Robert De Niro arremete contra Trump en Cannes: "Nos estamos jugando una democracia que habíamos dado por sentada"

Un arranque calculadamente político. Eso es lo que se deduce, dentro de los parámetros de una cita de este calibre, de la gala de inauguración del 78 Festival de Cannes. Los discursos contra el elefante naranja en la habitación, un Donald Trump que estuvo más presente que nunca en la Croisette sin llegar a pisar suelo francés en ningún momento, han marcado la primera jornada de desarrollo del certamen cinematográfico, en cierto modo oscureciendo la película inaugural, 'Partir un jour', de Amélie Bonnin y que además de en Cannes se proyectó en más de un centenar de salas por toda Francia junto a la gala, presentada por Laurent Lafitte y protagonizada por dos nombres propios: Juliette Binoche como presidenta del jurado y Robert De Niro como merecedor de la Palma de Oro honorífica del festival.

"En mi país, nos estamos jugando una democracia que habíamos dado por sentada. Eso nos afecta a todos los aquí reunidos, porque las artes son democráticas. El arte es inclusivo, acerca a las personas. El arte abraza la diversidad y por eso es una amenaza, una amenaza para los autócratas y los fascistas", dijo emocionado De Niro, que recibió una de esas ovaciones que se cuentan por minutos y que posó con su reconocimiento justo después de que se lo entregara Leonardo DiCaprio. "Gracias Leo, gracias por estar aquí y gracias por estar conmigo en esta noche tan especial", había comenzado su discurso de agradecimiento el actor de 'Taxi driver', la saga 'El padrino' y un sinfín de títulos inseparables de la historia del cine. Y siguió: "Vine por primera vez en 1973 junto a Martin Scorsese y 50 años después con 'Los asesinos de la luna'. Me gustaría acordarme de otros directores con los que he venido. Bertolucci, Roland Joffé, Sergio Leone, John McNaughton, Irwin Winkler, Barry Levinson", recordó.

Siguiendo con lo político de su discurso, De Niro volvió a cargar contra Trump: "El presidente filisteo de Estados Unidos se ha hecho nombrar director de una de nuestras principales instituciones culturales. Ha recortado la financiación y el apoyo a las artes, las humanidades y la educación. Y ahora ha anunciado un arancel del 100% a las películas producidas fuera de EEUU. Hay que entenderlo bien... no se le puede poner precio a la creatividad, pero aparentemente sí se le puede poner un arancel", se quejó De Niro, antes de seguir. "Es inaceptable. Esto no es solo un problema estadounidense, es uno global. No podemos quedarnos sentados viendo. Tenemos que actuar, y tenemos que hacerlo ahora, no con violencia, sino con gran pasión y determinación. Es hora de que todos los que se preocupan por la libertad se organicen, protesten y, por supuesto, cuando haya elecciones, voten. Esta noche y durante los próximos 11 días demostramos nuestra fuerza y compromiso celebrando el arte en este glorioso festival. Libertad, igualdad, fraternidad", remató, antes de que todo el sarao fuera cerrado por un desternillante Quentin Tarantino, que declaró abierta la competición.