Entrevista

Luis Callejo: "Trata bien a todo cristo, aunque no te sea natural, nunca sabes lo que puede pasar"

Hablamos con el tres veces nominado al Goya a horas de que se suba al Teatro Calderón a recoger la Espiga de Honor de Seminci en reconocimiento a su carrera

Valladolid·
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El actor Luis Callejo a su paso por el set de Kinótico en la Seminci de Valladolid 2025
El actor Luis Callejo a su paso por el set de Kinótico en la Seminci de Valladolid 2025 · Fotografía: SAMUEL DE ROMÁN / KINÓTICO

El perfil de IMDb de Luis Callejo incluye más de 140 créditos audiovisuales entre sus trabajos en cine, televisión y, sobre todo, cortometrajes. “Estoy convencido de que soy el actor con más cortometrajes en este país, o uno de los tres que más ha hecho. Apostaría por ello”, bromea el actor durante su conversación con Matías G. Rebolledo en el set de Kinótico en la 70 edición de la Seminci de Valladolid. En unas horas, el tres veces nominado al Goya (como revelación en 2006 por ‘Princesas’, en 2017 como protagonista por ‘Tarde para la ira’ y en 2020 como secundario por intemperie’) se subirá al escenario del Teatro Calderón para recoger la Espiga de Honor en reconocimiento a sus más de 25 años de trabajo como actor.

La lista de directores con los que ha trabajado el segoviano incluye a Benito Zambrano (‘La voz dormida’), J.A. Bayona (‘Lo imposible’), Isaki Lacuesta (‘Murieron por encima de sus posibilidades’), Oriol Paulo (‘Contratiempo’), Patricia Ferreira (‘Thi Mai, rumbo a Vietnam’), Pablo Berger (‘Abracadabra’) o Rodrigo Sorogoyen (‘El reino’), aunque él tiene muy presente a los dos cineastas que más han apostado por él a lo largo de su carrera: José Manuel Carrasco y Roberto Santiago, alguien que nada más verle depositó en él una confianza que sigue sin olvidar. “Callejo, siempre que pueda te voy a meter en mis películas”. En su larga lista de apariciones televisivas se incluyen fenómenos como ‘Crematorio’, ‘Veneno’, ‘Rapa’, ‘Apagón’, ‘Antidisturbios’, ‘Vis a vis’, ‘La zona’ o ‘Hierro’.

El actor de 55 años ha sobrevivido a diferentes momentos de una industria en constante cambio. “Cada uno cuenta la verbena según le vaya el baile. Luego es que siempre son los mismos, o somos, quizás debería meterme en ese grupo”, reconoce un actor que acaba de estrenar ‘El cautivo’ a las órdenes de Alejandro Amenábar y ya tiene pendiente de estreno las nuevas películas de David Pérez Sañudo y Fernando Franco. “He tenido la suerte de conocer y trabajar con gente muy buena. Puedes aprender de todo el mundo, no especialmente directores ni actores. Pueden llegar de cualquiera en un rodaje”.

El actor Luis Callejo, en un fotograma promocional de la serie 'Apagón'
El actor Luis Callejo, en un fotograma promocional de la serie 'Apagón' · Fotografía: Movistar+

¿Cómo es esa llamada en la que te cuentan que la Seminci te va a homenajear este año?

Fue muy sorprendente. Me llamó José Luis Cienfuegos, el director del festival, con el que había coincidido alguna vez. Me pasó como cuando tengo que estrenar una obra de teatro, que me entran nervios y sueño que el teatro se cae para no tener que ir. Es algo que me sigue pasando. Luego digo, “a ver si coincide con los días que estoy trabajando en una película y no puedo ir”, pero no pudo ser. Es mejor decir que sí a un premiazo como este, claro. Me sentí muy desbordado. Inevitablemente te hace dar vueltas a las cosas, mirar atrás y pensar en lo que he hecho y lo que no hecho, en lo que digo y lo que no digo. Estoy muy contento y muy halagado, la verdad. Es un honor.

Este es un premio honorífico en reconocimiento a tu trabajo y carrera, pero tú estás en plena actividad. A nivel personal, ¿cómo recibes que te hagan un homenaje cuando todavía estás tan en activo?

Esto está siendo muy comentado por la gente que vive en mi cabeza y en los alrededores. Si dices homenaje te lo piensas. Yo me aferro a que es una Espiga de Honor, así que no me están haciendo un homenaje. Así lo rebajo un poco, porque si fuera un homenaje sí que sería un escándalo. El honor es mío, como te decía. Creo que no lo voy a comentar en la gala porque estoy seguro que ya lo hará mucha gente. Lo que sí me hace pensar es que a pesar de mi lozano aspecto y de mi juventud a mis 55 años, he hecho muchas cosas, muy variadas y que han gustado a la gente.

Cuando te dan un premio así seguro piensas también en ese primer papel, esa primera audición. ¿Cómo llegas tú a la interpretación?

Fue un poco por azar. Tuve un primer contacto en Segovia, de donde yo soy, cuando trabajaba ayudando en el Festival de Teatro de Títeres, uno de los más importantes a nivel mundial en lo suyo. Trabajaba llevando y trayendo gente del aeropuerto a los titiriteros más top. Fue ahí cuando vi el ambiente de esas fiestas que montaban y su manera de estar en el mundo. Ese fue el principio de todo. Estaba estudiando Derecho cuando me pillé una beca misérrima para hacer el Erasmus en París en el año 92. Entonces no había euros, solo pesetas y francos, y era todo carísimo, mucho más que ahora. Me apunté a un taller de teatro, porque me sentía muy solo con la gente. Nunca antes había pensado en hacer teatro y me sentí muy a gusto allí con la gente. Estaba cómodo cuando me subía al escenario. Al acabar el curso y volver a España, me presenté a las pruebas de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y me cogieron y todo siguió adelante. Yo me decía que "si no me cogen es que no valgo y ya está” y así me quedaba tranquilo. Pero cuando me dijeron que podía valer me hicieron muy feliz.

