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Opinión

'El Conde', la versión de Pablo Larraín para Netflix de cómo Pinochet aterrorizó a Chile

La película, presentada en el Festival de Venecia, está ya disponible en Netflix

Madrid·Actualizado: 02.10.2023 - 04:57
Una imagen de Fotografía promocional de 'El conde', de Pablo Larraín, con Jaime Vadell
Una imagen de Fotografía promocional de 'El conde', de Pablo Larraín, con Jaime Vadell · Fotografía: Pablo Larraín / Netflix © 2023

Pablo Larraín ha hecho una película espectacular, extravagante y políticamente rotunda. ‘El Conde’ (Netflix) parte de una situación tan increíble como potente, tan fantasiosa como pertinente. Pinochet es un vampiro, un chupasangre sin conciencia ni humanidad, ególatra y violento, procedente de una estirpe de strigois violadores. Ha fingido su muerte pero, como no muerto que es, el maldito Pinochet continúa vivo.

Acompañado por su fiel sirviente Fyodor, un ruso blanco puerilmente sumiso con el dictador y brutalmente despiadado con sus enemigos, y por su esposa Lucía Hiriart, Pinochet espera que le llegue la muerte, cada vez más débil desde que rehúsa beber sangre. La espera transcurre en un entorno que puede recordar a los exteriores de cualquier película de Tarkovski. Se trata de un no lugar apartado e inquietante al que llegarán los cinco hijos del matrimonio, carroñeros sin músculo intelectual de ningún tipo, herederos depravados de un padre asesino y ladrón que amasó una fortuna que, a día de hoy, resulta todavía imposible de determinar pero que con toda probabilidad supera los 25 millones de dólares.

Una de las hijas de Pinochet concibe el plan de contratar los servicios de una monja exorcista quien, a su vez, recibe por parte de la jerarquía eclesiástica un mandato cuyo sentido está en el centro de uno de los dos principales giros de guion de la película. La agenda de la joven Carmen colisionará, de hecho, con la de un personaje del que hasta bien metidas en harina, solo conocemos su voz. La espera del dictador se altera y el grupo humano que integran todos estos sujetos implosiona, lo que dará lugar a toda clase de tensiones y violencias.

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