‘La red púrpura’ y la alargada sombra del cine de psicópatas de la década de los noventa

Entre ‘El silencio de los corderos’ y ‘Seven’ lanzaron todo un subgénero dentro de los thrillers policíacos: el de los asesinos en serie que podían ser muy inteligentes, y la policía no conseguía atraparlos, o increíblemente sanguinarios y brutales y sus acciones pesaban mucho sobre el estado emocional de los investigadores. La atmósfera malsana y oscura de la película de David Fincher generó aún más imitadores que la frialdad con la que el forense examina el cadáver de la víctima encontrada en el río en el filme de Jonathan Demme, una escena homenajeada conscientemente en el primer capítulo de ‘La red púrpura’, la adaptación de Atresplayer de la segunda novela de Carmen Mola protagonizada por la inspectora Elena Blanco.

Los libros que Jorge Díaz, Antonio Mercero y Agustín Martínez han publicado bajo ese pseudónimo juegan, precisamente, con el shock de que, aparentemente, un nombre de mujer firme páginas tan brutales como la tortura y asesinato emitidos en directo por internet que los policías intentan evitar en el arranque de la temporada. Es una maniobra de marketing que ha funcionado a la perfección, pero que también tiene que superar el cansancio del público de esos thrillers en los que siempre hay que encontrar al despiadado asesino de mujeres jóvenes que son mutiladas y abandonadas después en cualquier sitio.

De hecho, ‘La red púrpura’ se adelanta unas semanas a otra adaptación de una novela policiaca con un asesino retorcido y escurridizo como ‘Memento mori’, que se basa en la obra de César Pérez Gellida, y con la que comparte la seriedad de sus personajes y la oscuridad de sus escenarios y su atmósfera. Es algo que, por otro lado, la serie hace muy bien. Paco Cabezas demostró en ‘La novia gitana’ que maneja a la perfección esos códigos y, además, ahí contaba con la ventaja de la lenta demolición de la familia de la víctima y el retrato del villano para aportar algo distinto al género. También lo hacía a través de la banda sonora, que mezclaba las canciones italianas con el flamenco, algo que se mantiene en ‘La red púrpura’ dando a 'Un anno d’amore’ de Mina un hueco estelar en su primer episodio.