Entrevista

Abril Zamora, Premio Taules de la AAPV: "Estoy intentando que el síndrome de la impostora no coja las riendas y disfrutar lo bonito"

Este premio reconoce a una persona o entidad de fuera de Valencia cuyo trabajo se considere relevante e importante por la visibilidad tanto a nivel artístico como social

Madrid·Actualizado: 27.05.2025 - 05:30
La actriz, guionista y directora Abril Zamora
La actriz, guionista y directora Abril Zamora · Fotografía: HBO

Abril Zamora es guionista, actriz, directora y, también, activista. Toda una mujer del Renacimiento que explora distintas vías para dar rienda suelta a su creatividad y que se ha convertido en un referente para mucha gente, tanto dentro como fuera del colectivo (aunque a veces la palabra pese y hasta dé pudor usarla -a ella misma se lo da-). Siempre activa, hace un hueco entre las representaciones de 'Orlando' en el Teatro María Guerrero y el montaje de la serie ‘Respira’, en cuya segunda temporada se ha puesto también tras la cámara, para hablar por teléfono con Kinótico del Premio Taules que recogerá el próximo 2 de junio en la gala de la asociación de Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV) y que será retransmitida en directo por el canal de Kinótico en Youtube. También hay tiempo durante la conversación para hablar de sus proyectos actuales y futuros, del síndrome de la impostora, de activismo y de aprender a gestionar los ‘noes’.

El galardón que recogerá Abril Zamora en solo unos días es el Premio Taules, un premio que, en palabras de la presidenta de la Associació d'Actors i Actrius Professionals Valencians, María Almudéver, "reconoce a una persona o entidad de fuera de Valencia cuyo trabajo se considere relevante e importante por la visibilidad tanto a nivel artístico como social". Podría decirse que, ante esta descripción, vale doble. De ahí que la primera reacción de la creadora de ‘Todo lo otro’ fuese de “un poco de desconcierto por el tipo de premio que es”. Además, no es la primera vez que está nominada a los galardones de la AAPV porque, como recuerda, ella vivió allí muchos años y sus inicios están ligados a Valencia. Por todo eso, le "hace muchísima ilusión este premio”. Y, “al mismo tiempo, cuando te dan un premio que no es a un recorrido, sino que es por tu labor, es una palmadita muy positiva en la espalda, pero yo soy una persona superinsegura. Automáticamente el síndrome de la impostora cogió las riendas y dijo: ‘No te lo mereces, pero por qué, pero si tampoco haces tanto…’”.

Inseguridades a un lado, no deja de ser un reconocimiento importante por el lugar del que viene y de parte de quién viene: “Me dan el premio un montón de personas que conozco y que me hace muy feliz que valoren mi trabajo. Sobre todo porque esta profesión tiene todos estos altos y bajos y personalmente yo nunca siento que sea suficientemente buena o que haga suficiente labor. Así que me hizo muy feliz, me emocioné, me puse a llorar (…) Me parece como que necesitamos muchísimo la validación externa, y que la Asociación de Actores Profesionales Valencianos me dé este reconocimiento me emociona mucho y me hace muy feliz”.

La AAPV ha destacado de la galardonada de esta edición “su valentía al visibilizar la realidad del colectivo trans y su enorme impacto como figura pública”. Responde Abril Zamora sobre el peso de este reconocimiento: “La palabra referente siempre me da como mucho vértigo por todo lo que representa, pero es cierto que, pensándolo, estamos en un momento muy crudo, en el que de pronto amanecemos cada día con noticias supernegativas que atentan directamente contra los derechos del colectivo al que pertenezco y contra nosotras mismas, que que es algo aterrador”.

Su activismo, explica, no es para sí misma, sino “para las nuevas generaciones que vengan, para que lo tengan un poquito más sencillo. Creo que es fundamental ocupar espacios laborales y que se nos vea”. Porque verla a ella ahí es visibilizar, es mostrar a una niña trans que se puede. “Todo lo que va implícito, el porqué me dan el premio, tiene una satisfacción personal y me hace muchísima ilusión, sobre todo por el hecho de que se pueda hablar de ello. Creo que es importante para las nuevas generaciones (…) Cuando me llaman solo para hablar de transexualidad, nunca las hago [las entrevistas], porque no soy la persona adecuada, solo puedo hablar de mi experiencia. Pero cuando me hacen entrevistas para hablar de audiovisual o de teatro, siempre acabo hablando de transexualidad en algún momento porque creo que es bonito aprovechar esos tipos de escaparates para poder defender las cosas en las que creo”.

Posado de la actriz, guionista y directora Abril Zamora
Posado de la actriz, guionista y directora Abril Zamora · Fotografía: Carlos Villarejo

Su labor también conlleva una exposición que, en épocas oscuras como la actual, puede echar para atrás. ¿Se le ha pasado por la cabeza a Abril Zamora dar un paso atrás? “Totalmente, todo el rato. No lo hago, sobre todo, porque creo que tengo que aprovechar la visibilidad que tengo para luchar por ese tipo de cosas por lo que te decía antes. En muchos momentos es desolador, porque el momento en el que estamos, con todo lo de Gaza, con todo lo que está pasando en Estados Unidos… A veces dices: ‘Estoy cansada de tener que estar levantando una bandera’. Pero luego piensas en toda la gente que viene por detrás y creo que ese es el impulso que necesitas para seguir en esta lucha y para seguir hablando de esto”.

