Brady Corbet ('The brutalist'): "Sí, hay muchas historias que no se pueden contar en Hollywood"

A lo largo de la rueda de prensa de presentación ante los medios de ‘The brutalist’ a Brady Corbet, su director y coguionista junto a su esposa Mona Fastvold, la emoción lo embargó en varias ocasiones haciendo que se le entrecortase la voz. En sus respuestas agradeció el apoyo a todos los que han hecho posible que la película saliese adelante, relató lo difícil que fue sacarla adelante y los siete años de su vida que le llevó lograrlo. De ahí que diese las gracias a la Mostra –“cuando nadie apoyaba esta película, este festival lo hizo”- y a “todos los que pasaron tres horas y media con ella”.

De hecho, la duración de ‘The brutalist’ fue tema de conversación aunque no tiene sentido para su artífice: “Creo que es bastante tonto hablar sobre la duración porque es como criticar un libro por tener 700 páginas en lugar de 100. Tal vez lo próximo que haga sea de 45 minutos y se me debería permitir hacerlo. Todos deberíamos poder hacerlo. La idea de que tenemos que encajar en una caja es bastante tonta. Deberíamos haber superado eso, estamos en 2024. Como dijo una vez Harmony Korine, el cine está atrapado en el canal de parto. Y estoy de acuerdo con él, así que deberíamos ayudarlo”.

La película en la que, dijo, se hace “todo lo que nos dicen que no podemos hacer”, el protagonista de ‘Funny games’ que viró su carrera hacia la dirección relata la historia de un arquitecto húngaro que emigra tras la guerra a Estados Unidos en los últimos años de la década de los cuarenta. El guion recorre 30 años de su vida y tiene a Adrien Brody como protagonista dando vida a László Toth, un nombre que Corbert dice que escogió porque es algo así como el equivalente a John Smith americano y que contribuía a esa idea de que “es una amalgama de muchos personajes reales”.