Actores y patronal reaccionan a la ruptura de las negociaciones: sorpresa y táctica para unos, posturas alejadas para otros

Fuera de la mesa de negociación entre el SAG-AFTRA y la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) todo hacía pensar que estas iban por el buen camino, siguiendo la ruta abierta por los guionistas. Los comunicados conjuntos y la intensidad de las conversaciones, renovando el calendario al finalizar las citas agendadas, hacían presagiar que el acuerdo estaba cerca. Sin embargo, los días iban pasando, los detalles sobre el proceso seguían sin trascender y las sospechas de que estaban atascados en algún punto se confirmaron cuando la mesa se rompió este miércoles por parte de la patronal. Una ruptura que no solo ha cogido por sorpresa a los ajenos a la negociación, sino también a los actores, como ha reconocido, desde un piquete este jueves, Duncan Crabtree-Ireland, negociador principal del sindicato. Al otro lado, Ted Sarandos, codirector ejecutivo de Netflix, ha calificado de “impuesto” la peticiones del SAG-AFTRA sobre los residuales y asegurado que las posturas están demasiado alejadas.

La ruptura se la comunicaron a Crabtree-Ireland por teléfono, la noche del miércoles. “Me cogió completamente por sorpresa. Hoy [por el jueves] estábamos planeando tener una sesión de todo el día”, ha reconocido en unas declaraciones recogidas por Deadline. El punto más conflictivo es el reparto de beneficios por el streaming. A los actores no les vale lo acordado por los guionistas unas semanas antes y, además, las cuentas sobre lo que su petición costaría a las plataformas no coinciden a ambos lados de la mesa. Según el SAG-AFTRA, costaría unos 500 millones de dólares al año o 57 centavos por suscriptor; mientras que la AMPTP lo cifra en más 800 millones de dólares o 1,08 dólares por suscriptor y lo considera inasumible.

Sobre la decisión de romper las negociaciones, Crabtree-Ireland asegura no entender “por qué piensan que es una forma de hacer avanzar este proceso” y la califica de “muy decepcionante”. Y añadía a pie de calle rodeado de pancartas: “Equivale a menos de un sello postal al año por suscriptor. ¿Es realmente mucho pedir?”