'Un lugar tranquilo: día 1', otra secuela más sobre el final de Hollywood, perdón, del mundo

No es noticia a estas alturas que está siendo un mal año para la originalidad en Hollywood. Con datos de recaudación más que mejorables, tanto en España como en el resto del mundo, y algunos blockbusters funcionando peor de lo esperado, seis de las películas más taquilleras del año forman parte de alguna franquicia. Lo único que ha reanimado la asistencia masiva a las salas tras una primavera muy preocupante es una secuela de Pixar, ‘Del revés 2’, y ya lo avisamos hace unas semanas: el cine comercial estadounidense lo apuesta todo a las sagas este verano. Sea por los estragos de las huelgas que paralizaron la industria el año pasado, o por alguna otra razón, parece que Hollywood no ha aprendido la lección del Barbenheimer de 2023, cuando dos películas comerciales y con grandes presupuestos de marketing, pero con puntos de vista autorales muy marcados (‘Barbie’ de Greta Gerwig y ‘Oppenheimer’ de Christopher Nolan) conformaron un fenómeno de público que rara vez se ha visto en las últimas décadas más allá de franquicias como Marvel.

En ese contexto llega ‘Un lugar tranquilo: día 1’, que Paramount Pictures estrena hoy en cines. Se trata de una precuela de las dos películas de terror que dirigió John Krasinski sobre una familia que intentaba sobrevivir en un mundo post-apocalíptico asolado por unos extraterrestres que atacaban a todo lo que se movía (si hacía ruido, claro). ‘Un lugar tranquilo’ y, en menor media, la secuela, están entre lo mejor que ha salido del género (o de los géneros, pues son una mezcla de thriller, terror, ciencia ficción, supervivencia, acción y drama) y no precisamente por haber hecho algo extremadamente original. Krasinski no necesitó más que demostrar una gran elegancia y sencillez casi 'spielbergianas' en su puesta en escena, y un compromiso muy valiente con el concepto central de la película: la tensión que brotaba de cualquier pequeño sonido (recordemos que el diseño sonoro de la primera fue nominado al Oscar) se contagiaba de tal forma a la sala que el espectador tenía miedo a sus propios ruidos. La experiencia colectiva de ver ‘Un lugar tranquilo’ en una sala de cine llena la situó entre las aportaciones más memorables del terror de los últimos años.