'Una habitación propia': espacio, tiempo y dinero para darle forma a un nuevo tipo de residencia

Un espacio físico, ayuda económica, el acompañamiento de un grupo de mujeres que comparten un mismo lugar y la mentoría de profesionales del sector. El proyecto 'Una habitación propia' nació en 2017 con el objetivo de apoyar a las mujeres cineastas en el inicio de sus ideas, una primera fase que sirve para colocar los cimientos de la futura película y en la que no siempre se recibe la ayuda económica tan necesaria para dedicar tiempo de calidad. El pasado 23 de agosto finalizó el plazo para participar en esta quinta edición y el próximo 22 de septiembre se conocerá el nombre de las dos mujeres elegidas en un acto que tendrá lugar en el marco de la 72 edición del Festival de San Sebastián, al que se sumarán a quienes participaron en anteriores ediciones: Naiara Carmona, Estibaliz Urresola, Ainhoa Rodríguez, Mikele Landa y María Herrera. A partir de octubre, arrancarán las mentorías y se hará la magia.

Este proyecto, inspirado en Virginia Woolf, está destinado a una cineasta con proyecto en euskera y otra con un proyecto en cualquier otro idioma. Cada una de ellas tendrá una habitación propia en un edificio emblemático del centro de Bilbao durante nueve meses y contará con un apoyo económico de 5.000 euros, y ambas tendrán que proponer el nombre de la mentora que más se adecua a su proyecto. El equipo de Etxe Betea, el espacio creativo donde se hace realidad el sueño de estas mujeres, se encargará de conseguir la profesional más adecuada.

Gariza Films fue la responsable de poner en marcha esta residencia, que cuenta además con el impulso de la Fundación Basque Know How y con el apoyo de BBK y Gobierno Vasco, tal y como cuenta a Kinótico Lara Izagirre, una de las fundadoras de esta productora, que impulsó este proyecto para evitar los obstáculos a los que ella misma se enfrentó en sus inicios. "Me di cuenta de que la parte de la escritura y del desarrollo era muy dura, que estaba muy sola y no había ni residencias artísticas, ni laboratorios, ni nada. Y luego estaba la dificultad de hacer cine como mujer. Cuando la productora empieza a tener posibilidades de hacer otras cosas, de producir a otra gente, propongo crear esta residencia artística, que nace en 2017, para intentar en la medida de lo posible apaciguar el impacto que tenemos las mujeres en la primera fase del proyecto, que es la menos subvencionada, en la que siempre tienes que adelantar tiempo y dinero", cuenta Izagirre, directora de 'Nora' (2020) o 'Un otoño sin berlín' (2015).