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VIDEOCOLUMNA

'La homilía' de Pedro Vallín. La civilización es un avión que cae

Las películas de aviones son un subgénero del cine de catástrofes, pero donde residen los valores de la civilización actual es en 'May Day: catástrofes aéreas'

Madrid·Actualizado: 11.04.2025 - 05:30
El periodista Pedro Vallín, durante la nueva edición de su video semanal 'La homilía'
El periodista Pedro Vallín, durante la nueva edición de su video semanal 'La homilía' · Fotografía: KINÓTICO

Ahora que vuelve '¡Agárralo como puedas!', sin Leslie Nielsen ni O. J. Simpson, ambos por motivos luctuosos sobradamente conocidos, apetece recordar la génesis del éxito de la terna Zucker, Abrahams, Zucker (los tres directores conocidos con el acrónimo ZAZ), que fue su parodia de los accidentes aéreos, '¡Aterriza como puedas!' (1980), en la que caricaturizaban todos los elementos del subgénero para convertirlos en una gamberrada de colegio mayor con insospechado éxito y gracia. Los setenta fueron una época singularmente fecunda para el cine de catástrofes, pero muy especialmente para la saga 'Aeropuerto', iniciada en 1970 por los directores George Seaton y Henry Hathaway. Quizá porque los aviones comerciales grandes, cargados de centenares de personas, eran un fenómeno relativamente nuevo, con apenas veinte años de vida, y aún al alcance de muy pocos.

No es la primera vez que traemos aquí el cine de desastres aéreos por componer una de las liturgias narrativas simbólicamente más felices y fértiles de la historia del cine. El avión en sí es una cápsula social concentrada donde, al igual que en la narrativa de náufragos, en cuanto los pasajeros son obligados a interactuar, se despliegan roles sociales y jerarquías sin excepción, ya hablemos de las películas originales de 'Aeropuerto' (1970-1979), pura ficción, como en las basadas en hechos reales, tales como 'United 93' (2006), de Paul Greengrass, o las de género, como su coetánea, la inefable 'Serpientes en el avión' (2006), de David R. Ellis, o la angustiosa 'Plan de vuelo: desaparecida' (2005), de Robert Schwentke, título notable del subgénero “hagamos que Jodie Foster sufra”. Por cierto, nótese el furor repentino de las películas aerotransportadas en el arranque del siglo. Como si en 2001 hubiera pasado algo malo con los aviones.

"El avión en sí es una cápsula social concentrada donde en cuanto los pasajeros son obligados a interactuar, se despliegan roles sociales y jerarquías"

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