Entrevista

Miguel Ángel Blanca Pachón: “Los festivales y el público son un daño colateral del cine”

El director catalán estrena estos días en el D'A Film Festival Barcelona el documental 'Invasión pequeña' y la inclasificable 'Ejercicios para ver a Dios'

Barcelona·Actualizado: 30.03.2025 - 01:09
Miguel Ángel Blanca Pachón y Jesús Manresa Puche hablan con Kinótico en el D'A Festival Cinema Barcelona 2025

Miguel Ángel Blanca Pachón: “Los festivales y el público son un daño colateral del cine”

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Miguel Ángel Blanca Pachón y Jesús Manresa Puche hablan con Kinótico en el D'A Festival Cinema Barcelona 2025 · Fotografía: Kinótico

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"Una de las cosas en las que hemos acertado, y no solo por los cuatro años que llevamos de laboratorio, es en la cantera de cineastas que han crecido y se han formado con el D’A. Podemos hablar de una cantera de cineastas como se hace con otros festivales”, destacaba Carlos R. Ríos, durante su encuentro con Kinótico en la segunda jornada de la 15 edición del D'A Festival Cinema Barcelona. El director del certamen hablaba de nombres como Gemma Blasco, la encargada de inaugurar el festival con ‘La furia’; Gerard Oms, el cineasta que clausurará la cita el 6 de abril; o Miguel Ángel Blanca, un director inclasificable que proyectará no una, sino dos películas durante estos días: el documental ‘Invasión pequeña’ y la imprevisible ‘Ejercicios para ver a Dios’, una de las premieres mundiales que tendrá el festival estos días.

Durante una sorprendentemente honesta conversación con Kinótico, que hemos respetado íntegramente en este artículo, el director de ‘Magaluf Ghost Town’ y la serie ‘Autodefensa’ (solo dos de las obras que le han convertido en uno de los autores más únicos e imprevisibles del cine de autor contemporáneo en España) reflexiona sobre su particular forma de acercarse a las historias, la reacción del público a la impactante propuesta documental de ‘Invasión pequeña’, la inspiración para su original regreso a la ficción con ‘Ejercicios para ver a Dios’ o la peligrosa relación de los directores y los festivales.

Este director, guionista y productor en Boogaloo Films reconoce estar feliz y agradecido de estar una vez más en el D’A, pero también advierte de los peligros de que los y las cineastas queden absorbidos por los cantos de sirena de los festivales, los laboratorios e incluso por el público. “Al igual que mis películas intentan atravesar una contradicción, yo también estoy en esas. Los necesitamos, nos agrada muchísimo que nos dé un golpecito en la espalda, pero pueden transformarse en tu peor enemigo”. A pesar de lo sorprendentes o provocadores que puedan ser algunas de sus declaraciones (y lo son), su refrescante sinceridad merece, al menos, entender y leer el contexto del que surgen.

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¿Cuál es el origen de ‘Invasión pequeña’? ¿Cómo encuentras a Jesús Manresa Puche?

Todo empieza cuando descubro el canal de Instagram de Jesús y me vuelvo absolutamente loco con el material que hay ahí a nivel pictórico, a nivel narrativo, incluso a nivel moral. Me bajé todo el material pensando que en cualquier momento sería bloqueado por Instagram. A partir de ahí, intento detectar dónde vive Jesús a través de esos vídeos. Finalmente logro descubrir su paradero en un lugar de Alicante. Lo conozco y le digo que quiero hacer una peli con su material. Empezamos a montar, a hablar y hasta aquí hemos llegado. Mi forma de trabajar es encontrar a gente interesante e intentar entenderlos. Es como yo siempre he trabajado en todas mis películas, en ‘Magaluf Ghost Town’, ‘Quiero lo eterno’, ‘Autodefensa’... En este caso ya no solo era conocer un personaje, sino que tenía que vincularme con su material. La película es una ficción a partir de un material real, pero había como mil vídeos de Jesús. Eran muchísimas horas, así que hice un montaje de una posible película de Jesús. Hay un guion y hay una ficción, pero todo vive de un material real de Instagram. A día de hoy me parece que el único lugar audiovisual donde se puede conseguir cierta verdad es en las redes sociales. Cuando ves la película hay un tono entre la realidad y la verdad pura, pero con unos toques de ficción, de ciencia ficción más exagerada, de invasiones… 

Mucha gente dice que las redes sociales representan un mundo artificial y de postureo. A ti te parece lo contrario.

