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ANÁLISIS DE LA GALA

La sombra imponente de Saura ensombrece el tono de los Goya

Antonio de la Torre y Clara Lago presentan -fugazmente- una gala que rehúye el humor y se abandona a la reivindicación, o más bien a todas las reivindicaciones

Sevilla·Actualizado: 12.02.2023 - 00:34
Carmen Maura, Antonio Saura, Eulalia Ramón y Anna Saura en la gala de los Premios Goya 2023
Carmen Maura, Antonio Saura, Eulalia Ramón y Anna Saura en la gala de los Premios Goya 2023 · Fotografía: GTRES

El homenaje obligado -y ciertamente emotivo- a Carlos Saura en el arranque de la 37 gala de los Premios Goya ha sido un agujero negro. Como todos los agujeros negros ha sido misterioso, bello, gigantesco... y ha devorado todo lo que ha encontrado a su paso. El tono de la ceremonia que han conducido Antonio de la Torre y Clara Lago -que se prometía glamouroso y amable- ha desaparecido en su centro, se ha ensombrecido, y a pesar de algunos destellos de humor... ha quedado reducido a la gravedad, a la solemnidad y a la reivindicación.

Clara Lago y Antonio de la Torre posan en el photocall de los Premios Goya 2023 en Sevilla
Clara Lago y Antonio de la Torre posan en el photocall de los Premios Goya 2023 en Sevilla · Fotografía: GTRES

Los primeros 25 minutos de la gala, introducidos por un 'Caminante no hay camino' presidido por una foto del aragonés... han dado paso a una intervención emocionada de Carmen Maura, que lamentaba no haberle dicho nunca en vida al director de 'Ay Carmela' lo mucho que había aprendido de él. Acto seguido, la mujer -Eulalia Ramón- y dos de los hijos de Saura -Anna y Antonio- han subido al escenario para recoger esa nueva estatuilla 'achocolatada' que nadie había anunciado. Todos hemos entendido el homenaje y la dedicación, y el monólogo inicial, aunque desplazado en el tiempo, era una oportunidad para recuperar... sí, el tono.

Pero de la lectura de las últimas palabras del director, y de la platea en pie aplaudiendo al artífice de 'La caza' y 'Cría cuervos'... no se ha recuperado la retransmisión. Durante su largo metraje no ha habido cineasta que no haya mencionado su influencia, no ha habido escena mítica sin recordar... ni anécdota sin citar. Saura lo era todo y en los Goya todo ha sido Saura. Y los agujeros negros, lo hemos dicho, lo devoran todo a su paso. Los presentadores ya habían anunciado que no echarían mano del humor. No habrían podido aunque quisieran. La solemnidad ha inundado la platea del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, que solo han encontrado pasión en la reivindicación social.

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