Danielle Deadwyler, Viola Davis y la travesía por el desierto de las mujeres negras en los Oscar

“Tengo el Oscar, tengo el Emmy, tengo dos Tony. Trabajé en Broadway, fuera de Broadway, hice televisión, hice cine, lo hice todo. Tengo una carrera que probablemente sea comparable a la de Meryl Streep, Julianne Moore o Sigourney Weaver. Todas vinieron de Yale, Juilliard o la NYU. Todas han seguido el mismo camino que yo y, sin embargo, no estoy remotamente cerca de ellas, ni en el dinero, ni en las oportunidades laborales”. Han pasado ya cinco años desde la denuncia viral que hizo Viola Davis durante la celebración del evento Women of the World. Las palabras de la flamante ganadora del EGOT fueron celebradas entonces por compañeros de profesión, periodistas y cinéfilos, pero la realidad es que la industria sigue siendo un lugar hostil para las mujeres negras.

Las candidaturas de la 95ª edición de los Oscar funcionaron como un elocuente recordatorio de la problemática relación que ha mantenido la Academia de Hollywood históricamente con las minorías en general, y las actrices negras en particular. Viola Davis y Danielle Deadwyler se quedaron fuera del quinteto a la Mejor Actriz protagonista en favor de Ana de Armas (representante de otra minoría aún más ignorada históricamente, además de única superviviente del naufragio de ‘Blonde’) y Andrea Riseborough (una elección que puso en jaque el tradicional sistema de campañas de promoción que campa a sus anchas en la temporada de premios desde que Harvey Weinstein cambiara para siempre las reglas del juego).

“Vivimos en un mundo y trabajamos en industrias que están agresivamente comprometidas con la idea de defender la blancura y perpetuar una misoginia descarada hacia las mujeres negras”. Horas después del anuncio de las nominaciones, Chinonye Chukwu compartía en sus redes sociales un explosivo texto en el que criticaba el sistema endémico de injusticias contra las mujeres de color. La cineasta estadounidense ya había vivido hace tres años cómo toda una veterana como Alfre Woodard era ignorada en los premios por su sensacional interpretación en ‘Clemency’, ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance unos meses antes. Ahora le había tocado el turno a otra de sus protagonistas, Danielle Deadwyler, una de las grandes revelaciones de la temporada por su interpretación como la madre coraje de ‘Till, el crimen que lo cambió todo’.