Entrevista
Eva Libertad: “En 'Sorda' no queríamos representar a todas las mujeres sordas, porque eso es imposible y muy injusto”
Charlamos con la directora y los actores de 'Sorda' sobre una película que ya ha hecho historia en el cine español y que ahora amenaza con conquistar Málaga

El Festival de Málaga parecía estar contando las horas para compartir con el público, la prensa y la industria la película que más expectativas ha despertado en su vigésimo octava edición. Ya fuera por su triunfal paso por el Festival de Berlín, donde fue premiada por partida doble en la sección Panorama, o porque ya es historia del cine español, como la primera película protagonizada por una persona sorda, el debut detrás de las cámaras de Eva Libertad y delante de ellas de Miriam Garlo. ‘Sorda’ aspira a una Biznaga de Oro que ya consiguieron en la última década Carla Simón, Pilar Palomero, Alauda Ruiz de Azúa y Estíbaliz Urresola Solaguren, otras debutantes que conquistaron Málaga después de que sus óperas primas pasaran antes por el certamen alemán.
La directora murciana no quiere darle importancia a su supuesta condición de favorita. “Estamos con directoras increíbles. La única diferencia entre ‘Sorda’ y esas películas es que la nuestra ya se ha visto y el resto todavía no las ha visto nadie”. Es el caso de ‘Jone, a veces’, de Sara Fantova, y la esperada ‘La buena letra’, de Celia Rico Clavellino, con las que comparte la segunda jornada en un festival que, por primera vez, tiene más directoras que directores en la competición de la Sección Oficial.
Libertad y Garlo, hermanas en la vida real, llegaron al set de Kinótico acompañados de Álvaro Cervantes, coprotagonista de ‘Sorda’ que aprendió la lengua de signos durante un año, y Alejandro Maciá, el intérprete que acompaña a Miriam durante la promoción de la película. A pesar de ser capaz de hablar (así decide hacerlo voluntariamente en la última pregunta de la entrevista y así lo hizo en la conversación radiofónica que mantuvo con Kinótico en Berlín), Garlo ha decidido signar durante las entrevistas de vídeo para dar visibilidad a lengua de signos y potencia el mensaje de una película que explora los desafíos que vive Ángela, una mujer sorda, cuando decide tener un bebé con Héctor, su pareja oyente. La llegada de la niña altera la relación de pareja, y lleva a Ángela a afrontar la crianza de su hija en un mundo que no está hecho para ella.
Los nervios del estreno ya los habéis vivido en Berlín, donde superasteis el examen con una nota sobresaliente. ¿Cómo habéis llegado a Málaga? Venís con la etiqueta de favoritos para la Biznaga de Oro. ¿Cómo se vive eso?
Eva: Los nervios están siempre ahí, aunque ya viviéramos el estreno en Berlín. Me pongo nerviosa si me pongo a pensar en esta noche y en volver a ver la película con el público español. Estoy con la misma agitación que sentía en Berlín. Lo que pasó allí fue algo precioso. Ganar esos dos premios de Berlín fue algo increíble. Más allá de eso, intento no hacer mucho caso a la etiqueta de favorita porque, aparte de que estamos con directoras increíbles, la única diferencia entre ‘Sorda’ y esas películas es que ‘Sorda’ ya se ha visto y el resto todavía no las ha visto nadie. No sabemos cómo son, pero estoy segura de que serán estupendas también.
¿Por qué la maternidad era la mejor forma de introducirnos en una comunidad desconocida para tanta gente?
Eva: Es algo que venía ya del corto, que fue una idea que nació cuando Miriam empezó a plantearse ser madre. Ella compartió conmigo esas inseguridades que le sobrevenían cuando se imaginaba como madre sorda en un mundo oyente. Para la película me desligué por completo de su experiencia y empecé una fase de documentación en la que entrevisté a madres sordas para que me contaran sus experiencias durante el embarazo, el parto, la crianza… En realidad el largo también está arraigado en la maternidad porque a nivel narrativo me permitía crear una burbuja en una pareja donde ella es sorda y él es oyente Es una relación en que la que todo va bien porque han hecho un trabajo para construir una burbuja de comunicación. La llegada de esa criatura hace que eso se rompa y que se tengan que abrir al mundo, con lo que se supone, por ejemplo, para el personaje de Ángela. Exponerse otra vez al mundo le hace volver a enfrentarse a esas barreras comunicativas que ella de alguna manera pensaba que ya había superado superado o que ya no tenía que volver a sufrirlas. Además de eso, la maternidad es algo que como mujeres, decidamos o no tener criaturas, nos atraviesa a todas por un tema de expectativas, de temores… Era algo que tenía que estar en la película.
Las minorías a menudo aparecen representadas en el cine de forma ejemplarizante. Parece que tienen que ser personas perfectas. En ‘Sorda’ se invierten esos roles. Ella es una mujer complicada en el mejor sentido de la palabra, mientras él ejerce un rol de apoyo. ¿Teníais esa voluntad entre las dos de crear una representación que no fuera perfecta, sino real?
Miriam: Exactamente. Queríamos crear un personaje que fuera como un puzzle con muchas piezas y que fuera algo original, que fuera una mujer feliz que tomara buenas decisiones y otras decisiones no tan buenas, con sus preocupaciones… y que además fuera una mujer sorda, pero que no fuera solo eso. Hay muchas otras facetas en su personalidad y eso es algo transversal que al fin y al cabo afecta a todas los hábitos de su vida. Una persona puede ser buena, mala, lista, fea, guapa y buena. Yo no soy Ángela. Ángela es ella.
Eva: La idea nunca fue crear un personaje que fuese representante de todas las mujeres sordas, porque eso es imposible e injusto, para empezar. Es como si tuvieras que crear una mujer que representara a todas las mujeres. Es algo que nunca te planteas y tampoco queríamos hacerlo con la comunidad sorda. No queríamos que fuera simplemente una mujer ejemplar. Lo que pasa, y eso también es cierto que aplica con otros colectivos que han sido infrarrepresentados en el cine, que las primeras representaciones que aparecen en la gran pantalla muchas veces se convierten en ejemplares, pero no era la idea ni es el objetivo en absoluto.