Repasando tu carrera en IMDb tienes más de 140 créditos. Es una barbaridad.

Estoy convencido de que soy el actor con más cortometrajes en este país, o uno de los tres que más ha hecho. Apostaría por ello.

Has seguido haciendo cortos incluso después de alcanzar una notoriedad y recibir varias nominaciones a los Goya. Has seguido apoyando el corto.

"El dinero, si quiere, que llegue luego, pero siempre he tenido claro que no podía ser el motor para hacer esto"

Yo no apoyo nada, yo soy egoísta. Una cosa que recomiendo mucho a la gente es tratar bien a todo cristo. Aunque no te sea natural, nunca sabes lo que puede pasar. Igual de pronto un día estás dirigiendo una peli. Incluso a ti, que no eres nadie. Es mejor hacerlo de forma natural, pero también por egoísmo. No sé, cuando empecé combinaba trabajar en bares y sin dormir me iba a hacer cortometrajes. Igual que otros se iban de viaje o hacían actividades náuticas, para mí el entretenimiento en ese momento era hacer cortometrajes. Hoy en día tiene que haber algún motivo, que me paguen, que no siempre se hace, o que sea de algún gran amigo con el que haya hecho algo antes, o que sea un proyecto muy concreto, una historia que me pega, que me afecta, y sobre todo que tenga hueco para hacerla. Cada vez hago menos porque tengo familia, dos niños pequeños, y no me puedo apuntar a todas las fiestas. La esencia es la misma, y hay algo que me gusta mucho que tiene que ver con que el motor de ese trabajo, y en el teatro es mucho más obvio todavía, no tenga que ser el dinero. El dinero, si quiere, que llegue luego, pero siempre he tenido claro que no podía ser el motor para hacer esto.

¿Hay algún proyecto, alguna película, alguna conversación con un director o directora, que identifiques como un punto de inflexión, un antes y un después en tu carrera?

Hice tres o cuatro películas con Roberto Santiago. Lo conocí en unos cursos que daba Mariano Barroso en el que estábamos guionistas y actores. Incluso los guionistas, los que se atrevían, actuaban también. Él confió en mí desde el principio y me dijo: "Callejo, siempre que pueda te voy a meter en mis películas". Recuerdo esa frase de absoluta confianza en mí. A ese nivel de fidelidad también está José Manuel Carrasco, con el que he hecho varios cortometrajes y varias películas. Él ha conseguido que llegue al set para rodar y piense que está ya ensayado, y cuando llegamos él no te lo cuenta, pero tiene algo especial en su cabeza. No te diré que es magia, pero te lleva a un lugar que no te había contado y que no te esperabas para nada. Piensas que está hablando de una cosa y era otra, se produce un momento que te sorprende, te pega y se hace real. He tenido la suerte de conocer y trabajar con gente muy buena. Puedes aprender de todo el mundo, no especialmente directores ni actores. Pueden llegar de cualquiera en un rodaje. Hay gente muy fina en todos los departamentos.

Luis Callejo interpreta al padre ausente de 'La casa', la adaptación de la novela gráfia de Paco Roca que ha rodado Álex Montoya
Luis Callejo interpreta al padre ausente de 'La casa', la adaptación de la novela gráfia de Paco Roca que ha rodado Álex Montoya · Fotografía: A Contracorriente Films

¿Qué viene ahora?

Tengo para estrenar una película que se llama ‘La luz’, de Fernando Franco, pero no puedo decir nada más. Tengo pendiente de estreno la segunda parte de ‘Berlín’ y ‘Sacamantecas’, de David Pérez Añudo, que es otro tío que ha confiado mucho en mí en el cortometraje. Ahí tengo un papel muy curioso y que me gusta. Está bien hacer protagonistas, porque son papeles más largos y con mucha más responsabilidad, aunque a veces no la quieres o no te hace falta, pero con los secundarios puedes hacer más personajes. Hay que tener la cabeza también amueblada. Cada personaje requiere unas pruebas, unos ensayos… Antes mi trabajo estaba muy especializado. Entraba, hacía un día o dos, moría, y a otra cosa.

Tú has visto cómo la industria cambiaba a partir del 2010 o 2011 cuando entran las plataformas y revolucionan el volumen de trabajo. No sé si la calidad. ¿Cómo está la profesión ahora, cómo ha mutado en el tiempo que tú llevas?

"Esto es una selva. Tienes que intentar trabajar para ser uno de esos que pillan a menudo, y necesitas tener mucha suerte también"

Cuando estás dentro de ella, siempre es difícil verlo. Y yo soy actor. No soy director, ni productor ni quiero mirar para arriba para nada. A partir de 10.000 € o poco más yo ya no sé lo que es nada. Es curioso, habiendo muchísimo trabajo, no le afecta a todo el mundo, así que las diferencias se hacen más sangrantes todavía. Muchos me dicen: “cuánto se hace, cuánto se hace, y joder, sigo sin pillar cacho”. Cada uno cuenta la verbena según le vaya el baile. Luego es que siempre son los mismos, o somos, quizás debería meterme en ese grupo. No se puede cambiar de golpe a toda una generación o todo un grupo de actores. Esto es una selva. Tienes que intentar trabajar para ser uno de esos que pillan a menudo, y necesitas tener mucha suerte también. Respecto al negocio, hay muchísima producción, escasez en los cines y cada vez más, pero se están haciendo cosas buenísimas que están gustando en el mundo entero.

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