Lo bueno del material de Jesús es que rompe las redes sociales, rompe el canal, rompe el lenguaje. Normalmente, como dices, las redes sociales son una representación muy calculada de uno mismo. Jesús rompe ese canal, Instagram, exponiéndose de una forma absolutamente real. Es como un diario. Cuando tú ves ese material da la sensación de que no estaba hecho para que nadie lo viera. Esto pasa en redes sociales muchas veces. Se encuentran espacios mágicos en mitad de toda la cantidad ingente de basura que hay en Instagram.

Ya ha habido proyecciones en Márgenes y ahora en el D’A. ¿Cómo es la respuesta del público al descubrir la película?

"Estoy muy cansado de mí mismo. No entiendo como los otros directores y directoras no lo están. Necesito conocer gente y ver otras realidades alternas a mi alrededor para entenderlas"

Con los espectadores siempre pasa algo muy parecido. Ayer pasó también cuando hicimos el primer pase de ‘Invasión pequeña’ en el D’A. La gente se queda muy chocada por esa especie de intimidad abierta, y sobre todo porque se tratan unos temas desde un lugar inusual a, digamos, un pacto social. Para mí la película habla de cómo puede haber otras formas de vida, de esa vida libre que Jesús ha conseguido en muchos aspectos. Hay otra forma de relacionarse con el sexo, con la muerte, con los animales… Acostumbrados como estamos a que solo pueda haber una forma de relacionarse con el mundo, a nivel moral e incluso estético, esta película choca mucho. Aparte de esta ruptura con lo que se considera la moral oficial, también hay una ruptura con la estética y la narrativa oficial. Cansados de ver siempre las mismas imágenes, cansados de ver siempre las mismas narraciones en las películas, encontramos aquí un material que no ha pasado por la academia. Está muy cerca del Art Brut. Es la historia de alguien que en ningún momento pretendía hacer cine o hacer una película con su material. A mí me parece que eso es lo más importante.

Collage de 'Invasión pequeña', la película de Miguel Ángel Blanca Pachón sobre Jesús Manresa Puche
Collage de 'Invasión pequeña', la película de Miguel Ángel Blanca Pachón sobre Jesús Manresa Puche · Fotografía: Boogaloo Films

Hay una cosa muy interesante de tu trabajo. Nadie dudaría en decir que eres un autor, y al mismo tiempo desmonta lo que implica el mito del autor total que lo hace todo solo. En ‘Autodefensa’ escribías con Belén Barenys y Berta Prieto. Aquí has dirigido también la película con Jesús. En ‘Ejercicios para ver a Dios’ están acreditadas las actrices como guionistas. ¿Para ti el cine es algo colaborativo a pesar de que haya una visión detrás, la tuya?

Digamos que yo estoy muy cansado de mí mismo. No entiendo como los otros directores y directoras no lo están. Necesito conocer gente y ver otras realidades alternas a mi alrededor para entenderlas. Hay directores que de repente tienen una idea en la cabeza y están haciendo un casting de 5.000 o 10.000 personas hasta que dan con esa persona que tenía en su cabeza. Yo trabajo de forma diferente: salgo, encuentro a gente interesante e intento comprender su universo y meterme allí de alguna forma. Por eso he trabajado siempre con gente. Me gusta meterme como una especie exótica en un lugar ajeno. Es mi forma de trabajar y siempre ha sido así. Fue así en ‘Magaluf Ghost Town’, ‘Autodefensa’ y ‘Ejercicios de ver a Dios’, pero ‘Invasión secreta’ ha sido el caso más extremo.

¿Cuál fue la inspiración para ‘Ejercicios para ver a Dios’? A priori puede ser muy marciana y lejana de nuestra cultura, pero vivimos en un país en el que existió un reality como ‘El castillo de las mentes prodigiosas’ en prime time.

‘Ejercicios para ver a Dios’ nace de esta fascinación por Las Detectives, que es una compañía teatral. Vi una obra suya, ‘Pienso casa digo silla’ y me pareció alucinante. Hablaba de las cosas que a mí me interesan, como la búsqueda constante de algo que no sabemos ni siquiera si existe. Me interesa mucho cómo introducen el humor en lugares insospechados y cómo gestionan el cuerpo y el gesto en su representación. Quise entender cómo eran sus procesos, cómo eran sus estrategias para llevar a cabo esto que me fascina tanto. Para darle cuerpo se nos ocurrió la idea del reality show de supervivencia que es un lenguaje al que todos estamos muy acostumbrados desde ‘Gran Hermano’, hace ya más de 20 años. Encontrar la forma de articular los ejercicios que hacían estas actrices en un lenguaje audiovisual fue el mayor reto para mí. Entendimos que el reality show también podría ser una buena herramienta para intentar transmutar otra cosa que a mí me interesa mucho, como es el tono. De repente estamos hablando de la fe y de lo sagrado, pero con un lenguaje de humor. Alguna gente podrá decir que es frívolo o incluso denunciar la peli, porque estamos tratando unos temas que en este país no estamos acostumbrados a tratar así. La película en realidad tiene lenguajes muy populares. Puede ser que a alguien le parezca una marcianada lo que sucede, pero hay un plato que podría ser el de ‘Sálvame Deluxe’, aunque esté un poquito más teatralizado con referentes de la serie B. Se ha intentado llevar esa cercanía en el lenguaje. Creo que es la película más compleja que he hecho y puede que sea de las que más orgulloso estoy, porque hay muchas cosas y muchas ideas en ella .

