Entrevista
Diego Vicentini, director de 'Simón': "No solo es difícil hacer una película, es llegar a la gente"
La nominación a Mejor Película iberoamericana en los Goya le ha dado un impulso a esta película y a sus artífices, que nos cuentan cómo 'Simón' les ha cambiado la vida
La de 'Simón' es una historia de imposibles. Escrita y dirigida por Diego Vicentini, es una de las cinco candidatas a los Goya en la categoría Mejor Película iberoamericana. Llegar hasta esta nominación es parte de esos imposibles que esta película ha superado, si se tiene en cuenta que estamos ante un filme que lleva la nacionalidad venezolana, fue realizado por venezolanos en Florida (EE.UU) y sin un céntimo proveniente del gobierno de su país. Es más, tanto el equipo como quienes están relacionados con esta cinta, probablemente ya no podrán regresar a Venezuela.
"Pensamos que nos negarían el certificado de nacionalidad que expide el CNAC (Centro Nacional Autónomo de Cinematografía)", relata Diego Vicentini, director de la película, que corría el peligro de ser acusado de violar la Ley contra el odio, la intolerancia y por la convivencia pacífica, con penas de hasta 20 años de cárcel por rodarla. "Pero de haber negado el certificado de nacionalidad a una película escrita y dirigida por un venezolano, con elenco y un equipo venezolanos, era muy obvio que la censura generaría mucha más atención", afirma el cineasta formado en Los Ángeles, donde también reside. Con la nacionalidad asegurada, quedaba abrir el camino a los premios españoles cuya representación caía en manos de los 400 miembros de la Academia de Cine Venezolana. "Es un proceso democrático de votación", apunta Vicentini, "y al no tener puesta la mano del gobierno, tuvimos la oportunidad de postularnos a los Goya". La representación en los Oscar le fue negada, vale recalcar.
‘Simón’ se estrena este viernes 19 de enero en España tras convertirse en el filme más visto en salas venezolanas de los últimos seis años. Narra la historia de un líder estudiantil –al que da vida el también productor de la cinta Christian McGaffney–, detenido en las protestas de 2017. Un éxito que ha conseguido traspasar muchas fronteras.
¿Cómo habéis recibido la noticia de la nominación a los Goya?
Christian McGaffney (CG en adelante) y Diego Vicentin (DV en adelante): Nosotros estamos contentos y agradecidos de haber podido hacer la película, pero creo que más allá de eso, como venezolanos tenemos un compromiso con esta historia, de que se vea, de visibilizar lo que ha vivido el país. El cineasta que hay en mí aún no se cree nada, no termina de asimilar que nuestra película esté en entre las nominadas. Por otro lado, el venezolano dentro de mí estaba soñando todo el tiempo recibir esa nominación porque significa que más gente podrá conocer lo que está ocurriendo en nuestro país.
¿Fue difícil armar una estrategia de cara a la campaña de premios?
DV: Hacer una película es como una montaña gigantesca, y honestamente no sé cuál de las etapas es más trabajo (se ríe). Es importante tener personas que te puedan apoyar, ahí están los productores pero incluso mi familia, mi mamá sobre todo. Para la prensa y comunicación en España tenemos a Ana Ros, y tanto ella como Carlos Taillefer nos están ayudando con los académicos y a llevar una agenda. En una campaña así, la logística representa es mucho trabajo y somos un equipo muy reducido, por lo que es un peso enorme, pero la motivación es triple. Queremos que a nuestra película le vaya bien porque como venezolanos nos importa y nos afecta.
Christian, me imagino que no sospechabas el compromiso a largo plazo que te ha supuesto ‘Simón’, tomando en cuenta que todo empezó con el cortometraje en 2018.
CM: Que un corto que haces se vuelva un largometraje, es de las cosas más surreales que te puede pasar. Pero luego que la película termine presentándose en tantos sitios no lo hubiera concebido, ¡ni en mis sueños más absurdos! Se trata de una película independiente y como tal ya tiene muchos obstáculos. Pero cuando te reconocen en la calle y te hablan de ‘Simón’, te das cuenta de la magnitud de la película, para mí ha sido un recorrido artístico hermoso que se ha sudado y ganado a pulso el recibimiento de la audiencia.
Desde que ‘Simón’ empezó su recorrido habeis estado dando coloquios en muchos pases. ¿Cuál es la importancia de este intercambio y cercanía con los espectadores?
DV: Muchas películas independientes mueren en la distribución porque no sólo es hacerla, que ya es complicadísimo, luego está el cómo le llegas a la gente. En el caso de ‘Simón’ el boca a boca ha sido tan fuerte que la gente la pide, o sea, no hay día que en las redes sociales alguien me diga que lleve la película a su ciudad. ¡Qué privilegio que quieran ver algo que tú hayas hecho! Para el estreno comercial en Miami coincidió que estaba unos días allí, entonces sin avisar fui todas las noches al cine, esperaba que terminara la película y entraba a las salas, saludaba y hacía un coloquio. Si hacer la película fue mágico, esta etapa de mostrarla y de compartir con el público, ha sido espectacular.
