Itsaso Arana: “Hay muchas cosas que nos hemos callado, que aún hay que poner en palabras”

Itsaso Arana, actriz y guionista, debuta en la dirección con ‘Las chicas están bien’, una “película muy humilde y al mismo tiempo muy ambiciosa” sobre un grupo de amigas formado por Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itziar Manero, Helena Ezquerro y ella misma. Juntas se van a un pueblo para preparar una obra de teatro. Kinótico pudo hablar con ella y con Irene Escolar en el Atlàntida Mallorca Film Fest, en el que la película tuvo su estreno nacional, sobre cómo ha sido el salto a la dirección, el proceso de producción y cómo ven ambas una industria en movimiento donde aún queda mucho camino por andar. 'Las chicas están bien', producida por Los ilusos films, llega este viernes 25 de agosto a las salas de cine. El audio de la entrevista completa puede escucharse en el Kinótico 375.

“Desde pequeña he tenido como un deseo de guiar o de liderar que luego acallé porque no es fácil, el mundo te pega muchas leches cuando tienes este ímpetu. Pero siempre fui una niña muy apasionada, que hacía mis coreografías y tenía como una locura creativa muy fuerte que después la actuación me la colmó muchos años. También es cierto que tuve una compañía donde creaba en colectivo, he seguido escribiendo guiones y para mí actuar no deja de ser una especie de escritura en el tiempo y en el espacio”, resume Arana sobre de dónde, de qué lugar, proceden sus ganas de colocarse por primera vez detrás de la cámara para dirigir. Si lo hizo fue, más que por una “vocación de quiero dirigir”, porque sintió que no le quedaba “más remedio”, porque se trataba de un proyecto muy suyo, “que no es transferible”. Lo sintió así y se lanzó a ello, con una producción “meteórica” en la que no se dilataron muchos los tiempos. De lo contrario, considera la directora, “creo que si lo hubiera pensado más, no me hubiera atrevido, hubiera salido menos salvaje o menos única”.

En ‘Las chicas están bien’ las protagonistas son actrices que comparten nombre con quienes les dan vida en la pantalla, pero no son ellas mismas. Son cinco actrices (ficticias) ensayando una obra de teatro y cuyos ensayos se convierten en la película que ahora verá el público. Algo muy meta y que transpira como cierto aire de enmienda al proceso creativo, un empuje a crear de otra manera, una alejada de esa verticalidad de alguien ordena y manda y otros ejecutan sus directrices. Una apreciación que Arana apoya: “Yo siempre digo que esta película es una conversación, un regalo que también ellas [las actrices] me hacen de una gran generosidad y una gran transparencia”. De ahí que siempre buscase “que fuera lo más horizontal posible dentro de que, evidentemente, guiar un proyecto, dirigirlo, supone que tú tienes otro tipo de responsabilidades y considero que cuando estás dirigiendo tienes que dar una seguridad”. Una labor que a su lado Irene Escolar da fe de que consiguió.