No digas "rodaje sostenible", di mejor... "rodaje más sostenible"

Cada vez es más frecuente escuchar hablar o leer sobre rodajes, galas de premios y festivales de cine y series sostenibles, pero ¿qué significa esa etiqueta? Y, sobre todo, ¿qué implica? En Kinótico hemos hablado con Yolanda Costas y Lorea Elso, las responsables del área de Ficción y Cine y del área de Distribución y Exhibición de Creast, empresa especializada en gestionar la sostenibilidad a la industria audiovisual en todas sus etapas, para saber qué hay detrás de la palabra ‘sostenible’ asociada a una producción, festival o ceremonia.

Lo primero que nos aclara Costas es que “el concepto rodaje sostenible no se puede aplicar a ningún tipo de rodaje porque, realmente, a nivel tecnológico a día de hoy no hay suficientes medios como para abordar lo que sería sostenible a largo plazo (…) Ser sostenible en términos absolutos no es posible con el concepto rígido de ser sostenible. Ser más sostenible, más respetuoso, más verde, bajar mis emisiones, bajar mi impacto ambiental… Eso sí, pero el término sostenibilidad es tan categórico que es muy difícil incluso aunque se hagan muy buenas prácticas”. Resumiendo, “si somos rigurosos con el término: ser más sostenible, sí; ser sostenible 100%, creo que es un poco arriesgado decirlo. Pero se usa mucho”.

Aclarado el término que ha de usarse para ser precisos, en lo que se refiere a los rodajes, tanto de series como de películas, Costas explica que su trabajo para ayudar a las producciones a ser más sostenibles abarca desde la fase de desarrollo hasta el final y aclara que su cometido es formar, asesorar y acompañar sin perder de vista que esta es “una industria artística”, por lo que nunca entran ni en el “planteamiento visual, ni en un contenido”. Yendo a lo concreto, “nuestra labor es detectar el impacto que va a haber. Por ejemplo, en un rodaje vas a necesitar muchísimo consumo energético; si tienes una escena de lluvia, vas a necesitar mucha agua; si tienes efectos especiales, puedes necesitar fuego… En fase de desarrollo se detecta qué impactos vas a tener y se buscan formas creativas y tecnológicas para ver cómo se puede reducir la huella”.

A la hora de hacer las recomendaciones se tienen también en cuentan variables como el presupuesto que se maneja y qué se puede hacer con él. “De ahí”, continúa la responsable del área de Ficción y Cine, “sale la Memoria de Sostenibilidad que va a regir toda la producción” y que se centra en dos aspectos: “El empleado y el proyecto”. Con todo eso planteado, se implementa y se hace un seguimiento. Desde Creast se encargan de formar al equipo y a alguien que haga las labores, por así decirlo, de ecomanager dentro de la propia producción, aunque en casos concretos se prefiere una persona externa. “Después, con toda la recogida de datos y de evidencias hacemos la medición de la huella de carbono, que es lo que se nos pide para ver al final ese impacto obtenido. Es una forma de medir cómo lo estamos haciendo (…), es cuantificar ese esfuerzo en números”, concluye Costas.