¿Cómo ha sido adentrarse en la experiencia de las personas sordas y aprender lengua de signos para esta película?
Álvaro: Entrar en este universo y conocer la realidad de una persona sorda ha sido un regalo porque para mí era algo completamente desconocido para mí. Ha sido una suerte que fuera de la mano de Eva y de Miriam y que me llamaran con tanto tiempo de antelación. Es la primera vez que me convocan para un proyecto un año antes. He aprendido lengua de signos durante este tiempo y eso me ha permitido adentrarme un poquito en la comunidad sorda y entender día a día un poco más como funcionaba. Lo que pasaba es que, cuanto más sabía sobre ellos, más me daba cuenta de lo mucho que me quedaba por aprender, pero en ese sentido Miriam ha sido una gran maestra, más allá de mis profesores de lengua de signos, que son maravillosos. Álex, el intérprete de Miriam, también estaba en el rodaje y me ha ayudado como coach. Miriam ha sido una guía, en el sentido de que se ha abierto y ha compartido toda su experiencia para que pudiéramos imaginar y construir esta relación y esta pareja.
¿Estamos en una industria accesible? Hay un festival, Sundance, que exige que todas las películas que se presentan manden subtítulos en inglés para que todo el mundo pueda leerlos. ¿Todavía queda mucho por hacer en en materia de accesibilidad para las personas sordas?
Miriam: Todavía no hemos derribado todas las barreras. En el cine, el teatro… Hay muchas opciones en la cultura que no son accesibles para las personas sordas y que es imposible acceder a ellas por esa incomunicación. Las películas deberían llevar subtítulos siempre, es un derecho que tienen las personas sordas. Es lo mismo que si ves una película de otro sitio. Debería ser imprescindible que las películas españolas tengan subtítulos. Si una persona es oyente y una película se estrena, la puede ver. Yo tengo que esperar a que salga en otro formato para poder verla con subtítulos. Eso quiere decir que yo estoy en una postura atrasada. Pasa lo mismo con las actrices. Deberíamos de poder acceder a la cultura en igualdad de condiciones.
Hay una cita de Viola Davis, una actriz afroamericana, que dijo que no se puede ganar premios por papeles que no existen. Los tres os vais a hartar de hablar de los Goya, de los premios, de lo que puede pasar o o de lo que no. ¿El gran premio de ‘Sorda’ sería empezar a ver a los intérpretes sordos de otra forma, que esto no sea una excepción, sino el primero de muchos papeles?
Miriam: A ver qué nos depara el destino. No sabemos lo que va a pasar. Hacer esta película significa haber podido trabajar con un equipo en el que no estaba sola. Había muchas compañeras y compañeros sordas y sordos trabajando en esta película y que se han podido integrar en el mundo de la industria cinematográfica. ‘Sorda’ es un gran ejemplo de que, si se quiere, se puede conseguir, claro. Hay barreras, hay obstáculos, pero se pueden evitar y se puede adaptar uno.

