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VIDEOCOLUMNA

'La homilía' de Vallín. El hogar es espacio, el mundo es tiempo

La diferencia de la narración seriada y la narración cerrada es la que primera te permite habitar siempre una geografía familiar y la segunda te lanza a la intemperie

Madrid·Actualizado: 18.10.2024 - 06:00
El periodista Pedro Vallín, durante una de las ediciones de su video semanal 'La homilía'
El periodista Pedro Vallín, durante una de las ediciones de su video semanal 'La homilía' · Fotografía: Kinótico

Las series son hogar y las películas son mundo. Porque las series son techo y las películas, inclemencia. Y por eso, las series, como el hogar, son espacio y las películas, como el mundo, son tiempo. Antes de seguir, quiero aclarar que usamos el termino 'serie' para aludir a lo que los profesores Jordi Balló y Xavier Pérez llamaron "ficciones de la repetición" en su extraordinario ensayo 'Yo ya he estado aquí' (Anagrama, 2005), y por tanto no son lo mismo que las adaptaciones de relatos únicos realizadas en formato serie. Para que nos aclaremos, 'Colombo', 'Con ocho basta', 'El fugitivo', 'Se ha escrito un crimen', 'Expediente X', 'Bones', 'House', 'Friends', 'Modern Family', 'Padre de Familia', 'Los Simpson' o 'Seinfeld' son series en los términos que estamos empleando porque son ficciones de la repetición, mientras que 'Juego de tronos', 'Los anillos del poder', 'Shogun' o 'Succession' no lo son, porque no son iterativas, son una narración única, polifónica pero lineal y cerrada que se ofrece por entregas. En términos culturales, las modernas son las autoconclusivas, pues la mayoría de las narraciones de la antigüedad clásica eran episódicas pero no repetitivas. La serialización repetitiva vivió su explosión 3.000 años más tarde tras la Revolución Industrial y el surgimiento de la cultura de masas.

En las películas pasa lo mismo que en la series pero al revés, pues aunque muchas de ellas son efectivamente objetos únicos, otras son pura serialización, como suele ocurrir con muchas secuelas de títulos de éxito, con los remakes o con las películas de estudios como Marvel, pues al basarse en la serialidad del tebeo, en ellas la función reiterativa es más importante que la novedad de cada relato. No digamos ya si abrazan saltos en el tiempo, como 'Regreso al futuro', 'Cuestión de tiempo' o 'Al filo del mañana'. O las que acuden al multiverso, como 'Doctor Extraño en el multiverso de la locura', 'Spider-Man: No way home', o 'Spiderman en el Spiderverso', un recurso ideal para hacer narraciones circulares en las que van apareciendo pequeñas variaciones (es decir, como en una partitura canónica de Win Mertens o Phillip Glass) y también para jugar con el socorrido recurso de borrar todo y volver a empezar cuando ya no puedas seguir haciendo girar las dos docenas de platos argumentales y afectivos sobre los palillos.

Así que, pese a las limitaciones de todo sistema taxonómico, agrietado además por los muchos productos híbridos que no son una cosa ni la otra o que son las dos, quedémonos con que en las series lo sustantivo es lo repetido, y en las películas, lo central es lo novedoso. Con eso ya bastaría para entender por qué decimos que las series son hogar, lo conocido y previsible, y las películas son el mundo, lo aventurero e inesperado. Pero además, las series, en el modelo clásico de episodios cerrados, tan útiles en las sitcom familiares o de grupos de amigos, pero más aún en las policíacas, poseen una cierta suspensión del tiempo que es corregida con pequeños progresos en la vida de los protagonistas o en la acción que los envuelve. Los capítulos, con apenas unos ajustes , pueden verse en cualquier orden. Y a veces, ni siquiera existen esas leves pinceladas de progreso temporal, como vemos en 'Los Simpson' o 'Padre de Familia', en las que pasan las décadas y ningún personaje envejece un solo día. No es accidental que sean precisamente series familiares las que hurtan por completo el paso del tiempo, pues esa es la condición latente de la familia y de su envoltorio, el hogar, aquel lugar donde la rutina y la costumbre gobiernan los días y por tanto estos no existen.

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