Razones para que 'Mi hermano Ali' gane el 8 de febrero el Premio Goya 2025 a Mejor Documental

*** La serie de entrevistas 'Razones para...', publicada durante la votación de ganadores de los Goya 2025, es posible gracias a las productoras y distribuidoras de las películas seleccionadas

En Kinótico, como parte de nuestro esfuerzo por poner en valor lo mejor del cine español en plena temporada de premios, hemos ideado un nuevo formato dispuesto a seguir la estela de nuestras celebradas mesas redondas. Se trata de 'Razones para...', un espacio de entrevistas personalizadas y en profundidad con nominadas y nominados a los Premios Goya, dándoles un espacio reposado en el que poder exponer sus candidaturas al "cabezón", que muchas veces representan a un equipo enorme de profesionales de nuestro audiovisual. De la mano de David Martos, y hasta el próximo martes 21 de enero, lo mejor de nuestro cine irá desfilando por Kinótico, con la ceremonia del próximo 8 de febrero, en Granada, como principal objetivo.

Tras nuestros primeros encuentros, le toca el turno a uno de los documentales más nominados del año, 'Mi hermano Ali'. La película, dirigida por Paula Palacios (nominada en 2021 por 'Cartas mojadas') y protagonizada por Ali Ahmed Warsame, cuenta la historia de amistad entre ambos, tejida durante más de una década y que comenzó cuando ambos se encontraron en un centro de detención temporal de inmigrantes en Ucrania. Palacios y Ahmed, desde entonces, han estado atentos el uno al otro, dando forma a una amistad de grises que retrata el documental, presente en la última Seminci de Valladolid. "He aprendido que la campaña hay que hacerla. Hay algo de injusto en que haya que acompañar las películas, y los directores nos hemos convertido un poco en personajes. En 'Mi hermano Ali' yo soy co-protagonista, soy un personaje, y tiene sentido, pero es verdad que hay que saber hablar de las películas. Y es que lo que yo diga de la película se va a ver más que la propia película", reconoce Palacios, que aquí ha volcado años de documentación diaria de su relación con Ali para intentar ponerle rostro a las vicisitudes, alegrías y dramas de los fenómenos migratorios más importantes de nuestra era.

"No lo recuerdo muy bien, pero tenía que tener como 12 años. Era muy joven cuando me marché", explica Ahmed, que de su Somalia original marchó hacia Etiopía, de ahí a Rusia y de ahí, huyendo, a Ucrania, donde se encontraría con Palacios. La directora y el protagonista de su documental, en entrevista con Kinótico, hablaron también de sus diferentes orígenes y sus etapas formativas, claves para entender lo que les une -desde las antípodas- en un filme como 'Mi hermano Ali'. "Esta en realidad es mi primera peli", confiesa Palacios, acerca del solapamiento de los rodajes de este filme y el anterior, que coexistieron en el tiempo. Y sigue: "En 2011 estaba haciendo un documental sobre mujeres refugiadas en países del este, no solo en Ucrania. Era un momento muy especial, en el que Ucrania se convirtió en una ruta clave, se la llamaba el muro de Europa, y se quedaban allí muchos inmigrantes. Estaba trabajando con Al-Jazeera y ACNUR, cuando me encontré con Ali (...). Vi a un chico peculiar que era muy escandaloso, hablaba con mucha energía", apunta la directora, que también explica en la entrevista que suele viajar con un director de foto y un contacto local para sus películas.

"Al principio la veía como si fuera periodista más, una trabajadora que iría a contar una noticia y se iría. Pero descubrí una persona cálida y educada, una persona amable que se preocupó por mí", recuerda Ahmed, sobre el inicio de una relación que no solo se extendería en años sino también en países, como Estados Unidos, por los que fue transitando en su odisea migratoria. "Ella me dijo que me llevara la cámara y me grabara cuando quisiera. Y que fuera real. Si estaba triste, que lo contara. Si estaba alegre, que lo contara. Me dijo que intentara hacer un diario realista. (...) Cuando veo los vídeos, pienso en cómo era mi vida y cómo ha cambiado. Cómo me he labrado un buen futuro, finalmente. También me arrepiento de algunas bromas, por ejemplo, que no se entendían como tales. Como cuando digo que nos casemos para que me de su pasaporte, o cosas así. Eran bromas", añade con una sonrisa el protagonista, sobre un viaje de cientos de horas y también varios formatos de grabación, desde 2011 hasta casi nuestros días.

"Soy documentalista, quiero ser documentalista y es algo que nunca me podré quitar. (...) Lo que diferencia un documental de un reportaje es la mirada, un mensaje que se va entendiendo sobre lo que quieres contar", apunta Palacios sobre las vueltas que ha dado un género cuya acepción, en lo contemporáneo, se acerca más a la no ficción. En el otro lado del espectro, los nuevos trabajos de la directora: "Estoy trabajando en dos películas de ficción. Una, en desarrollo con A Contracorriente, adaptando un libro de una autora, de una mujer. Y luego, estoy trabajando en las Residencias de la Academia de Cine y sí lo puedo contar, con un guion original de Carlos Saura. Se llama 'Amor de Dios' y apela mucho a mis orígenes como bailarina de flamenco. Por eso llegué a ese guion, porque tengo ese amor por el flamenco (...). Este guion lo tenía su familia, me enteré y llamé a su familia para hacerme con los derechos. Habla de los últimos momentos de la corrala Amor de Dios, en Madrid", cuenta Palacios, sobre un guion que data de 2003 y que se anunció como parte de la selección de las Residencias en septiembre de 2024.

Pero, ¿por qué debería ganar 'Mi hermano Ali' el Goya a la Mejor Documental? "Es una película honesta. Estoy satisfecha con eso, porque es lo más bonito que me dicen. Han sido 12 años de trabajo y no creo que se me vuelva a dar una oportunidad así. Yo ahí era una joven cineasta y me impliqué mucho fuera de cámara. Por eso es honesta la película. También por las circunstancias por las que ha pasado Ali [Ahmed]", opina meridiana Palacios antes de despedirse, ya con la mirada puesta en la ceremonia de Granada del 8 de febrero.