“El entretenimiento dignifica la realidad” es una de las numerosas citas que aparecen en la película. ¿Por qué?

La película es una especie de patchwork, de conceptos y de ideas. Hay muchos autores que salen referenciados. Al final de la película salen todas las obras citadas. Durante la historia vamos asistiendo a muchos personajes que hablan con citas, muchas de ellas míticas. Se cita a Brosa, a Sixu, a John Berger. La cita de que “El entretenimiento dignifica la realidad" es una cita sacada de ‘La sociedad del espectáculo’, de Guy Debord. Me interesaba referenciar a quien ha hablado de estos temas. ¿Quién ha hablado de esta reflexión tan interesante que tiene la película, que es cómo somos cuando nos miran? Porque la película va de esto, de la representación de uno mismo, de cómo nos afecta el hecho de que nos estén grabando ahora mismo. ¿Cómo me afecta a mí el hecho que estéis vosotros aquí con una cámara? ¿Cómo funciona esta espiritualidad cuando sabemos que estamos dentro de un plató? Eso es lo que vemos en la película. La forma en que la gente nos mira y cómo nos afecta es una reflexión que ha trabajado mucha gente. Por eso están en la película.

María García Vera, Mariona Naudin Lorda y Laia Cabrera Vicens, en un fotograma de 'Ejercicios para ver a Dios'
María García Vera, Mariona Naudin Lorda y Laia Cabrera Vicens, en un fotograma de 'Ejercicios para ver a Dios' · Fotografía: Boogaloo Films

Carlos R. Ríos decía que uno de los motivos de orgullo que tenía el D’A en su 15 aniversario era que, a su manera, había creado una cantera de directores que se habían forjado aquí, o presentando películas, o pasando por el laboratorio, o viendo películas. ¿Qué relación tienes tú con con el D’A?

"Me da la sensación de que se hacen películas para estrenar en los festivales. No debería ser así. Hay que equilibrar esa balanza para no transformarse en sirvientes de los festivales"

Es indiscutible que el D’A es uno de esos festivales que me han ayudado muchísimo como cineasta. Siempre me han apoyado. He estrenado casi todas mis películas aquí y estuve en el work-in-progress el año pasado con ‘Ejercicios para ver a Dios’. Es un ente fundamental para mí y para muchos otros. También lo es Márgenes. De todas formas, yo tengo una relación contradictoria con el tema de los festivales. Me da la sensación de que se hacen películas para estrenar en los festivales y creo que no debería ser así. Hay que equilibrar esa balanza para que los directores y las directoras no se transformen en sirvientes de los festivales. No puede ser que estén haciendo su obra solo para estrenar ahí. No debería ser el objetivo, pero en mi caso efectivamente ha sido fundamental el apoyo del D’A. Carlos me llamó y me dijo que querían mi peli, así que la estrenamos aquí mundialmente porque es un sitio al que quiero.

Hay directores y directoras, aunque puede que pase más con los que no pasan por laboratorios, que dicen que son un poco peligrosos porque pueden hacer que el cine de autor sea más uniforme, en vez de más particular. ¿Cuál ha sido tu experiencia con ellos?

Todo lo que estás diciendo es obvio. La academia homogeneiza una mirada. Los laboratorios también. Depende de cada caso, evidentemente, pero se corre ese peligro. Cada cineasta debe saber cómo quiere relacionarse con ellos y decidir cómo quiere sacrificarse, o no, o por qué aros quiere pasar. Yo particularmente siempre he intentado hacer caso a mi intuición y no tanto a los laboratorios, pero entiendo que es un lugar donde hay conversación y donde hay mucho debate. Hay gente que quizás no tiene tan desarrollada su mirada aún y un laboratorio le ayuda muchísimo. Creo que yo ya tengo una edad como para haber encontrado ciertas cosas, pero también es verdad que los primeros laboratorios a los que fui fueron también fundamentales para forjarme una mirada y una forma de narrar y de ver el mundo.

