ENTREVISTA

Zaida Carmona: "Las personajes queer no tienen por qué ser didácticas ni ejemplificadoras"

Entrevistamos a la directora de 'La amiga de mi amiga', una película sobre las relaciones amorosas sin prejuicios que acaba de llegar a las salas

Palma·Actualizado: 05.02.2023 - 06:57
La directora Zaida Carmona posa en el photocall oficial de la 12 edición del Atlàntida Mallorca Film Fest

Entrevista con Zaida Carmona, directora de 'La amiga de mi amiga'

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La directora Zaida Carmona posa en el photocall oficial de la 12 edición del Atlàntida Mallorca Film Fest · Fotografía: ATLÀNTIDA

En la última edición del Atlàntida Mallorca Film Fest, celebrada en julio en la isla balear, Zaida Carmona corría de un lado para otro. Todo el rato. De repente, en una de las jornadas del festival... paró de correr, y se sentó con la prensa para hablar de su primera película como directora. En esa celebración del cine que es el Atlàntida, Carmona compatibilizaba sus tareas al frente de la comunicación digital del evento... con el traje de directora, porque allí presentaba también 'La amiga de mi amiga', su primer largometraje: "Un homenaje bollero-queer al 'amigo de mi amiga' de Rohmer". El rodaje duró 11 días -"haber acabado vivas es un acto heroico"-, y muestra cómo un grupo de amigas fluye libremente en las relaciones y en su vida. Tras algunos cortometrajes fuera de la industria, y con toda la cinefilia que le aporta su relación con Filmin, Zaida ha estrenado película en salas este fin de semana.


Tráiler de 'La amiga de mi amiga', la primera película de la directora Zaida Carmona

¡Qué rohmeriana es la película! Como tú dices, un homenaje rohmeriano, 'bollero' y barcelonés...

Sí. Estos personajes que están hablando todo el rato y divagando sobre los amoríos. En la película no hay trabajo, no hay nada, solo hay esa cosa de volverse casi loca buscando el amor. Hay que dejar paso para eso en la ficción, porque en la vida casi no nos da tiempo.

¿De dónde procede el proyecto de la película?

La película surge de mi necesidad de rodar. Soy amiga del director Marc Ferrer, que aparece en la peli. Es el único tipo cis que sale en la película. Él rueda de una forma muy 'trash', muy punki y muy desde la necesidad de filmar. Fue contagiada de ese espíritu desde donde me lancé a rodar 'La amiga de mi amiga'.

¿Y qué querías contar con esta historia?

Me apetecía hablar de la idea de amar que tenemos: fascinarnos con la idea de fascinarnos. Esta cosa un poco efímera, un poco mamarracha y un poco capitalista de los afectos, pero a la vez mirarlo todo desde la diversión, desde la celebración. Intentar evitar esto que pasa a veces con los personajes queer, que nos vemos obligadas muchas veces a hacer personajes ejemplificadores, y aquí quise componer personajes que no tienen por qué hacer las cosas bien, y no tienen por qué ser didacticos ni ejemplificadores, somos lo que somos. Y aquí estamos: intentando hacerlo mejor e intentando amar mejor.

Es verdad que a veces los personajes queer se abordan el la ficción desde el conflicto, y que la esencia del conflicto es su propia naturaleza...

Sí, eso me parecía muy importante. Aunque creo que ha habido muchas películas que se han afrontado desde ahí... súper necesarias y que me han encantado, me parecía sanador que no se afrontara la identidad desde lo conflictivo ni desde lo problemático. Esta es nuestra identidad, la llevamos bien arriba, estamos muy orgullosas de ella. ¡Y nuestros problemas y nuestras movidas son otros! Es sanador tener esos personajes que se celebran.

Fotograma de la película 'La amiga de mi amiga', con la directora y protagonista Zaida Carmona a la izquierda
Fotograma de la película 'La amiga de mi amiga', con la directora y protagonista Zaida Carmona a la izquierda · Fotografía: Begin Again / Filmin

En tu manera de hacer cine, ¿hay intención de visibilizar lo lésbico? ¿Hay intenciones políticas? ¿O es cine por el cine?