"A veces es desolador y es muy cansado, pero este es mi camino, lo abrazo y ya está"

Su mejor arma, o una de ellas, es apostar por un discurso sólido, consistente y cargado de energía positiva destacando por encima de lo negativo, lo bonito. Como esos mensajes que recibe “como persona pública trans de padres y madres de niños y niñas trans” en los que le dicen cosas como “qué guay, mi hija es trans y me daba mucho miedo, pero te he visto en la tele trabajando de lo que te gusta, siendo feliz, y eso me ha dado como mucha tranquilidad”. Eso no quita para que a veces se haga difícil enfrentarse a los comentarios tránsfobos en redes sociales o “a la mirada destructiva de un señor que te cruzas por la calle”. Y concluye: “A veces es desolador y es muy cansado, pero este es mi camino, lo abrazo y ya está”.

Hay un capítulo de ‘The Studio’ en el que Zoe Kravitz confiesa haber preparado el discurso de agradecimiento por si le dan un Globo de Oro tan milimétricamente que tiene hasta calculado cuánto tiempo sorprenderse y cuándo llorar. Abril Zamora, sin embargo, se confiesa “incapaz de hacer ese tipo de cosas porque siempre cuando me he preparado alguna, nunca la he acabado haciendo. Hace poco me llamaron para dar el pregón en las fiestas de mi pueblo. Llevaba un discurso hecho y, cuando llegué allí y vi toda la gente, dije lo que sentía en realidad”. Y eso es lo que hará el próximo 2 de junio, en el teatro valenciano que albergará los Premios AAPV. Algo llevará preparado, pero una vez allí, dejará que “fluya” porque para ella “la adaptación es un básico de la interpretación, adaptarte a las circunstancias”. Lo importante es mostrar su agradecimiento, lo feliz que le hace el premio y la ilusión que de volver a Valencia, enumera.

Teatro, montaje, proyectos y aprender a gestionar los ‘noes’

El premio es el eje central de la conversación, el detonante de la acción, que se diría al hablar de una serie o una película. Pero, más allá de la gala y el reconocimiento, Abril Zamora tiene una agenda con pocos huecos. “Ahora”, cuenta, “estoy haciendo funciones de ‘Orlando’ en el Teatro María Guerrero con un espectáculo de Marta Pazos. Interpreto a Virginia Woolf y me lo paso fenomenal. Luego empiezo los ensayos de ‘Cabaret', el musical donde interpreto a MC, el personaje que es como si fuera maestro de ceremonias y es la primera vez que lo va a hacer una mujer en España. Me hace muchísima ilusión. Además, estoy con el montaje de ‘Respira’ y desarrollando otros proyectos con algunas reuniones de cosas como audiovisuales en las que me quiero embarcar. Soy muy pesada, amor. A veces es muy frustrante, porque cuando la gente me ha preguntado, ‘cuáles son tus hobbies’… He estado siempre tan volcada en el trabajo y he disfrutado tanto de él. A veces porque me gustaba y a veces porque estoy en este bucle capitalista de trabajar”. O, como podría bautizarse, ‘síndrome del autónomo’, que viene a ser decir a todo que sí y tener siempre la necesidad de estar produciendo. En la lista de proyectos a futuro de Abril Zamora figura también ‘Todos los lados de la cama’, con “una participación muy chiquitita”, pero que le hace mucha ilusión por trabajar con Carlos Del Hoyo y Samantha López y porque es una gran fan de la película original.

Abril Zamora, Alfonso Bassave y Aitana Sánchez-Gijón en un fotograma de la primera temporada de 'Respira'
Abril Zamora, Alfonso Bassave y Aitana Sánchez-Gijón en un fotograma de la primera temporada de 'Respira' · Fotografía: Carla Oset/Netflix
"Hay que aprender mucho a gestionar los ‘noes’ que no tienen que ver con tu calidad"

Todos estos son proyectos que han salido adelante, pero a veces ocurre, como fue el caso de la serie para HBO (ahora HBO Max, otra vez), que se quedan en el camino o son cancelados antes de terminar de contar su historia. ¿Eso cómo se lleva? “Estoy superacostumbrada a volcarme en un montón de proyectos, darlo todo, escribir todo y que luego se quede en un cajón. Con ‘Todo lo otro’ no salió la segunda temporada, aunque me la encargaron, la escribí y disfruté mucho haciéndolo, pero al final no se hizo. Justo después me pasó que empecé con otro proyecto que me encargaron y que también se quedó en un cajón. Luego me pasó otra vez. Hay que aprender mucho a gestionar los ‘noes’ que no tienen que ver con tu calidad, sino tienen que ver con otros factores que dependen de personas que están por encima y que toman decisiones. Eso he tardado mucho en entenderlo”, responde con total sinceridad.

Y, aún así, aunque se sepa eso y se tenga presente, hay negativas que duelen más que otras. “El año pasado”, recuerda, “se me cayó un proyecto que para mí era de los más importantes, mi primera película como directora. Lo viví como una ruptura, pero en plan que me deprimí muchísimo por todo el poder que le damos al trabajo. Fíjate, es una cosa que me gustaría no tener tan latente, no darle tanto poder al trabajo, pero es inevitable. Uno de los trabajos que estoy haciendo desde hace un tiempo es reconocerme las cosas buenas. Por eso, con el premio estoy intentando que el síndrome de la impostora no coja las riendas y simplemente disfrutar de lo bonito que es para mí que gente de mi profesión reconozca mi trabajo y reconozca la labor que estoy haciendo. Me emociona mucho solo de pensarlo, quiero disfrutarlo sin boicotearme y sin minar mi camino con un montón de inseguridades porque no me lo merezco, no me merezco sentirme mal”.

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