Miguel Ángel Blanca Pachón y Jesús Manresa Puche hablan con Kinótico en el D'A Festival Cinema Barcelona
Miguel Ángel Blanca Pachón y Jesús Manresa Puche hablan con Kinótico en el D'A Festival Cinema Barcelona · Fotografía: Kinótico

Decías que era importante que las películas no se quedaran en los festivales. Tú perteneces a un cine autor más radical y más arriesgado. ¿Cómo es la vida de llevar la película a la gente fuera de un circuito más especializado y más cinéfilo?

La verdad es que… Si os soy completamente sincero, y después vosotros hacéis con las declaraciones lo que queráis… Para mí el público y los festivales de alguna forma son un daño colateral del cine. Es un poco lo que te había dicho antes. No podemos pensar en que los festivales o que el público salvará el cine. El cine es otra cosa. Quizás es que estoy en una época muy espiritual de mi vida, como se puede ver en ‘Ejercicios para ver a Dios’, pero para mí es una cosa muy propia y que nunca en la vida tiene que pasar por contentar a nadie, salvo ti mismo, y sobre todo con el equipo con el que trabajas. Es evidente que estamos en un engranaje industrial y las películas necesitan de público. Cuando a alguien le gusta tu película y cuando alguien te escribe una buena crítica es maravilloso. Si eres cineasta y has llegado hasta aquí es porque tienes un punto egocentrista y necesitas que los demás te digan que tienes talento. Si no, no lo harías, es evidente.

"Si hubiese pensado en una industria a la hora de hacer ‘Invasión pequeña’ o ‘Ejercicios para ver a Dios’, no las hubiera hecho. ¿Dónde irá esta película? No lo sé, a ver qué pasa"

Una vez más estoy en esa contradicción yo, ¿no? Al igual que mis películas intentan atravesar una contradicción, yo también estoy en esas. Los necesitamos, nos agrada muchísimo que nos dé un golpecito en la espalda, pero pueden transformarse en tu peor enemigo. Es todo sobre lo que estábamos hablando antes. Los labs, la homogeneización de las miradas, son todo esto, al igual que esta chapa que os estoy dando. Si le dais el tiempo suficiente, se puede entender. Si de repente la editáis y me la ponéis en 5 segundos, parecerá que soy un auténtico cretino. Pero es lo que pienso y estoy trabajando en ello. Es una contradicción que creo que me ayuda mucho a seguir explorando el cine que quiero hacer. Si yo hubiese pensado en un público a la hora de hacer ‘Invasión pequeña’, no la hubiera hecho. Si hubiese pensado en una industria a la hora de hacer ‘Invasión pequeña’ o ‘Ejercicios para ver a Dios’, no las hubiera hecho. ¿Dónde irá esta película? No lo sabemos, a ver qué pasa. Y si no, pues siempre lo podéis ver todo en Filmin, que es uno de los lugares más maravillosos del siglo XXI.

Una historia diferente

Durante su encuentro con Kinótico, Miguel Ángel Blanca Pachón está acompañado por Jesús Manresa Puche, el fascinante sujeto protagonista de ‘Invasión pequeña’, en la que también está acreditado como director al ser el autor de todas las imágenes que aparecen en el filme. El alicantino recuerda la tarde en la que el director llegó a su casa con una oferta inesperada. “Me propuso hacer una película con los vídeos que ya previamente se había descargado. Acepté”. La colaboración se transformó en un documental tan incómodo como magnético que ganó el premio a la mejor película en Escáner, la sección dedicada al cine español en el Festival Márgenes. El protagonista de la película aprueba el resultado final de un proyecto único que pasa estos días por el D’A. “Ha salido mejor de lo que me esperaba. Miguel Ángel tiene experiencia y le ha dado su toque a la película y ha sabido colocar las escenas recopilando todos los temas importantes”.

Su carrera como creador de contenidos en redes sociales ha quedado en suspenso al infringir las reglas de la comunidad. “Tuve que borrarlo obligatoriamente”, explica a Kinótico. “Si no, a día de hoy, como mínimo, seguiría publicado. Hubiera podido seguir haciendo vídeos perfectamente”. Manresa Puche cree que su experiencia en ‘Invasión pequeña’ no le condicionaría a la hora de volver a grabar vídeos. “Es una cosa que hago yo de forma espontánea y que no tiene ningún guion. No me puede influir en nada. En cualquier caso, me aportaría ideas para mejorar los vídeos”. Blanca Pachón relata entonces que el día antes Jesús le había enseñado unos vídeos que que había grabado con unas cámaras de seguridad. “Me parecieron sensacionales. Hay algo pictórico y misterioso en ellos. Creo que hay algo de Jesús en su forma de narrar que es extraordinario. Es la grandeza de mucha gente, que de repente lo tienes o no lo tienes”.

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