acallarnos, es porque a lo mejor nuestra voz tiene valor"

“Ya lo intuíamos. Lo que pasa es que desde que se abrió À Punt se había retransmitido, así que teníamos un hilo de esperanza”, confiesa María Almudéver, presidenta de la Associació d'Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV), nada más arrancar su conversación con Kinótico días después de hacerse oficial la decisión de la cadena autonómica de no retransmitir la gala de los Premios AAPV 2025. La ceremonia, que tendrá lugar el próximo 2 de junio en el Teatro Principal de Valencia, podrá seguirse a través del canal de Youtube de este medio. Almudéver repasa el transcurso de los acontecimientos, hace una lectura en clave política (no hay otra posible) de lo sucedido y mira al futuro no sin cierto temor, aunque combativa.

Todo eran señales encaminadas a pensar que acabaría sucediendo lo que finalmente ha sucedido. La primera pista fue la cancelación de la retransmisión de los galardones del IVC (Institut Valencià de Cultura) y le siguió la de los de la Academia Valenciana del Audiovisual (AVAV). Sobre esto, explica Almudéver, la suspensión de la primera es más que comprensible porque “no era momento ni de celebraciones ni de nada”, pues solo habían pasado unos días de la tragedia de la Dana. Pero eso no quita para señalar que la gala, que finalmente siguió adelante sin señal de televisión, se convirtió en “el primer acto de censura”. Y se refiere así a lo ocurrido porque “los premiados tenían unas instrucciones directas vía mail de que no podían hablar”. Las instrucciones que recibieron consistían en salir, recoger el premio, hacerse la foto y ya. “Se esperaba que se pospusiera o algo [la gala], lo que no nos esperábamos para nada era esta entrega de premios encubierta, escondida, acallada… parecía la gala de la vergüenza”, lamenta la presidenta de AAPV. Después le tocó el turno a la AVAV y “tres cuartos de lo mismo, una gala que siempre se había televisado, a última hora prácticamente les dijeron que que no. Fue el segundo acto. Y ahora nos ha tocado a nosotros”.

Durante meses, recuerda, estuvieron mandando correos electrónicos a los que no obtuvieron respuesta. Hasta que, unas semanas antes de la fecha marcada en el calendario para la gala, en una reunión con los nuevos directores de la cadena, insistieron. Entonces recibieron un correo “de cuatro líneas” en el que les decían que este año no habría retransmisión en À Punt. Un poco después, una llamada de “uno de los directivos para hablar un poquito más ampliamente”. En el sindicato se lo toman como un acto de censura que, aunque duele, no sorprende porque en realidad llevan un año, desde el cambio de gobierno en la comunidad, en el que la cultura se ha visto afectada por recortes o, directamente, ayudas que no terminan de resolverse. La reacción de quienes dirigen la AAPV fue buscar una alternativa lo más rápido posible. “Teníamos claro que la gala se iba a hacer sí o sí (…), porque creemos que es importante la visibilización del sector y hoy en día eso pasa porque salgas en la tele, en los medios. Es como funciona. Porque si se queda en un teatro y salen cuatro fotos que publicamos en la revista o en las redes, pues lo verán tres o cuatro, pero la idea es darnos el lugar que creemos que merecemos como gente de la cultura. De aquí o de la China, nos da igual, la cultura en general”, sentencia la presidenta, que añade que “lo que teníamos claro es que en la oscuridad no nos íbamos a quedar”.

Ante un panorama así, caldeado y tremendamente politizado, cabe esperar que la gala de este año se convertirá en un acto de reivindicación. Es lo que espera Almudéver, quien recuerda que la rueda de prensa de nominados sirvió para darse cuenta de que la gente empieza a ser consciente de lo que “estamos sufriendo” en el mundo de la cultura. Para eso y para que ella, como presidenta, dejase clara la premisa: "Obviamente, es una cuestión personal y cada uno tiene que hacer lo que considere, pero el micro está abierto”. Su parecer y el del sindicato, precisa, “es que somos demasiado educados y somos muy pacientes, pero no nosotros, la sociedad en general. Nosotros al final no dejamos de ser un reflejo de la sociedad. Está claro que jugamos con el miedo por la falta de trabajo, por la falta de recursos, por la falta de todo, pero también una reflexión que yo hago es que no tenemos nada que perder porque no tenemos nada”. E insiste, “llevamos un año de esto”. Pone como ejemplo la resolución de ayudas al teatro, aún sin salir. “Cuando lleguen, para lo único que van a servir es para tapar los agujeros que se han hecho en las compañías”, lamenta. Y es que al final, se está viendo también EEUU con Donald Trump y su empeño en un arancel del 100% a las películas rodadas fuera, la cultura siempre sale dañada. ¿Por qué? “Porque es fascismo, vamos a llamar las cosas por su nombre. Pero yo también hago esta reflexión, si nos acallan tanto, si tienen tanto interés por acallarnos, es porque a lo mejor realmente nuestra voz tiene algún valor. Porque si no, pasarían de nosotros y ya está”, valora Almudéver con contundencia.

