Objetivo Goya 2026. 'El canto de las manos', o el poder para "salvar vidas" de la música

Un impresionante plano esculpido por Frank Gehry nos da la bienvenida al Walt Disney Concert Hall de Los Angeles. Entre partituras e instrumentos recién pulidos, el director de orquesta más importante del mundo irrumpe en escena para poner al espectador en situación: esta no es una película sobre él, sino sobre la encomiable labor del conocido Coro de Manos Blancas. Así arranca 'El canto de las manos', documental y ópera prima como directora de la reconocida actriz María Valverde, que se pone ahora detrás de las cámaras para intentar narrar la pequeña odisea de la agrupación coral, de la mano del conductor, para interpretar el 'Fidelio' de Beethoven a dos siglos y medio de su nacimiento. En Kinótico, en nuestro desempeño para acercarte los títulos de la temporada de premios a través de nuestros Objetivo Goya, nos citamos con el productor Martí Font Isern, voz autorizada para defender las virtudes de una de las películas de no ficción con más opciones de ser nominada en los próximos Premios Goya.

"Gustavo [Dudamel] estaba en Harvard, porque lo habían doctorado. Ahí le dieron la oportunidad de ver bosquejos y bocetos reales del 'Fidelio' de Beethoven. Él se dio cuenta de la mente atormentada que era, y que siempre le habíamos celebrado como un genio de la música y no como una persona sorda. Ahí fue cuando, junto a María [Valverde], se les ocurrió la idea de hacer ese montaje en lenguaje de signos", comienza el relato fundacional el productor, que ya cuenta entre los méritos del filme una nominación a los prestigiosos IDA Awards (International Documentary Association), en la categoría dedicada a la música. Y sigue: "A finales de los noventa, él ya había dirigido al Coro de Manos Blancas de Venezuela, que es un coro formado por gente con diversidad funcional. Principalmente, personas sordas. Sabiendo todo eso, se les ocurrió juntar los dos mundos, el sordo y el oyente", apunta, sobre una película que en nuestro circuito ha pasado con aplausos por el Festival de Málaga y el Atlàntida Mallorca Film Fest.

Como proyecto postpandémico -la epidemia obligó a retrasar las filmaciones originales-, 'El canto de las manos' fue ganando entidad desde la guerrilla cinematográfica. "María se dio cuenta de que la historia tenía que ir mucho más allá del 'Fidelio', había que contar la historia de esta gente, de estos chicos, de cómo la música puede salvarle la vida a tres chicos sordos de Venezuela (...). María tuvo claro desde el principio quiénes tenían que ser los protagonistas. Pasamos muchas horas con ellos, intentando romper las barreras para que fueran ellos mismos delante de la cámara", apunta Font Isern, que agradece a Filmin -de la mano de la que llegó la semana pasada a cines el filme-, el apoyo que les ha brindado desde que se pudo proyectar una primera versión del montaje. "El momento de la clausura de Atlàntida fue clave para nosotros, fue muy bonito", concreta Zaida Carmona (Head of Creativity & Brand voice en la plataforma), también presente en el encuentro con este medio.

Contra el capacitismo, la humildad de Dudamel

"A través de conocernos y enseñar las vidas de los chicos, dimos con la clave, que es la de no mostrarlos como superhéroes. Eso es realmente el capacitismo. Estábamos mostrando su realidad, qué han conseguido en ella y demostrando que la música no es solo para aquellos que la puedan escuchar, que siempre fue la misión de Gustavo. Y también la de Beethoven, diría", explica el productor, que ahonda en el carácter vinotinto de la producción. "Es una película tremendamente venezolana", añade, haciendo alusión a la preocupación máxima de la directora: no contar el relato desde su punto de vista, sino desde el de los protagonistas. "Eran ellos los que nos tenían que llevar de la mano por el camino, por el relato", cuenta Font, que incide en cómo el documental no se deja cegar por la relevancia de tener acceso total a una figura de la relevancia de Dudamel: "Es el gran misterio. Es una figura que por donde va se convierte en símbolo, un democratizador de la música clásica que ha sido capaz de bajarla de las altas esferas. Y aún así, gracias a María, no nos dejamos obnubilar. Y eso nos costó que mucha gente, muchos socios potenciales no entraran. No entendían que él y María no quisieran que él fuera el protagonista y se arrobara todos los focos. Es una de las personas más humildes que he conocido", completa.

José Gabriel Abarca, Jennifer González y Gabriel Linarez. Los tres nombres de los protagonistas de 'El canto de las manos', en una carrera como la de la temporada de premios, vuelven a traer a la palestra las venas abiertas de una Venezuela que ha dejado de reconocerse a sí misma. "Gustavo tiene dentro ese dolor que comparten todos los venezolanos, el de ver cómo su país dejó de ser lo grande que fue. El no poder estar en casa, o al menos tanto como le gustaría. No ha podido triunfar en casa, y eso hace todo el viaje mucho más real", añade el productor, que saca a colación el evento de presentación que tuvo la película en Nueva York -de la mano de todo un Bradley Cooper, que llamó llorando al conductor tras ver el documental- para explicar el carácter "disruptivo" del proyecto. "En ese Q&A nos preguntó si siempre tuvimos clara la dirección. Y María, sincera, le dijo que no. Ella tenía claro que el documental es un género vivo, y que vimos cómo se iba abriendo delante de nosotros (...). Ella siempre se dejó llevar por la historia, por ese empezar a ver el poder de la música desde otra perspectiva. Tenía que ser una película de luz, no de la dureza de sus historias", se despide, no sin anunciar que son varios los grandes nombres de Hollywood que se han interesado por la distribución de la película en Estados Unidos.