Las estrellas (des)lucen el regreso de la alfombra de los Globos

Esperábamos diversión. Tras estos años de aburrimiento general en las alfombras rojas, pensábamos que llegaba el año de la alegría, del atrevimiento, de un poco de locura y un poco salirse de lo esperado. Seguramente el clima mundial de guerra, pandemia y crisis de combustibles fósiles influya, cómo no, pero salvo algunas excepciones, honrosas, las estrellas presentes en la alfombra roja de los Globos de Oro se han ceñido al dictado de tendencias marcado por las grandes casas de moda para esta primavera.

Claro está que para ellas este es el primer gran evento de la temporada que se avecina, la primera vez que se ven en movimiento sus diseños fuera de las pasarelas, pero los que vimos alfombras rojas lejos de la dictadura de estilistas y marcas de moda ya estamos hartos de esta hegemonía, de la uniformidad de tendencias. Antes de la gala, revisando las pasarelas de septiembre y tomando notas, casi se podía adivinar lo que hemos visto en este paseo de gloria antes de la gala: colores pastel o neutros (Margot Robbie), talles bajos (Britt Lower), a la cadera o incluso por debajo, superposiciones de tejidos ligeros como tules o gasas sobre tejidos más recios o directamente sobre la lencería (Jessica Chastain), lentejuelas, muchas lentejuelas, de todos los colores y tamaños y formas (Michelle Yeoh, Jennifer Hudson), siluetas columna o muy ceñidas (Li Jun Li), encajes (Jamie Lee Curtis), inspiración boudoir (Daisy Edgar Jones), flecos (Salma Hayek), el imprescindible negro en tejidos livianos (Quinta Brunston), azul cobalto (Viola Davis), abdominales al aire (Anya Taylor Joy), detalles de aire lencero (Clare Danes)…

Y entre los hombres, mucho esmoquin clásico con poca variación de tejidos. Solo algunos jóvenes se han atrevido con looks monocolor en colores arriesgados, con alguna transparencia o apliques florales, aunque hemos agradecido toques de humor como el de Ke Huy Quan, que se ha puesto un ojo saltón, como los de las rocas de su película, en la solapa, a modo de broche.

Dicen las estilistas que los Globos tienen que poner el listón alto, y que el reto es mantenerlo durante la carrera de premios y llegar a la cima en los Oscar. Dicen que tienen que hacer algo distinto único y sorprendente para conseguir visibilidad, algo beneficioso para las celebridades, las marcas de moda, las películas y ellas mismas. Y que también tienen que ser coherentes con la carrera del actor o actriz, con su personalidad y su estilo en otras ocasiones, ofreciendo una especie de relato. Pues salvo en algunos casos, no han hecho los deberes.

Hemos seleccionado los cinco mejores y los cinco peores para que observes, juzgues y comentes.

Los seis mejores palmitos

Letitia Wright - La actriz de Guyana lucía un vestido de Prada en blanco roto por los lados y con un gran rectángulo irregular en el centro, en color naranja con manchas más oscuras, de corte recto y abertura lateral para la pierna. Se puede objetar que no es lo suficientemente elevado para la ocasión, pero estaba muy favorecida y se salía de lo corriente.

Elizabeth Debicki - Un vestido minimalista de Dior en rosa peonía, con escote palabra de honor y un pequeño lazo debajo del pecho, holgado, resaltaba su chic natural y, por qué no decirlo, recordaba un poco al estilo Lady Di.

Eddie Redmayne - Un precioso esmoquin de Valentino en color marrón chocolate, con solapas, botones forrados, cintura y, atención, gran rosa de raso en el mismo color, y top transparente de cuello de caja y zapatos marrones también. Solo lamentamos que los pantalones no los llevara mejor ajustados, así dan aire de payasete, pero seguro que es decisión de su estilista.

Laverne Cox - Al más puro estilo del Hollywood clásico, Laverne escogió un precioso vestido de Galliano en azul con aplicaciones de tiras de lentejuelas plata formando figuras abstractas, de pronunciado escote drapeado y espalda al aire. Fiel a su estilo e impecable.

Rhea Seehorn - De los pocos vestidos estampados que hemos podido ver, su Naeem Khan de lentejuelas negras salpicado de grupos florales en rojo y rosa, de corte oriental, sobre tejido translúcido resultaba atrevido pero a la vez muy elegante.

Jeremy Pope - Cerramos la selección con un look que se separaba de casi todos los looks masculinos de la noche: el guapísimo actor de The Inspection llevaba un traje en cuero de chaqueta de inspiración Richard Roundtree con grandes solapas y ceñido a la cintura, top de cuero con cuello alto y collar de diamantes y botas negras con tachas plateadas.

Los seis cuadros flamencos

Claire Danes - No recuerdo ningún look de la actriz de Homeland en la alfombra roja que se adaptase mínimamente a las amplias reglas del buen gusto, pero el que escogió esta noche, de Giambattista Balli, parecía la colcha de su abuela en el rancho de Kentucky con un lazo rosa y unas tiras de estrás. Feo y mal ajustado.

Michelle Williams - Aunque bien podría estar en su lugar el de Julia Garner, salvado por el color, igualmente de Gucci, tanto volante plisado y rizado con ribete de lentejuelas verdes la hacía parecer una muñeca repollo.

Andrew Garfield - Estamos acostumbrados a verle siempre tan mono, tan dapper, tan proper, que el traje color teja con camisa negra ha sido demasiado chocante. Ni adecuado para él, ni para la ocasión.

Jenna Ortega - Ni el color ni la extraña forma estaban hechos para ella. Ni para nadie. El modelito no hay por donde cogerlo: la gasa plisada en color topo, drapeada en el torso, con la cintura descubierta y unas anillas sobre los abdominales laterales, las mangas de bruja piruja arrastrando por el suelo, que casi parecían jirones… Otras podrán redimirse en esta misma carrera de premios. Jenna, cambia de estilista.

Selena Gómez - Escoger un vestido tan grande, de Valentino, puede hacer desaparecer al que lo lleva, y ni el color ni la forma favorecían a la actriz de Solo asesinatos en el edificio. Y además ella lo sabía. Cuerpo negro ceñido, con gran falda y unas mangas abullonadas enormes que llegaban hasta el suelo formando una especie de cola.

Heidi Klum - Me pregunto si escogió este trapo porque el diseñador se apellida Germanier, pero este vestido ultracorto de lentejuelas plateadas era más apropiado de una fiesta de Nochevieja en la Kapital que de una gran gala, y la boa de plumas rosa a modo de banda de miss no ayudaba nada. La preferimos vestida de lombriz.

Mención especial: el presentador de la gala, Jerod Carmichael, ha arriesgado y conquistado con cada uno de los cambios que ha lucido. De rosa, de terciopelo acolchado, de terciopelo devoré, con mandil bordado de abalorios, con transparencias, se los aplaudimos todos.