Sí hay una intención de visibilizar. ¿Qué pasa? Que cuando me pongo a escribir, y me pongo a escribir algo personal... está ahí. No tengo que hacer ningún esfuerzo porque está en mi vida. Pero siempre me ha parecido importante que nosotras narremos nuestras propias historias. En ese sentido sí es importante la visibilidad: hacer una película eminentemente 'bollera'.

¿Qué significa para tu carrera haber hecho esta película? ¿Esto te convierte en cineasta?

Me abre un camino que quiero explorar, por supuesto. Me gusta muchísimo hacer cine, es muy complicado. Está película está hecha al margen de la industria. Me pregunto si películas así se pueden hacer dentro de la industria y no tengo la respuesta. Lo de llamarme 'cineasta' me parecen palabras mayores, pero sí, por. supuesto que me encantaría. Al final quiero tener al cine siempre al lado, e ir explorando qué llega.

Te quería preguntar por el casting. ¿Son todas colegas?

No, no hay casting. Son todas colegas. ¡Bueno! Hay un personaje, Aroa, a la que había visto solo una vez en la vida. Le escribí por Instagram, se lo propuse y vino. Una vez que decidí que Rocío Saiz fuera una de las protagonistas me pareció muy interesante que ninguna de las actrices fuéramos profesionales, para que se generase el mismo código. Fue un riesgo, pero estoy muy contenta con sus interpretaciones.

¿Y cómo te ves tú como actriz?

Yo me lo pasé muy bien, hay un punto de juego. Lo disfruté muchísimo... pero me cuesta mucho juzgarme. Fue muy interesante que entrara como montador Eric Monteagudo para que hubiera una mirada externa.

¿Y como directora de actrices? ¿Qué tipo de directora eres?

Había un guion, estaba clara la línea narrativa de lo que tenía que pasar en cada escena, había diálogos clave. Pero partiendo de esos diálogos había mucha improvisación para conseguir algo de verdad. Cuando trabajas con actrices no profesionales... un texto cerrado puede encallarlo todo un poco. Por eso surge la naturalidad. Ensayos hubo menos de los que me habría gustado. Pero bueno, se generó algo muy mágico en el rodaje y creo que salió todo bastante fluido. Permitir la improvisación dio lugar a frases maravillosas que son cosecha de las actrices.

Disfrutarías mucho en la sala de montaje...

Fue estresante pero muy divertido. Hemos montado casi todo lo que habíamos rodado, porque no teníamos muchísimo material.

¿Y la promoción? ¿Cómo te sientes hablando de ti misma?

Tengo que decir que me dedico a la comunicación, así que hay algo de trabajo. Pero como además el personaje de la película es un poco una caricatura de mí misma, hay algo de autoficción, sí es un poco extraño hablar de ella. ¡Y luego entra el síndrome de la impostora cuando hablo de mí misma como directora! ¿Quién es esa?

¿Qué mensaje lanza la película sobre las relaciones amorosas en nuestra generación?

Es un momento en el que nos estamos planteando otra manera de relacionarnos. Estamos socializadas -por muy 'bolleras' que seamos- como mujeres en una sociedad cis hetero patriarcal y en el amor romántico. Tenemos eso metidísimo en nuestro 'software' y a la vez estamos intentando romperlo. Hay una lucha constante. De ahí surgen todas las dudas sobre el poliamor y las relaciones más sanas, Brigitte Vasallo, pero también está ahí el deseo de querer amar y que nos amen. La protagonista está obsesionada con enamorarse pero no sabe ni a quién tiene delante. Se fascina del amor, busca ese contraplano perfecto, pero le da igual la otra persona. Pretendía relatar este momento ansioso de vivir las relaciones. ¿Y dónde quedan otras relaciones como las amistades... y los proyectos?

También están presentes las redes sociales, cómo nos proyectamos...

Nos proyectamos como una imagen de nosotras mismas. Las redes son la puerta de salida a todo este narcisismo y a esta máscara que llevamos. Están muy presentes en mi vida, y a veces pienso que estoy generando ese personaje de mí misma para seducir, para gustar... Lo he introducido en la peli sin hacer un juicio ni un cuestionamiento.

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