Has dicho que ‘Simón’ es una película de Ultra Low Budget, sin embargo por un lado resalta las buenas hechuras y por el otro el recorrido que está teniendo. ¿Cómo se logra algo así?
DV: Utilizo el término Ultra Low Budget porque es la terminología que la SAG de EEUU aplica para clasificar a las películas en relación a los honorarios de los actores, nosotros entramos en esa categoría. Donde también mueren las películas independientes es buscando financiamiento porque sin dinero nunca se hacen, y si llegan a realizarse y no tienen distribución, nunca llegan al público. Mientras iba escribiendo estuve buscando el financiamiento, tuve mil reuniones pero al final Jorge Antonio González y Gabriel Sanz cayeron del cielo vía Instagram. El presupuesto de la película se acabó en la postproducción, pero lo increíble de este proyecto es que le ha ido bien; por ejemplo cuando hicimos la gira promocional, se agotó en toda Latinoamérica. Eso te empieza a generar algo de dinero que puedes invertir para alquilar otra sala, y así hemos ido. En cuanto a la calidad en la factura del proyecto, fácilmente el monto podría triplicar el presupuesto que tuvimos, pero muchos trabajos y locaciones en Miami no se cobraron, las dieron gratis porque eran venezolanos. Por otra parte en la calidad de la película tiene mérito la cinematografía de Horacio Martínez, quien hace que cualquier encuadre se vea bien hecho e iluminado. Creo que para la audiencia, aunque no sepa verbalizarlo, eso es lo más inmediato que percibe.
‘Simón’ cuenta también con excelentes actuaciones. Christian, ¿cómo fue interpretar este papel, tomando en cuenta que además te toca de cerca?
CM: A medida que la historia iba tomando el sentido de lo que Diego quería contar, tuvimos la suerte de poder ensayar muchísimo antes del rodaje, eso le dio confianza a él para estar tranquilo con un personaje que carga con su historia. Y a mí también, porque siento que ‘Simón’ ha sido mi trabajo más honesto hasta ahora por lo que significa y además por el reto actoral. Tiene esa mezcla de corazón, del país, del dolor que tengo como venezolano, como también posee el peso artístico que conlleva no sólo por ser la ópera prima de Diego, sino la increíble historia que es. La película se soporta mucho en el guión, y eso también influye en los valores de producción. Como actor terminas siendo básicamente un elemento que está sostenido por tantas cosas tan importantes que inciden en la alta factura de la película, y a uno lo que le queda es lanzarse al vacío.
DV: Pero por malas actuaciones, se cae una película, y ahí también mueren los filmes de bajo presupuesto. Sin Christian no habría película, y también fue importante rodearse de otros actores (como Roberto Jaramillo, Flanklin Virgüez, Jana Nawrtschi o Luis Silva) que estuvieran a su altura para que el nivel interpretativo se viera redondo. El lujo de trabajar con Christian fue que me quitó lo que pudiera haber sido un estrés muy grande de estar en el set y preocuparme por el protagonista. Un actor como él no sólo produce el efecto en la pantalla, sino que incide en el resto de la producción, te ahorra tiempo y estrés mental, porque confías en su talento y en el trabajo previo antes de filmar.
En una entrevista anterior con este mismo medio, Diego, contabas cómo habías entendido el poder que tiene el cine como generador de cambios. ¿De qué manera te ha cambiado a ti?
DV: Hice ‘Simón’ porque quería y necesitaba hacerla, nunca lo dudé. Al verla con la audiencia, compartes lo mismo que he sentido yo: la culpa, la necesidad de perdonarse a uno mismo y también de seguir para adelante, así como esa tensión de balancear tu derecho a una vida propia pero con la responsabilidad colectiva que tenemos con nuestro país. Por eso la experiencia con ‘Simón’ ha sido dolorosa y hermosa a la vez. Una de las lecciones ha sido ver que cuando uno escribe o hace algo desde un lugar muy auténtico, por muchos componentes técnicos que incidan, lo más probable es que salga bien porque viene de un lugar honesto, y seguramente haya gente que conecte con eso.
Cristian, ahora en campaña para los Goya, con una gira promocional y a punto de estrenar en salas comerciales en España. ¿Qué le deseas a ‘Simón’?
CM: Todo lo mejor. Pero más allá de eso, quiero disfrutar el momento que se viene, uno no tiene todos los días la posibilidad de estar haciendo una gira con una cinta que está nominada a los Goya como Mejor Película Iberoamericana, como tampoco es frecuente ser parte de un proyecto con el que sientes orgullo, no solo como artista sino también como venezolano. Que nos vaya excelente en España, que podamos disfrutar de la película con la audiencia y con los académicos, creo que es el mayor deseo que puedo tener para ‘Simón’. Independientemente de que terminemos ganando en los Goya o no, hemos vivido un proceso hermoso.
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