No es spoiler decir que hay una escena de pelea en una historia sobre una pareja y un parto en una historia sobre la maternidad. Son dos de los momentos que van a quedar de este 2025 del cine español. Álvaro, ¿cuál fue el momento más desafiante, más emocionante como actor en ‘Sorda’?
Álvaro: Para mí el gran desafío ha sido trabajar con bebés. Ha sido lo más difícil porque, evidentemente, son imprevisibles y todo el tiempo tienes que estar muy presente y estar para ellos, para que estén bien, para que no lloren. Hemos tenido un equipo increíble que ha estado volcado en el cuidado de esos bebés, pero es algo que requería una atención plena. Hay secuencias que me han impresionado mucho, como la del parto. No quiero explicar demasiado, pero estuvimos trabajando con personal médico real. Todo lo que se generó en esa secuencia era de una verdad muy impactante. Yo no soy padre y no he estado nunca en un parto, pero siento que he atravesado esa experiencia de alguna forma a través del cine en esta secuencia.
Pocas veces se ha visto un trabajo de sonido tan sofisticado en el cine español ¿Cómo fue diseñarlo y convertirlo en una herramienta con fines narrativos que, además, tiene un gran impacto en el espectador?
Eva: No puedo hablar mucho del diseño sonoro para no hacer spoiler, pero sí te diré que fue el recurso narrativo que más al que más vueltas le di y que más difícil fue encontrar algo satisfactorio. ‘Sorda’ era una película perfecta para usar el sonido de maneras sorprendentes. A mí como espectadora no me gusta mucho cuando veo cómo desde la dirección se manipula o dirige al espectador. Aquí era algo muy fácil de hacer través del sonido. La tentación estaba ahí. Le di mucha vueltas. Hubo varias versiones de guion en las que había otro tratamiento sonoro y otra estructura narrativa del sonido, pero creo que encontré algo ayuda al arco de la película, que ayuda al arco de la propia Ángela y que ayuda al público y el viaje que hace con la película dándole cierta libertad. No quería llevar de la mano al espectador por la historia.

El arte y el cine sirve para provocar conversaciones. Por Málaga han pasado películas como ‘Cinco lobitos’, que nos hablaba de los cuidados, o ‘20.000 especies de abejas’, que exploraba la infancia trans y la forma que tiene la familia a reaccionar a ella. ¿Qué conversaciones os gustaría que provocara ‘Sorda’?
Miriam: En esta película hay tantísimos temas, ¿no? Mi opinión personal es que todo debate es válido. No solamente la va a ver una audiencia sorda, sino también una audiencia oyente. Lo interesante sería que haya esa integración también en el cine, que se generen esos lugares de debate, en los que podamos abrir las mentes, debatir, escucharnos y discutir.
¿Qué representa ‘Sorda’ en tu carrera, Álvaro?
Álvaro: Es una suerte haber podido trabajar de la forma que Eva ha planteado. Es una de esas cosas que me gustaría que repitiera en mi carrera, en el sentido de tener tiempo para que las cosas se vayan posando y puedas preparar así un personaje e introducirte en su mundo, como hicimos aquí con las personas sordas. Es algo que iba más allá de aprender lengua de signos.Tuvimos encuentros con otras parejas, hicimos sesiones de plantación en el huerto de Miriam.. Fuimos creando la relación a fuego lento y creo que de esos procesos salen los mejores frutos. Siento que esa manera de trabajar se nota en el resultado final de la película.
¿Cómo ha sido colgar el gorro de hermanas y trabajar como directora y protagonista en 'Sorda'?
Eva: Yo ya había dirigido a Miriam en Madrid en varias obras de teatro. Es algo que nos sale de una manera muy orgánica. Nos resulta fácil ponernos en ese lugar. La diferencia es que esta vez ha sido muy intenso, ha sido mucho tiempo y con algo que de alguna manera nos tocaba a las dos. Según escribía el guion le iba pasando diferentes versiones y ella me iba dando feedback. Yo le iba comentando, "Mira, aquí esta reacción de Ángela no me termina de convencer, ¿qué te parece a ti?”. A veces necesitaba encontrar otra dimensión de Ángela y se lo comentaba para que me ayudara. Ese lazo de hermanas siempre ha estado ahí, pero hemos explorado un nuevo color en la relación entre directora y actriz.
Miriam: Trabajar con Eva nos ha permitido crear un espacio de seguridad y ha sido muy especial. Nos conocemos muy bien y nos hemos cuidado mucho, y eso nos ha permitido transitar el mismo camino. Creo que la razón del éxito de esta película ha sido la dirección de Eva Libertad.

La representación es algo muy importante que muchas veces solo entiende la gente que ha estado en el lado de las minorías. ¿Qué sientes que aporta ‘Sorda’ a las historias de la comunidad sorda?
Miriam: (Hablando por primera vez de viva voz y sin hacerlo a través de su intérprete) Creo que aportamos un punto de vista diferente. Aunque estemos trabajando de alguna manera el punto de vista de una persona sorda, aquí metemos una autenticidad que en otras películas quizá quedaba un poco más relegado porque la prioridad de cómo se cuenta la historia está más dirigida a un público oyente. En este caso, estamos todo el rato tratando de que la recepción llegue a la misma vez y de la misma manera, con el mismo color y la misma luz, para todas las personas, ya sean oyentes o ya sean sordas. Me parece que eso es algo novedoso.
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