Novedades de esta edición y premios honoríficos

El tema de este año es el que es, pero más allá de la no retransmisión en À Punt, de las ayudas que no llegan y de las reivindicaciones, no hay que olvidarse de lo bonito, de los premios y del reconocimiento al talento entre compañeros de profesión. Porque, como apunta María Almudéver, “reunirte con tus compañeros, con tus compañeras, es siempre un regalo. Lo que me encanta de la reunión [por la rueda de prensa de nominados] y de mi profesión en general, es ver a tantas generaciones juntas, gente joven con gente de toda la vida [nominada] en la misma categoría”. Porque la “ilusión”, remarca, está ahí, a cualquier edad.

En cuanto a las novedades, la edición de este año de los Premios AAPV cuenta con dos. Una es la inclusión de dos nuevas categorías: actor y actriz de reparto (antes no se distinguía entre protagonistas y reparto). La otra es el cartel, que ha renovado su imagen. “Normalmente ha sido un corazón, que es una imagen que ha tenido distintas versiones y que diseña Assad Kassab desde hace ya bastantes años”, rememora la presidenta. Sin embargo, este año le han dado una vuelta al concepto y el resultado ha sido “un cartel muy chulo con una versión libre del mito de Prometo (…) Uno de nuestros compañeros, Ramón Rodenas, ha hecho de modelo. Assad Kassab ha vuelto a hacer el cartel. Hemos cambiado el águila por una gaviota. Y cada uno que lo pille como quiera”. A buen entendedor…

Quiénes serán los galardonados de este 2025 se conocerá el próximo 2 de junio, pero los premios honoríficos se hicieron públicos hace ya dos semanas. Almudéver se deshace en elogios al hablar de las ganadoras de este año del Narcis a toda una vida, Empar Ferrer, y el Taules, Abril Zamora. “Empar es un referente del teatro valenciano y del audiovisual, fue de las pioneras junto con Teresa Lozano (…) Tiene muchísimo sentido común, es una mujer muy inteligente, tiene una sensibilidad brutal y no puedes más que escucharla y que verla”, dice de Ferrer quien va a rodar un corto con ella en breve. Y mismas palabras de cariño y admiración para Abril Zamora, que recibirá un premio, el Taules, que “sirve para reconocer a una persona o entidad de fuera de Valencia cuyo trabajo se considere relevante e importante por la visibilidad tanto a nivel artístico como social”. De ella dice, entre otras muchas cosas, que “Abril es un referente también a todos los niveles. La conozco porque durante muchos años vivió aquí en Valencia. En esa época tenía una compañía, escribía teatro. Iba a ver sus espectáculos y eran cosas que a mí emocionalmente me arrancaban el corazón. La sensibilidad que destilaban sus textos es que me partía el alma. Y como persona, lo mismo”. La presidenta del AAPV de Abril Zamora, de la que destaca también su “valentía atroz” y que “es una curranta, lo ha sido siempre, y es una mujer con muchísimo talento”.

Del presente algo gris al futuro incierto

María Almudéver lleva ejerciendo como presidenta de la AAPV aproximadamente un año. Un año que no ha sido fácil por muchas razones. El balance hasta ahora es el que es, pero ¿qué le gustaría lograr durante su tiempo al frente del sindicato? Muchas cosas, dice, pero se centra sobre todo en mejorar el convenio, al que “todavía está por gestar porque en realidad tenemos que estar apagando tantos fuegos a todas horas que a veces no nos da ni tiempo”. Están trabajando en ello, porque en realidad nunca descansan, se reúnen cada 15 días y el grupo siempre está activo. Es algo que tiene siempre en mente, pero recuerda que este tipo de cambios para lograr mejoras laborales implican “reuniones difíciles, porque los cambios de convenio, aunque sea una clausulita, son muchas horas de trabajo y las negociaciones siempre son muy duras”. Aunque eso no es algo que les vaya a frenar.

Más allá de eso y “visto el panorama que nos viene”, confiesa que lo que le gustaría “que no desaparezcamos, que la pena no se nos apodere”. Son tiempos difíciles para el mundo de la cultura en general y para la valenciana en particular por el actual panorama político. “Como decía Empar, he visto muchos de estos pasar por aquí. Yo esto lo he visto muchas veces, y nos decía: ‘Esto también pasará, no desfallezcáis’. Pues me quedo con ese mensaje, con conseguir que no desfallezcamos. Va a ser un trabajo duro porque acaban de llegar y no sé si ha acabado de llegar la derecha que se intuye. Hasta dónde puede esto llegar, esto sí que da miedo, a mí me da pavor. No soy una tía miedosa, no lo he sido nunca, pero esto sí que me acojona. No me da miedo, me acojona. Le voy a robar el mensaje a Empar, no desfallezcamos. Y con eso tendríamos mucho trabajo hecho”, cierra la conversación.